Anna.
—Roxanna iba a ser tu nombre...—dijo mi madre mirando sus uñas.
—¿Entonces que pasó?—pregunté un poco congestionada, por lo que mi voz salio nasal.
—Tu padre quiso Anna—pocas veces hablaba de mi padre y cuando lo hacía me daba curiosidad, pero lo dejaba ir. No es que me interesara, él nos abandonó... era solo que me hubiese gustado saber qué sentía ella al respecto, saber el motivo por el cual no quiso volverme a ver en su vida.
—Anna es muy común, me hubiera gustado Roxanna— le dije.
—Querida, a mi me colocaron Arcadio Lenny—dice mi amigo sentado en los pieceros de mi cama con una mueca de asco—Tu nombre está bien, a los dieciocho cambié mi nombre solo por Lenny.
—Pero no es mucha la diferencia, te llamas Anna Rouse—Pues si, solo que estaba invertido prácticamente—además las personas siempre buscan llamar a las personas con un diminutivo, te iban a decir Anna de todas formas.
Habia amanecido con más fiebre que el día anterior, por lo que me dieron el día de hoy también. Lenny antes de ir al trabajo pasó a visitarme y ahora mi madre estaba tomando café junto con Lenny y yo estaba envidiandolos ya que a mi me tocó un té de limón para que se me quitara el resfriado, mi madre le contaba a Lenny cosas de mi nacimiento y el nombre que iba a llevar y hace uno que otro comentario para avergonzarme de cuando era una bebé regordeta y mordía a todos los niños que se me acercaban. El timbre sonó y nos quedamos mirando la cara con un signo de interrogación.
Mamá bajó a abrir.
—El jefe preguntó por ti ayer había olvidado decirte.
—No quiero saber de Lionel...—le respondí con desdén ya que estaba molesta, me había hecho sentir como la chusma después del beso.
—No, ese no se ha aparecido. Fue Nicolás...— Lo interrumpen.
—¡Hola Anna!—Entró mi Ex-principe de ojos azules, Kevin.
—Hola Kevin— dije tensa ya que la última vez habíamos quedado molestos
—Rosaurita me dijo que estabas enferma ayer, quedé muy preocupado, pero como ayer llovió no pude venir. ¿Te encuentras mejor?—miró a Lenny, es el único que pudo haberle dicho a doña Rosaura.
—Sí Kevin, gracias por preocuparte—dije sinceramente y estornudé.
Estuvimos hablando unos minutos más ya que debían ir a trabajar, pretendía descansar cuando ya todos se habían ido cuando sentí la puerta de mi habitación sonar.
—¡Mamá, quiero dormir!—chillé después de otro estornudo.
La puerta se abrió esperando ver la cara de mamá cuando di la vuelta, pero... ¿Qué creen? Automáticamente me cubri con las sábanas la cabeza, estaba horrorosa, ¿Cómo mi mamá pudo dejarlo pasar?
—No te avergüences, seguro has de verte hermosa con las mejillas y la nariz rojita—dice Lionel colocándose a mi lado.
—Te llenare de mocos sino te apartas.
además, estoy molesta contigo.—Y tienes toda la razón...—quité lentamente las sábanas hasta verlo a los ojos, unos ojos atormentados.
¿Acaso el beso había sido tan grave?
¿Tendría novia?
—¿Porqué me besaste?—le pregunté y el camino de un lado a otro decidiendo que palabras usar mientras yo cruzaba los dedos para que no dijera una estupidez.
—No lo sé, nunca me había pasado antes, me ganó el impulso y tuve miedo...—le sentí la voz llena de nerviosismo, Lionel no me veía a la cara.
—¿Miedo de qué? ¿Tienes novia?—pregunté metiendo el mechón que se me escapaba detrás de mí oreja temiendo su respuesta.
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El Diario De ANNA
RomanceAnna es una mujer de veinticinco años, común y corriente, tiene el rostro dulce y la mirada chispeante. Vive encerrada en su pequeño mundo ficticio en el que se traslada una vez escribe en su diario, en él escribe de su día a día, pero no de la man...