Maison des tragédies |BSD|

「⁰¹⁸」

Capitulo 18: Un mundo de color negro.

El interior de aquella tienda de billar estaba destrozado, como si una fuerte ráfaga de viento soplo dentro de ella y destruyo todo a su paso.

Las ventanas estaban rotas, la mesa de billar habia atravesado la pared y, todas las botellas de la estantería se rompieron causando que se manchara el suelo.

Todo ello fue el resultado de aquel gran poder que destruyo la habitación.

El hedor a sangre se sentía desde la entrada de la pequeña edificación, provocando que por reflejo Alicia se tapara la boca y la nariz. Si bien su deber era estar en ese lugar, el hedor que desprendía la sangre jamás fue algo que le apasionara de ese trabajo.

Aquellos hombres de negro, se movieron como muñecos sin vida, siendo controlados por algo más grande que su propia voluntad; no eran más que míseras piezas de un tablero de ajedrez, moviendo según las ordenes que se le fueron concebidas.

Eso era lo que Alicia pensaba de los miembros de la mafia. Eso era lo que Alicia pensaba de sí misma.

Por esa misma razón, creía odiar a aquella chiquilla caprichosa, deseando con fervor deshacerse de ella. Sin embargo, no era capaz de hacerlo, porque aquella cosa estaba en lo que erróneamente consideraba su mismo organismo.

Y nuevamente su mirada se desvió a los diamantes azules en su muñeca.

Un cruel recordatorio hacia ella.

Dio un par de pasos para adentrarse a la habitación. Su mirada inerte se dirigió a la sangre que manchaba aquella lujosa cerámica, para luego caer en los ahora cadáveres.

Conocía los nombres de todos los miembros de la asociación juvenil.

Con su mirada conto los cadáveres esparcidos en la habitación, dándose cuenta que faltaban dos de ellos; uno era Chuuya, a quien Dazai estaba buscando y, el otro era un funcionario de relaciones públicas.

El funcionario de relaciones públicas era alguien bajo el mando de Oliver y, Alicia como su compañera lo vio las veces suficientes para memorizar su rostro.

Alicia se acercó a examinar los cadáveres, no era alguien especializada en medicina; incluso así su corta existencia recordaba a una joven con la habilidad de sanar cualquier herida, dándose cuenta que esas no eran sus memorias.

Ella no la conocía, pero en su memoria estaba presente el recuerdo de la charla de esos dos adolescentes e incluso si se forzara a recordar no lograría hacerlo; porque aquellos recuerdos pertenecían a Natsuo.

Camino entre los cuerpos, intentando encontrar algo que le ayudara a atrapar a el asesino, ella era alguien que a los ojos de los demás parecía estar jugando a los detectives.

Y ese grito inhumano detuvo su andar.

Alicia corrió hasta quedar al lado de Oliver.

Aquella llama negra tenía la intención de devorar todo a su paso, haciendo que Alicia quedara consternada por aquella vista frente a ella.

Pero aquel espectáculo fue tan corto que en el futuro muy pocos recordarían.

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Los dos cuerpos que chocaron y rebotaron como un trompo, rodaron intentando evitar las piezas de metal y vidrio que se esparcían a su alrededor. Las personas que estaban en el camino se sorprendieron y salieron corriendo. El combustible de aquel vehículo había causado una gran explosión, esparciendo las llamas y piezas de metal por todos lados. Lo que antes era un pacífico paisaje urbano, había dejado de serlo en cuestión de minutos, convirtiéndose en un campo de batalla que nadie esperaba.