Abro los ojos y tacho mis ojos con mis manos, rasco de ellos y suspiro acostumbrándome a la luz qué entra por el balcón de mi habitación.
Me desperté totalmente adolorida. Recuerdo los momentos vividos en la noche y mierda, ya quiero volver a repetirlos. Muerdo mis labios inconscientemente y sonrío.
Mis nalgas arden debido a las nalgadas qué me dieron, no estoy segura ni de poder sentarme en el retrete. Mi pechos los siento desmoronados y de tan solo tocarlos me duelen y pienso que en cualquier momento se me puede caer el cabello debido a, los jalones; jalones qué estos tres demonios acostados a mis lados producieron en el.
Volteo a los lados y veo a Eder a mi lado derecho. Está dándome la espalda, una espalda simplemente perfecta. Se le notan los músculos y sin poder evitarlo deslizo mi mano sobre él; lo qué hace qué se remueva en su sitio y sus músculos se flexionen más. Acaricio suavemente la piel de su espalda y le dejo un besito en su hombro.
El se voltea y alejo mi mano rápidamente, pero el la detiene. Abre sus preciosos ojos verdes y me contempla. El es mi asocial de mierda, que adoro como nadie tiene una jodida idea, su cara siempre está arrugada con su típica carita de culo, que a simple vista dice "perderás tu tiempo en hablarme, porqué no responderé"
— Buenos días. — me susurra con su voz ronca sin ninguna expresión en su rostro, pero con sus ojos más brillosos qué nunca, me ve como si fuese una cosa maravillosa y eso me encanta.
No le respondo, pero alzo mi mano y le acaricio su mejilla. El se me acerca y me da pequeño beso en mis labios, después se acomoda a mi lado, cierra los ojos mientras le hago cariñito en el cabello. No tarda mucho en volverse a quedar dormido.
Volteo a mi lado izquierdo y veo a Malyk, mi precioso Conejo. Su cabello está súper despeinado y hermoso, su piel está pálida como siempre pero con aquellas pecas qué le hace resaltar sus preciososas mejillas. Sus largas y espesas pestañas negras descansan sobre sus pomulos y sus labios están cerrados. Está totalmente acostado boca abajo, pero su rostro en dirección hacia mi.
Me acerco a el y deposito un beso en sus labios. Es extremadamente tierno, si lo hubiese visto por la calle jamás pensaría qué fuera un demente.
Por ultimo veo a Heros, el cual está acostado a mis pies. Recojo mía pies y gateo hacia él. Está desnudo y la cobija tapa ligeramente su miembro. Me deja ver a la perfeccion su cuerpo bien formado y lleno de tatuajes, tiene su cabello castaño desordenado y su pecho sube y baja lentamente. El es totalmente sexy.
Sin pensarlo, deslizo mi mano desde su vientre hasta su pecho, aprieto ligeramente sus hombros y me inclino para besarlo; lo beso en el pecho, en su hombro izquierdo, en el cuello, en su barbilla y cuando llego a su boca, veo que tiene los ojos cerrados pero una sonrisa en sus labios.
— Eres un imbécil... — le susurro cerca de sus labios. El abre los ojos y me da una mirada maliciosa.
— Lo sé. Tú sigue besándome, no te detengas. — el me agarra de la barbilla y me guía hasta sus labios, abre los labios y nos besamos lenta y tortuosamente.
Su mano viaja por mi espalda y llega hasta mi culo, pone su mano en el y lo acaricia. En cambio, yo deslizo mis manos por su pecho, pasando por su cuello y llegando hasta su cabello. Su boca sigue moviéndose lentamente, y adentra su lengua para jugar con la mía. Me aprieta de las nalgas para alzarme y colocarme a horcajadas sobre él. Siento su miembro erecto en mi parte intima y yo me muevo de manera lenta sobre el.
No he tenido tantos momentos íntimos con Heros, pero joder, cuando lo tenemos son los mejores.
El se despega de mis labios y solamente me ve, por primera vez no veo una mirada maliciosa en él. Es una mirada sincera y genuina, una mirada hipnotizante, que con solo mirarme siento miles de caricias en mi interior.
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Los Canavarlar [Klanlar #1] ✔
Mystery / Thriller[HISTORIA COMPLETA Y SIN CORREGIR] Los hermanos Valter, mejor conocidos como Los Canavarlar; son unos psicópatas que dominan las reglas en el pequeño y exotico pueblo de Aralicia. Todo empezó con una fotografía y una gran incógnita qué llevo a des...