#2 + ASLAN +

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Capítulo #2 + ASLAN +







—¡Muñequita ya estás lista! —Gritó mi madre desde la cocina con su típica voz chillona que transpasaba paredes

—¡Si ma' ya voy! —le respondí del mismo modo desde mi habitación.

Lo logré, había logrado que mis padres consiguieran mi ingreso al instituto. No había sido muy difícil ya que papá era uno de los principales patrocinadores económicamente del instituto.
Nadie se había atrevido a darle una negativa al doctor cirujano Matt Reynolds, papá era muy importante en el círculo que frecuentabamos y mamá; la gran Cristina Reynolds era la presidenta de la asociación "Mujeres por todo". Una asociación que jamás entendí, pero era para ayudar a las mujeres.

Solo había sido suficiente un cheque con unos cuantos ceros para qué la directora me dejará ingresar al instituto a más de la mitad del año, estamos en marzo y a ningún joven le hubieran permitido regresar a excepción de mi.

Me vestí con un vestido floreado de Carolina Herrera, zapatos bajos de la misma marca y un par de accesorios Chanel, claro sin dejar de usar mi dije de luna que me recomendó usar ella.

No quería ir muy aparatosa en mi primer día de clases así que no me maquillaje solo use un poco de labial, mi cabello rojizo y risado lo acomodé en una cola para evitar malos accidentes. Me miré por última vez en el espejo para corroborar que estuviera lista.

«Tardas demasiado, además no vas a una fiesta sino a la escuela»

Al escuchar aquella voz me gire para buscar aquella chica dueña de la voz pero no la encontré.

—¿Por qué siempre haces eso? ¡Puedes dejar de hablarme o al menos da la cara!.

—¿Bambi? ¿Con quién hablas venadita?...

Papá se asomó por la puerta y buscó con la mirada a quien le hablaba.

—¿Con quién hablabas? —volvió a preguntar papá.

—Sola papi, estoy hablando sola pero es mejor que bajemos a desayunar. ¿Papá y que haces aquí, no tenías una cirujía a primera hora?.

—Si pero la pospuse para llevar a mi venadita a su primer día de escuela.

—Bien, entonces bajemos a desayunar.

Tomé mi mochila y el bastón tratando de olvidar la escena tan vergonzosa que hace unos minutos papá había presenciado, para después bajar a desayunar.
Aún me costaba mucho acostumbrarme a caminar con ayuda de un bastón y el aparato en el pie izquierdo tampoco ayudaba

—Buenos días ma'. —Salude a mamá mientras ella estaba... ¿Cocinando?. —¿Mamá estás cocinando?.

—Buenos días mi amor. Y si, estoy cocinando para mis 2 personas favoritas. —Mamá dejó otra tortilla española más en el plato y nos invitó a sentar.

—Se ve todo delicioso cariño, vamos venadita hay que aprovechar que tú madre ha vuelto a cocinar y tenemos que acabar toda la comida.


Me senté en mi lugar, mamá y papá no dejaban de sonreír y eso se debía a mi presencia.
Acababa de regresar de la muerte, su única hija acababa de regresar y no quería pesar que pasaría si yo no lograba cumplir el trato que hice con esa chica. Mis padres quedarían nuevamente destrozados y sería mi culpa.

Laura la empleada comenzó a servirnos y justo a servir mi jugó lo derramó sobre mi mano.

—Lo siento señorita no fue mi intención, lo siento en verdad por favor perdóneme. Por favor perdóneme, —la chica comenzó a disculparse como si eso fuera un asesinato o algo imperdonable.

100 Días para enamorarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora