Capítulo 7: Primeras veces.

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El domingo tal y como lo dijimos nos la pasamos hablando por mensajes todo el día, y cada vez que me llamaba por mi nombre me decía linda Abril.

¿Le preguntaba? ¿No le preguntaba?
¿Le preguntaba? ¿No le preguntaba?

"¿Me explicas la tarea de matemáticas?"

Le pregunté por mensaje, sólo esperaba que no creyera que lo estaba usando.

"Claro, llego a tu casa en 30 segundos"

¡¿Qué?! Mamá estaba cerca de la puerta a punto de irse al trabajo, tenía que evitar que mamá conociera a Rosel, ya que como pediatra sé que se emocionaría con los múltiples síndromes de Rosel, lo sé ¡La conozco! Pero apenas alcancé a bajar las escaleras cuando tocó a la puerta y mamá abrió.

Rosel saludó con la mano.

- ¡Hola! Eres Rosel, el vecino de al lado ¿No es así?

Rosel asintió.

- ¿Por qué no hablas? ¿Te comió la lengua el ratón?

La cara de Rosel fue un poema de confusión, intervine lo más rápido que pude.

- Mamá, te presento a Rosel, es mi...

Espera ¿Qué demonios éramos? ¿Ya éramos novios? Vamos Abril ¡Un beso en la mejilla y coquetear no los hace novios!

- Sí lo conozco Abril, es el hijo de Luculia, pasa chaparrito.

Rosel volvió a voltear con mamá muy confundido, ella estaba de espaldas agarrando sus cosas para ir al trabajo, Rosel aprovechó que no lo veía, la midió con su mano y le llegaba al hombro, obviamente Rosel era mucho más alto, volteó conmigo e hizo un ademán de pregunta, me le acerqué al oído.

- Así les dice a todos los menores de 18 años.

Dije silenciosamente, mamá volteó y ambos nos separamos.

- Bien, me voy al hospital, Abril, tu padre y hermano están arriba, Rosel te quedas en tu casa.

Mamá salió y yo suspiré de alivio, volteé con Rosel, su cara de pregunta era inquietante.

- No, no va al hospital porque esté enferma, es pediatra y trabaja en el hospital.

Rosel sonrió y asintió, yo tomé una pizarra pequeña de mi hermano menor y se la di.

"¿Y qué hay con lo del ratón que come lenguas?"

Me solté riendo, el parecía confundido.

- Es una forma de decirle a las personas que no quieren hablar, no existe algo como un ratón comelenguas.

Rosel rió.

"Es una frase sin sentido y divertida"

- Lo es.

" ¿Qué es lo que no entiendes de matemáticas?"

En seguida nos pusimos a estudiar, sí a estudiar, como Rosel no podía hablar escribió paso a paso como él resolvía los problemas de matemáticas, él no usaba las operaciones y fórmulas que el Profesor enseñaba, no sé cómo lo hacía pero lograba ver los problemas matemáticos desde otra perspectiva más simple y llegaba a resultados sin necesidad de tantos cálculos, también pude notar que era ambidiestro, escribía tanto con la mano derecha como con la izquierda, y mientras yo resolvía mi tarea él comenzó a dibujar.

- Listo, ya terminé.

Dije en voz alta cuando me estiraba. Él se apuntó a él mismo, dijo sí con el dedo y me mostró lo que había dibujado, un retrato mío hecho con una técnica que jamás había visto, estaba hecho con puntos tan juntos que tenías que observar bien para verlo.

Él es diferente ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora