Nicolás.
Ver a Anna había sido un golpe de adrenalina, emoción y mucha suerte... La había deseado ver hacia tanto que no supe como reaccionar cuando lo había hecho. Se notaba tranquila y eso me había gustado, no pensé que después de pocos meses estaría así. Seguía siendo la misma chica linda, descarada y claro, tímida. Si, Anna era una extraña mezcla que me tenía enloquecido.
Quería besarla, no quería aguantarme, no dejaba de rememorar el recuerdo de cuando la amé en mi cuarto, de cuando le hice el amor y la hice mía. Había sido fantástico aunque sabia que al día siguiente tendria que asumir las consecuencias de ese acto, su carta me confirmó lo que ya sabía, pero esta vez sabía que era lo mejor, sin embargo. Yo no soportaba tenerle tan lejos y mucho menos ahora que habíamos hecho el amor, y no una... sino varias veces.
"Nicolás, nisiquiera sé que decirte... esto estuvo mal y lo sabemos, pero no me siento mal...sé que tampoco tu lo haces debido a tus sentimientos hacía mi, no puedo quedarme aquí, me iré por un tiempo mientras todo se calma, no creo que pueda lidiar con la mirada de las personas, con las burlas, críticas, su sentir falso y sus curiosidades cuando descubran la verdadera razón por la cual todo entre Lionel y yo terminó el día que se suponía sería el más feliz de mi vida. Lamento dañarte, perdón si con mi actuar te he dado más esperanza, por esa razón he decidido no querer nada de ti, nisiqueiera tu amistad. Estoy destrozada y no se si alguna vez pueda volver a confiar, aun estoy enamorada de Lionel y aunque no niego la química y atracción que tenemos, eso no es suficiente. Y menos ahora que acabo de salir de esto, mientras estuvimos juntos vi tus ojos anhelantes, tus dulces caricias y también sentí tus besos tiernos confirmándo el amor que sientes por mí. No quiero dañarte como me han dañado a mí, no estoy preparada para esto. Para nosotros.
Gracias por todo.
An"
Con eso me había dejado, había hecho lo que muchas veces le había hecho yo a las mujeres y no pude más que reír como un tonto, con los días había descubierto que Lenny y Lionel estaban viviendo juntos, en la familia estaban muy molestos con él, mis padres decepcionados y Fer no quería ver a ninguno de los dos, pues ella adoraba a Anna. Barbara se sorprendió de lo sucedido jamás se imaginó que algo así pudiera pasarle a su amiga, su amiga que se veía enamorada y decidida a todo por Lionel.
A veces pasaba por la casa de Rise preguntándole si sabía algo de Anna, quería saber como se encontraba. Al principio ella había creído que Lionel me había enviado, pero una de las tantas tardes que había ido decidí contarle la razón por la que estaba interesado en saber de Anna. Para mí era fácil contratar a alguien y averiguar su paradero, pero simplemente no podía actuar de esa forma e invadir su privacidad por lo que opte por prácticamente rogarle a Rise quién habia terminado por decirme donde se encontraba, sabía que se encontraba viviendo con su tia, pero no conocia el lugar donde residía, pero cuando Rise me dio la ubicación no sabía que hacer con esa información, no sabía si ir y presentarme, después de todo habían pasado tres meses desde la última vez que la había visto, ella había sido sincera conmigo respecto a sus sentimientos y no sabía si estaba dispuesto a que posiblemente me destruyera el corazón. Había tenido una gran idea después de pensarlo tanto, quizás no podía acercarme, pero podía hacer algo para que ella estuviera feliz.
El pueblo era grande, la gente tranquila y curiosa al ver caras nueva pasearse por sus calles, me costaría buscar primero el lugar donde quería ejecutar mi idea y después de hacer varias preguntas di con un chico llamado Ryan Breakker quién era un chico bastante humilde. Lo había citado para acordar el precio de su lote, pero nadie me preparo cuando me encontré con los ojos más bonitos que había visto en mi vida. No podía creer que ella estuviera aquí, no sabía que decir. Ella no quería nada de mí, así que traté de ignorarla, pero mis ganas de verla a cada momento y la condición en la que estaba me habían movido a aprovecharme llamándola y viéndola a cada oportunidad para hacer uso de sus atenciones.
Me debatía si dejarle o no propina, pero no quería que se ofendiera si dejaba demasiado o poco dinero, o si dejaba dinero en lo absoluto así que después de pensarlo decidí que mejor no lo haría. Ryan se habia ido y yo me quedé bebiendo un par de tragos más, debatiéndome si hablar con ella o no;
Lleno de frustración cogi mi auto y me fuí, pero dos cuadras más me devolvi y espere impaciente dando vueltas como león enjaulado en la puerta del restaurante. Apenas la vi salir distraída me recosté en mi auto fingiendo tranquilidad y la invite a beber algo.Estaba más delgada que la última a vez y también su rostro era mucho más hermoso. Tenía un deje de nostalgia que hacía que me provocara llenarla a besos y abrazarla para demostrarle lo mucho que la había extrañado, pero me contuve.
La noche fue extremadamente agradable y las horas pasaron mientras charlábamos como dos grandes amigos y tenia tanto tiempo que no me divertía tanto... Habíamos quedado en que me enseñaría el pueblo, pero cuando se acercó el momento de la despedida pude sentir su beso en mi mejilla encenderme y gire rápidamente queriendo besarla, algo en sus ojos me tentaron por un momento, pensé que ella quería recibir una caricia de parte mía, por lo que ella misma al percatarse del peligro que corría se bajó y entró a su casa.
Existía entre nosotros dicha atracción que estaba seguro que sino se hubiera ido le hubiese hecho el amor nuevamente, pero esta vez en el auto.
Estaba tratando de controlarme para volver a conducir, estaba a punto de salir del auto, entrar a su casa y comerla a beso. Después de unos minutos apreté el volante del auto para calmar mi necesidad de tenerla y me fuí.
Al día siguiente estuve esperando en mi habitación que me escribiera, aun seguía bloqueado. Por ese motivo no podía escribirle. Ya siendo las cuatro de la tarde mi celular sonó y contesté rápidamente. Era un mensaje.
Anna: Hola, lo siento, no podremos vernos hoy, mañana descanso, podemos hacer mañana de todo un poco. Ya puedes escribirme, ya no estás bloqueado.
La saludé y planeamos todo para el día siguiente, me dedique entonces en lo que me quedaba de tarde en llamar a unas cuantas personas que me ayudarían con el proyecto.
La noche fue extremadamente lenta, parecía un niño cuando le decían un día antes que iría a un lugar donde había deseado ir toda la vida, la ansiedad no me dejó dormir. Trataba de encontrar la mejor forma de acercarme, ella no me amaba. Debía metermelo en mi cabeza, ella solo quería un amigo y eso era justo lo que intentaría ser porque no podía perderla de ninguna forma.
Nuevo mensaje
Barbara: Te odio.
Nicolás: ¿Qué te hice ahora?
Barbara: Fer me lo ha dicho todo, amas a Anna—miré el mensaje y decidi que era mejor no responder.
Barbara: Te odio por no contarme, por permitir que Lionel la lastimara de esa forma. No estoy molesta, aunque sí algo dolida por tu falta de confianza. Me alegro que haya sido de Anna quien te hayas enamorado, estoy arrepentida de haberte lanzado ese maléfico hechizo y más cuando yo ahora estoy tan feliz y no tiene ningún sentido. Llámame apenas puedas, Te quiero mucho Nico.
Nicolas: Lo haré.
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El Diario De ANNA
RomanceAnna es una mujer de veinticinco años, común y corriente, tiene el rostro dulce y la mirada chispeante. Vive encerrada en su pequeño mundo ficticio en el que se traslada una vez escribe en su diario, en él escribe de su día a día, pero no de la man...