Maison des tragédies |BSD|

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Capítulo 12: A una amiga a quién extraño.

Probablemente su primer encuentro fue a mediados del invierno.

Aquella chica que siempre estaba rodeada de personas, repentinamente se sentó en la misma banca en la que Natsuo habia estado sentada por dos largas horas, observando a la nada.

—Natsuo-san. — Una voz suave la llamo. —¿Eres Natsuo-san?

—¿Quién eres?

Sabía quién era, sin embargo, no tenía intenciones de entablar una conversación amigable con aquella persona.

—Somos compañeras de salón. — nombro con una cálida sonrisa. — Miyuki Miyabe.

La joven de su edad estiro su mano con la intención de estrecharla con Natsuo, ella la observo durante unos instantes para luego tomarla y sonreír como normalmente lo hacía.

—Un gusto, Miyabe-san.

Miyabe se disculpó por haberla interrumpido, con la excusa de que siempre la veía sola y, que habia sentido una infinita curiosidad hacia ella. Natsuo amablemente replico que no la habia interrumpido, y que, si buscaba estar sola, se iría rápidamente.

—Estar rodeada de personas no siempre te hace feliz.

Fueron las palabras que Natsuo soltó, para luego excusarse diciendo que se le hacía tarde.

Miyuki finalmente quedo sola.

Y así los encuentros se repitieron constantemente.

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Algunas estimadas personas dicen que el peor trabajo en la mafia, no es el de ejecutivo, limpiador o informante, sino el de recadero.

A través de las décadas, personas de todo tipo parecían tener un afán por generalizar este trabajo al de carne para el matadero, carne de cañón, hombres muertos, entre un centenar de apodos, además del incomparable hecho de ser la vía privada para mandar mensajes sin dejar evidencias son los mejores para aplicar los mandamientos de la parte más oscura y profunda dentro de la mafia.

"No mires, si no quieres estar ciego"

"No escuches, si no quieres estar sordo"

"No hables, si no quieres estar mudo".

"Y actúa como si no existieras, si quieres conservar tu vida".

Yuriko Hirata, memorizó las "cuatro reglas más importantes que todo miembro de la mafia debe conocer". Llevar a cabo misiones del jefe, del subordinado del ejecutivo en jefe, era la tarea más miserable que pudo obtener. Amoríos clandestinos de recaderos, peleas de recaderos, se enfrentan a sus rivales recaderos en posadas de recaderos.

Sólo había una palabra para describir este empleo:

—Maravilloso.

El nombre "Yuriko" y el apellido "Hirata" sólo es un seudónimo inventado de un folleto que encontró en un parque. Aunque sus datos originales los tiene el jefe de ese lugar en sus manos, a Yuriko no podía importarle menos. Si quieren verla como una rata, estaría agradecida, si creen que su presencia no es digna de sus ojos, también les agradecería.