#14 + COSAS EXTRAÑAS +

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#14 + COSAS EXTRAÑAS +





—¿Quién era él Charlie? —pregunté por cuarta vez.

—Barbie de tablero por favor regresa a tu puesto de trabajo. —dijo sin mirarme a la cara.

—Iré solo si me dices quién era él —insistí.

—No lo sé, no me acuerdo. —se dió la vuelta y tomó una caja y siguió avanzando.

—¿Quién era él Charlie? —volví a preguntar y él me ignoró.

Charlie continúo haciendo su trabajo de revisar las cajas de la bodega y en todo momento me ignoraba.

—¿Carlos vas a decirme quién era él?... ¿Si o no? —al escuchar su nombre se dió la vuelta y me encaro.

—Él era...

No pudo terminar la frase porque la voz de nuestra jefa nos interrumpió.

—Chica que haces aquí, la tienda está sola y los clientes esperan.

—Vez Barbie, te dije que fueras a tu puesto. —dijo en un tono burlón— Anda Barbie de aparador.

—Vamos chica o pretendes que lo haga yo.

Iba a contestarle que si pero terminé asintiendo y saliendo de la bodega. Charlie nuevamente se había salido con la suya pero yo no descansaría hasta averiguar quién era ese extraño que había puesto tan nervioso a Charlie.

Regresé a la tienda, y en efecto, había más de 2 clientes esperando a que le cobrarán sus productos. Hice una mueca de aburrimiento y la cara de Luz apareció de inmediato.

« —Puedes cambiar ese estúpido rostro tuyo o terminarán escupiendote en la cara por tu mal gesto. »

—Aún no he hecho nada para que me hagan eso. —le dije en su susurro.

« —Cambia tu gesto y ve a atender a los clientes. »

—No tienes porqué ser tan aburrida, achh.

Crucé el pasillo y llegué al mostrador, como dijo Luz les mostré mi mejor sonrisa y comencé a cobrar.

—Una botella de agua, unas mantecadas y unos nachos. —apunte todo en la computadora y lo sume mentalmente— Son 250 pesos.

—¡¿Qué?!... —el gritó muy fuerte que casi me revienta el tímpano— ¿Esta usted loca o pretende robarme?.

—No nada de eso, son 250 pesos y usted debe pagar o dejar las cosas en su lugar. —ni bien había terminado de hablar y el señor ya había estrellado las cosas en el mostrador.

—¿Sabe que señorita...? Váyase al infierno y engañe a otro idiota que se deje ok.

Dicho eso salió muy enojado de la tienda como un demente.

« —Vaya que si eres tonta y eso que lo dude. »

—No empieces que ahora mismo te las verás conmigo Luz —la amenacé y ella sonrió.

« —Y también estás loca jajaja —volvió a reír y me enfadó más. »

—No te pases Luz.

Luz me señaló a un lado de mi y vi como el resto de los clientes me miraban como si yo estuviera loca y entonces recordé que en verdad estaba hablando sola como si estuviera loca.

100 Días para enamorarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora