100 Días para enamorarlo

#23 + RECUERDOS RECUPERADOS +

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Día 76 de 100 días

Aún no he conseguido nada, la misión se ve imposible de lograr y creo que mi final siempre apunta a la muerte. Luz me ha abandonado y exactamente me quedan 24 días para finalizar los 100 días, creo que estoy más perdida que al inicio.

Después de días de no escribir he vuelto a hacerlo, cierro el cuaderno y lo guardo en la gaveta del buró.

Hace días que Tadeo estuvo en casa y aún no he logrado salir de la casa por temor a volver a encontrarlo, no dije nada acerca de mis sospechas y mis padres lo siguen idealizando como un príncipe. Luz tampoco ha regresado muy a pesar de llamarla a cada rato y en cuanto a mí; sigo sufriendo los daños colaterales y las pesadillas que cada vez son más frecuentes, es como si en cada momento me avisarán que mi final esta por llegar. Pero ya no tenía miedo, morir ya no me asustaba y menos después de saber todo lo que había hecho, ahora lo comprendía todo. Yo realmente merecía el castigo que estaba pasando, yo realmente lo merecía.

Bajé con mucho cuidado a la sala y entonces encontré a mamá y papá discutiendo y en cuanto me vieron ambos se quedaron callados.

—¿Que pasa? Por qué están discutiendo.

—No pasa nada cariño puedes regresar a tu habitación —respondió mamá.

—Pasa que acaban de avisarnos que atraparon a los dos autores intelectuales de tu secuestro y es necesario que vayas a la comisaría para dar reconocerlos y volver a declarar.

—¡Matt! Por qué le dices eso cuando habías dicho que no le diríamos.

—Bambi está bien Cristina, ella puede ir y además no irá sola porque estaremos con ella ¿Puedes hacerlo verdad princesita?

Asentí con la cabeza y no solo porque me lo pidiera mi padre si no porque deseaba ver si Tadeo estaba entre los dos sospechosos que habían atrapado.
Mamá no estuvo de acuerdo pero aún así nos acompaño a la comisaría.

Al llegar no pensé que estaría tan nerviosa, mis manos temblaban y mi corazón me latía tan rápido como si en cualquier momento se pudiera detener de repente. Bajamos de auto y mamá me tomó del brazo, los cuáles están llenos de cicatrices al igual que mis piernas debido a las torturas que había recibido.

—Todo va a estar bien cariño ok, no tengas miedo.

—Si mami, todo va a estar bien.

Entramos a la comisaría y papá se reunió con el comisario, hablaron durante un rato y después ambos salieron de la oficina para llamarme e informarme que era hora de ver a los criminales. Mamá no me soltó la mano en ningún momento, entramos al cuarto para ver a los presuntos delincuentes y cuando salieron detrás de aquel vidrio mi corazón se paralizó por un momento que pareció eterno.

—No, no puede ser —dijo mamá a mi lado.

—Esos son los malditos y me encargaré de que ambos se pudran en la cárcel por lo que le hicieron a mi hija.

—Bien señor, solo hace falta que su hija los reconozca y haga la declaración para procesarlos de inmediato. —el comisario le entrega una carpeta a mi papá y los señala— El chico de la derecha se llama Aslan Levi Martinez tiene 20 años, su padre es una fichita y al igual su familia. En cuanto al otro, su nombre es Carlos Espino Ku tiene 17 años y en su familia nadie tiene antecedentes podríamos...

—¡Basta! —exclamé y todos se quedaron callados— Ellos no me hicieron eso, ellos no fueron.

—Cariño porque dices eso.