#21 + MI VERDUGO, MI SALVADOR +

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#21 + MI VERDUGO, MI SALVADOR +






—¡Eres una maldita perra Bambi!

Escuché el grito detrás de mi y me detuve, con una gran sonrisa en el rostro la encaré y le respondí con mi típica frase.

—Lo sé y qué... —dije descaradamente y eso la enojó más.

—¡Zorra, eres una zorra! —volvió a gritar y está vez no me contuve.

Fui hasta ella y estrellé mi puño en su rostro, al instante esa estúpida calló al suelo y su nariz se le cubrió de sangre. Esa escena hizo que la música de la fiesta se apagará y que todos los presentes tuvieran sus ojos sobre nosotros.

—Querida Lenka debes conocer tu lugar y no enfrentarte a mí, eres una vil basura, una vil mierda que siempre tiene que estar en el suelo. —la señalé y le di una patada, cosa que causo que todos se burlaran de ella— Ese es tu lugar querida, y nunca debes olvidarlo y ninguno de los presentes debe de olvidar; con Bambi Reynolds nunca se juega, yo soy la reina del lugar, soy la reina y eso ténganlo siempre en mente.

Le di otra patada y me di la vuelta con una sonrisa en el rostro para después marcharme, justo antes de llegar a la salida la estúpida de Rocío me intercepto.

—Ya te vas, aún no acaba la fiesta porque la prisa.

—Estoy aburrida y sabes que odio el aburrimiento —comenté como indirecta mirándola de arriba hacia abajo, pero dudaba que esa estúpida se diera cuenta de cuánto me aburría.

—Reno...

—No me hables del idiota de tu hermano, acabamos de discutir y no me interesa ni saber de él ok.

—Ok Bambi

—Ahora me voy ya que tengo mejores planes que quedarme en una cosa tan aburrida, como está fiesta.

Traté de irme pero ella se volvió a cruzar en mi camino y eso comenzaba a fastidiarme.

—Qué haces Rocío, acaso quieres verme enfadada como la vez pasaba que casi te quedas sin piernitas ¿eso quieres?... —sonreí burlonamente y ella retrocedió y nego con la cabeza.

—No, solo tomemos un trago y después puedes irte, además si quieres puedo hablar con Reno para que se reconcilien. —Rocío me extiende el trago con miedo y finge una sonrisa.

—No me interesa tu hermano, Reno ya me fastidió de más y no quiero saber de él. Pero para que te quedes contenta lo bebo y me voy.

Le quitó el trago y lo bebo de un solo sorbo, después me dispongo a salir de la recidencia. Al intentar buscar mi auto la vista se me nubla y me da un mareo terrible, no se en que momento pasa pero de repente me encuentro en el suelo intentando levantarme. Me toma unos minutos recobrar la compostura y al intentar levantarme unos zapatos negro con plateados se posan frente a mí.

—Puedes ayudarme.

Extiendo mi mano para que me ayude pero solo me ignora.

—Ayuda —insisto nuevamente pero no me hace caso.

—Vas a morir, hasta nunca Bambi.

Se dió la vuelta y solo logré ver qué él iba de todo de negro y sus zapatos, en ningún momento pude verle la cara ni preguntarle porque había dicho eso.

Encontré mi auto y pero ni siquiera pude subirme, solo quedé a gatas debido a que la vista se me habia oscurecido y que me había quedado sin fuerzas.

100 Días para enamorarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora