Capítulo 103: Leaky Cauldron

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Harry miró la hora por quinta vez desde que se había sentado, hacía sólo diez minutos. Sinceramente, no quería estar aquí, pero no iba a acobardarse ahora. Ya había escrito una respuesta muy cortante para encontrarse en el Caldero Chorreante a primera hora de la mañana, donde no habría demasiada gente. Sabía que esto no saldría bien; su hermano sólo intentaría exigirle para sentirse mejor. Hacía tiempo que no lo veía, meses, años si no se contaba la batalla final, tenía otras cosas en la cabeza, como matar a Voldemort para asegurarse de que su familia y sus amigos seguían a salvo del mal que propagaba.

La cabeza de Harry se levantó para mirar hacia la puerta cuando la oyó abrirse, sólo para sentirse aliviado y un poco irritado de que fuera otra persona, una mujer que llevaba lo que parecía una docena de paquetes y los colocaba sobre el mostrador, no escuchó la breve conversación de ella y Tom. ¿Por qué estaba aquí? Nunca debería haber escuchado a Eileen, pensó con rabia, antes de que una punzada estallara en su corazón. Eileen siempre se preocupaba por sus intereses, lo amaba, y nunca sugeriría algo a menos que pensara realmente que podría ayudar. Con suerte no aparecería y podría irse a casa, en la comida él y Fleur, Cedric, Luna y Neville iban a dar los últimos retoques a la clínica que habían montado. Se había decidido por una propiedad y la había pagado ese mismo día, hace tres semanas ya eran casi cuatro.

Para su consternación interna, la puerta se abrió y Nick entró por ella, con el rostro lleno de esperanza y aprensión mientras miraba a su alrededor. Harry tuvo que detener la mueca de desagrado al ver que su rostro se iluminaba cuando Nick obviamente lo divisó, esa mirada solía reservarse para cuando se salía con la suya cuando eran niños.

-¡Harry!- Exclamó Nick, -Yo... er... no pensé que vendrías- añadió, mirando fijamente a su hermano ahora que estaba allí sentado frente a él no era tan valiente como se había sentido por lo que estaba pasando casi un mes.

-Sí dije que estaría aquí-, contestó Harry, el silencio comenzó a alargarse haciendo que el incómodo encuentro se hiciera más profundo. -¿Qué es lo que querías? Tú organizas la reunión, normalmente eso significa que tú hablas- Volviendo la cara, haciendo una mueca, ugh, el olor aquí dentro era totalmente asqueroso de repente, y su estómago empezó a rodar incómodamente. Se agarró el estómago, tratando de mantener la compostura, ciertamente no quería perderla delante de Nick de todas las personas.

-¿Harry? ¿Harry? ¿Harry?- Nick preguntó con urgencia, -¿Estás bien?- agarrando el hombro de su hermano como si esperara tratar de estabilizarlo.

-Estoy bien-, afirmó Harry casi a la defensiva, odiando el hecho de que Nick mostrara preocupación ahora. Merlín, habría significado tanto para él si eso hubiera ocurrido cuando eran niños. Saber que al menos una persona se preocupaba por él, incluso lo quería. Por muy frío y duro que fuera su corazón, ver a los gemelos Weasley y la cercanía que habían compartido había sido desgarrador. -Sólo... sólo retrocede, perdiste el derecho a cualquier preocupación hace mucho, mucho tiempo-.

Nick tragó grueso, dando un paso atrás asintiendo resignado, era cierto, y no podía refutar esa afirmación en absoluto. Sintiéndose débil en las rodillas, se sentó en la silla frente a Harry, sorprendido por lo maduro... lo viejo que parecía. ¿Tenía esa misma mirada? ¿Cómo podría realmente? Él no había tenido que matar a alguien, por mucho que se lo mereciera: sabía lo que se sentía, y no había tenido que dar el golpe que lo mató.

-¿Entonces?- Preguntó Harry, -¿Qué quieres?- su pregunta podía parecer exigente pero su tono sólo estaba lleno de cansancio, como si estuviera harto de pensar y hablar de ello.

-Harry... yo... te debo tantas disculpas, sabes que anoche me quedé despierto hasta tarde escribiéndolas, y la lista seguía haciéndose más y más grande-. Nick se rió sin humor, sus ojos brillaban de tristeza mientras miraba a su hermano a los ojos. -Sé que no debería pedírtelo, pero tengo que hacerlo, me siento tan mal todo el tiempo, cada momento despierto lo paso preguntando qué estás haciendo, cómo estás, pensando en el pasado...- se interrumpió. -Siento mucho toda la mierda que hice, joder, lo siento mucho-.

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