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Me hubiera gustado admitirlo antes, pero, no soy tan valiente.
Temía por esto, por los sentimientos, pues, esta bien sabido que como novenos no nos permitimos sentir más allá de lo físico y lo que la obsesión nos regala. Aunque yo no fuera como ellos.

¿Amor? Puff eso había quedado atrás.

Esa era mi lucha diaria, el retener mis emociones, el no ser tan expresiva por miedo a alejar al chico que me atrajo a este mundo. Tenía que ser cuidadosa, tenía que calcular cada movimiento si no quería fastidiarlo. No quería alejarlo, pero entre más me acercaba, Damián construía más barreras y se alejaba. Tal parecía que él huía de una bomba que pronto explotaria y esa bomba era yo.

Comenzaba a desesperarme, ya no sabía que hacer. Muchas veces me arriesgue y no obtuve mucho a cambio.

Tampoco lo voy a negar, si hubieron besos, caricias prohibidas y quizá sangre porque repito, cedí para atraerlo a mí. Incluso nos regalamos noches pero esos momentos eran casi inexistentes. Todo aquello para mi era un regalo invaluable porque sabía que estaba irrefutablemente enamorada de mi vecino misterioso.

Pero esa noche, esa noche todo dió un giro inesperado cuando entre a la cabaña buscando a la manada y encontre a Damián bailando con una chica de piernas largas. El contorneo de sus cuerpos, lo bien que se veían juntos, todo eso me revolvió el estomago y un nudo en mi gargante se formo.

Quería reclamarle el porqué la tocaba así, pero, no somos nada. ¿Lo fuimos al menos una vez?

Con los desanimos por los suelos y tragandome ese nudo, me dedique a buscar a los demás. Los encontre.

Poe y Archie discutiendo como siempre y Eris junto con Tatiana compartiendo una copa de ambrosía.

—¡Pastelito, llegaste! —Poe saludo animado y solo me dedique a asentir —. Pero, ¿qué es esa cara? Parece que te acaban de matar.

Archie se río.

—Amigo, a veces eres muy estúpido. ¿Cómo va a tener esa cara si la acaban de matar? Ni siquiera estaria de pie?

Poe torció los ojos y volvió a mirarme.

—¿Te nos unes? —pensaba en huir pero la idea no me pareció tan retorcida.

Podría descubrir que era lo que estaba pasando, si Damián estaba saliendo con esa chica y así finalmente terminar por destruir mis esperanzas.

—¿Ambrosía? —ofreció Poe y yo asentí.

Con agilidad movía sus manos para maniobrar la botella de la bebida mas costosa de quizá todo el mundo y así derramar el chorro dentro de la copa.

Me embeleso y por un momento me dedique a verlo. Él sonrió.

—Pensé que solo mirabas así a Damián.

—Ya no —quise sonar convencida.

—¿Cómo está eso? —pregunto pasándome la copa. Bebí.

—¿Sabes si él esta con alguien más? —Poe ni siquiera lo pensó, su rostro me lo dijo todo.

—Oh, ¿lo dices por Melina?

Ja con que así se llama...

—Damián no es mucho de contacto y apenas llegue lo encuentro siendo restregado por esa chica.

Poe se río pero no de mí, sino de la situación.

—Pastelito, los celos son algo... exquisito, peligroso, pero al fin de cuentas exquisito. —él también bebió de su copa y miro a Archie —Pero realmente no sé, ¿tu sabes algo, cuatro ojos?

Archie nego.

Y como atrayendo aquello, Damián llego con Melina colgando de su brazo. Ambos jadeaban.

Baje la mirada, sabía que Damián me miraba. Sentía el peso de esa mirada fría que me había mostrado desagrado, desprecio o todo eso que yo quería sustituir por pasión y amor.

—¿No me vas a presentar? —la voz era desconocida, pero sabía a quien pertenecía.

—Los conoces a todos. —soltó Damián como si nada.

Jum

—A ella no.

Y entonces mire en dirección a dónde estaban ellos y retuve mi mirada por unos segundos con la de Damián para después mirarla a ella.

—Hola. Soy Padme Gray —le extendí mi mano y ella la acepto.

—Mucho gusto, Padme, Soy Melina Bullock.

—El gusto es mío —no, no lo era.

—Bien, solo veníamos por un trago —hablo Damián tomando lo que menciono y se alejo.

Y entonces paso algo que no debía pasar.

Ese impulso de idiotez que a todos los humanos nos llega al día durante nuestros cinco minutos de debilidad emocional me levanto de aquel sofá de cuero para alzar la voz.

—¿Y te vas así cómo si nada? —Damián se detuvo. —Debiste ser claro, Damián. ¿Ya le dijiste a Melina quién soy para ti?

Y ese fue mi segundo error, creer en todas mis esperanzas, el primero fue aferrarme a un sentimiento que él definitivamente no tenía por mí.

—Claro, lo sabe. —bufé.

—Que te aproveche —y sin más le pase por un lado chocando su hombro con el mío en ese intento enojado.

Los ojos se me aguaron y para cuando estaba saliendo de la cabaña unos brazos me retuvieron.

Y entonces me deje envolver en su calidez. Volví a caer en la esperanza.

—No soy Damián —escuche a Poe susurrar entre mis sollozos —. Pero estoy aquí.

Lloré.

Lloré por todo lo que fuimos y por lo que no fuimos, porque mientras yo entregaba todo de mi no recibía nada a cambio, lloré de impotencia por detenerme a hacerle daño físicamente como éllo hizo a mí.

Y mientras los brazos de Poe me enfundian calor, él alivianaba el dolor que alguien más provoco.

Eso no era justo, pero así es la vida.

—Llévame a casa, por favor —le pedí más calmada.

—¿Estás segura que quieres que tu madre te vea así?

No, no quería que me siguieran viendo mal. Negué.

—Tienes razón, pero, ¿a dónde más voy?

—Pastelito, en mi castillo siempre habrá lugar para ti.

Entonces Poe me detuvo y en sus brazos me llevo a conocer otra versión de un noveno.

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Hola hola. Aquí Gabyy.
¿Qué les parece el primer cap?
Por favor denle amor y apoyenme para poder seguir:)

(Sin revisar porque venía en carretera xd)

Besos de Ambrosía.

AMBROSÍA | Poe & Padme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora