Capítulo 10: Despedida

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Anna.

—Pense que él me amaba, estuvo jugando todo este tiempo conmigo, ahora dice que no quiere nada conmigo ¿Pero qué hice?—preguntó en medio de lágrimas Anthoni mientras yo lo consolaba—Tu lo sabias... ¿Porque no me dijiste que él ya no me amaba?

—Porque eso no me correspondía y él te adora, te ama y sé que es así, solo que no como tú quieres...Mejor hablen, el te explicará mejor—el se despegó de mí abrazo y negó con la cabeza con una sonrisa triste en sus labios.

—Tienes razón, era él quien debía decírmelo, pero tampoco lo hizo cuando le pregunté más de mil veces el motivo de su cambio... tantos días de angustia para enterarme de esta forma. Es un cobarde...—No podía decir nada, solo le pedía que fuera fuerte... debia ser neutral.

Después de un rato se despidió con un beso en la mejilla y un abrazo un poco más calmado... Sus ojos hinchados aún se veían decepcionados y tristes al salir por la puerta de mi habitación.

Me encontraba en esta situación porque había dejado mi puerta abierta mientras hablaba con Lenny por el altavoz del celular, él me decía desesperado que no se atrevía a decirle la verdad a Anthoni, que no sabía como reaccionaría, claro y se enteró de la peor forma porque una vez colgué Anthoni se detuvo furioso y triste frente a mí y luego se puso a llorar, me sentía verdaderamente mal, me sentí culpable de sus lágrimas sin tener culpa de nada, simplemente por saber que ya Lenny no lo queria como el quería mucho antes que él.

Le llamé a Lenny para avisarle lo que había sucedido y simplemente me colgó una vez le dije todo imagino que molesto y dolido por la situación y porque todo haya sido de esa forma.

La situación me dio ganas de escribirla, necesitaba cambiarla aunque no fuera la realidad, pero gran sorpresa me llevé cuando no encontré el diario en mi bolso. Empecé a buscarlo por todos lados. Debajo de la cama, en mi mini biblioteca, busqué por toda la casa con mamá detrás preguntándome que era lo que tanto buscaba para ayudarme y nada, mi hermoso diario no había aparecido. Una vez resignada y algo triste me tiré en el sofá con un soplido de resignacion llenándome de teorías sobre el escurridizo diario.

—Creo que perdí mi diario...—dije con mi voz quebrada, aunque pareciera tonto e infantil lo amaba y no ayudaba que estaba demasiado sensible por todo lo que había pasado antes con Anthoni y mucho menos el hecho de que se aproximaba el bendito ciclo menstrual.

—¡Oh, cielo! ya aparecerá, pero no te pongas así... veras que lo encontraremos... pero otro día porque hoy voy a salir—Dijo tomando su bolso.

—¿De nuevo...?—hice un puchero—¿Y esta vez con quien?

—Unas amigas cielo...

Mis ojos se abrieron con sorpresa cuando recordé que tanto Lenny como yo teníamos una invitación de Bárbara quien nos había invitado a su fiesta de despedida, ella se había vuelto muy amable conmigo. Tanto... que podía decir que me agradaba.
Desde hacia una semana me ayudaba con mis ejercicios cuando coincidíamos en el gimnasio y eso era casi todos los días, jamás pensé decir eso, pero creía que la extrañaría.

¿Quién iba a ayudarme ahora con los ejercicios?

Miré el reloj y apenas eran las once de la mañana, le escribí a Lenny con mucho tacto si pensaba ir.

Nuevo mensaje

Lenny: Necesito distraerme en estos momentos y una salida no me caería nada mal.

Empecé a buscar qué ponerme para dejar listo todo para la noche porque era tan indecisa que jamás sabía qué ponerme y por eso Lenny me ayudaba casi siempre, esta vez el no lo haría. No podía depender de él de por vida.

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