Lo que Jungkook se pregunta, es qué hizo para que la vida le dé como destinado a alguien tan dulce y torpe como Kim Taehyung.
》Levanta la mirada cuando escucha a alguien entrar y ve a un alfa con un libro en una mano y una malteada en la otra. El ca...
Quería dedicar, pero me di cuenta que no se dedicar 🥴 En fin, era para LuluRQ2005 y J29S04
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Si alguien le preguntara a Min Yoongi que era lo que más odiaba en el mundo, este sin dudarlo contestaría que el tener que hacer filas. El alfa se caracterizaba por ser una persona con poca paciencia y precisamente el estar parado esperando para alguien lo atendiera, no era lo mejor que le podría estar pasando en el mundo.
Y mucho menos considerando el aroma a caramelo y miel que inundaba el lugar.
¿En serio justo ese omega tenía que compartir aroma con un ángel como Suran, su destinada? se preguntaba mientras gruñía internamente por tercera vez en los últimos diez minutos.
Además de paciencia, otra de las cosas de las que Min Yoongi carecía, era de suerte. De todas las librerías de todos los campus universitarios de toda la ciudad, Park Jimin tuvo la necesidad de comprar algo precisamente a la misma librería, a la misma hora y el mismo día que fue él.
Maldice internamente a Jungkook por quinta vez en el día ya que seguía convencido que ese pequeño omega que tanto le gustó en el instituto era el culpable de iniciar con las desgracias en su día. Al pequeño niño se le había ocurrido entrar en celo en la peor semana del semestre y por consiguiente, faltar a clases, lo que ocasionó que generosamente el alfa se ofreciera a imprimirle los apuntes a su nuevo amigo para que así al menos no se atrasara demasiado con las clases.
Grave error, ojalá hubiese sido un mal compañero de clases. Si hubiese tomaba el camino del mal no estaría cerca de Park Jimin nuevamente.
Había contado con la suerte de que sus caminos no se hayan cruzado por al menos los últimos ocho meses, lo que agradecía desde el fondo de su corazón. Tuvo muchas oportunidades de encuentro luego de la graduación, pero afortunadamente sabía esquivar las situaciones, así como las conversaciones en donde el omega era tema principal.
Su lobo seguía resentido con el omega y ni siquiera se molestaba en ocultar su molestia cuando éste estaba cerca. Había intentando calmar aquel rencor que tan loco tenía a su lobo, pero le era imposible no volver a los recuerdos en donde se había avergonzado públicamente luego de creer incrédulamente que sus sentimientos eran correspondido.
Necesitaba cambiar de lugar, irse de allí inmediatamente porque podía sentir perfectamente el olor a caramelo, el cual lo traía loco y a su vez, lo entristecía de una manera que no quería admitir. Lo único que logró detenerlo para que no se marchara inmediatamente, era ver que el siguiente turno le correspondía a él.
-Buenos días- le dice una beta cuando llega su turno -¿en que puedo ayudarte?.
-Quiero hacer unas copias de esto- le dice tendiéndole sus propios apuntes sobre el mostrador.
