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Poe me mantenia quieta

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Poe me mantenia quieta.

Admiraba la forma en la que me llevaba a la locura y con un beso más me regresará a mi cordura.

—Será mejor que tomemos un baño —sugirió de pie a la cama.

—Esta bien —accedí siguiendolo.

Arrastraba una sabana de seda que cubría mi desnudez.

Mi novio se encargo de meterme a la ducha sin esa tela y ambos sonreimos ante la sensación de nuestros cuerpos siendo empapados.

—Me gusta verte mojada —dijo repasando mi figura.

—Eso es porqué me esta mojando, señor Verne.

Soltó un silbido y sonrió ampliamente.

No me inmute como otras veces hacía y de puntillas lo abrace para alcanzar sus labios. Lo bese firme y sin prisas.

Poe llevo sus manos a mi cadera y me apretó contra si. Mi piel rozaba la suya y con ayuda del agua la sensación era inexplicable.

Mordió mi labio y jadeé. 

—¿No se nos hace tarde, señor Verne? —pregunte agitada.

—Si me sigues llamando señor Verne, será un hecho. —él también llevaba la respiración acelerada.

Deshice la conexión y dí marcha con mi baño. Pasando la esponja con jabón líquido sobre mi cuerpo.

—¿Necesitas ayuda mi amor? —Poe susurró a mi oído con esa voz que me calentaba.

Asentí sin respingar. Él tomo la esponja y la paso por mi espalda hasta bajarla a mis piernas. Me pego un azote y yo jadeé fuerte.

—¿Eso era necesario?

—Mucho, si.

Yo lo ayude a tallar su espalda y al enjuagarla, bese la piel con adoración. También me dí el tiempo de admirar los rasguños que mis uñas dejaban.

—¿Te duelen? —repasó mis dedos sobre las marcas.

—No. Deberías hacerme unas cuantas más que duelan. 

Reí.

—Eso será después señor Verne, o en serio llegaremos tarde.

Sin más, terminamos con la ducha. Después de un rato ya nos encontrábamos vestidos.

Poe había comprado un tanto de ropa muy linda y elegante para mi, dejándome un espacio en su gran closet para que pudiera guardarla ahí. 

El vestia de negro. Su camisa abotonada hasta la mitad del pecho lo hacía lucir fresco y animado a pasar una velada en compañía a sus amigos.

No lo iba a negar. Estaba nerviosa. Tendría a Poe y a Damián en el mismo sitio después de todo lo que ha pasado.

Ni siquiera me imaginaba ver a Damián. No era que había hecho algo malo pero el ambiente se sentía frío y eso que aún no ĺlegaba.

AMBROSÍA | Poe & Padme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora