Los Canavarlar [Klanlar #1] ✔

• Capitulo 32 •

Capítulo dedicado a EvenisArraez, poco tiempo y ya te adoro♡

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Después de abrazar con mucha fuerza a Eder, nos dirigimos a donde aun se encontraban las chicas. Heros y Malyk aun no han vuelto y eso me tienen hasta los nervios.

Las chicas y yo empezamos a recoger las cosas y yo con botellitas de agua empiezo a limpiar la sangre que corre por el cuerpo de Eder.

Era preferible qué se metiera en la playa, pero no quería ya qué es agua salada y no sabemos si podía infectarle o qué mierda.

— Ya esta. — le susurro mientras termino de limpiarle con la botellita y la toalla.

— Estoy preocupada por los chicos... — empieza a decir Ludovica, volteo a verla y está a punto de llorar.

— ¿Y si encontraron al sujeto? — les pregunto. Eder me jala y me siento entre sus piernas dándole la cara a las chicas.

— Puede qué si, intentare llamar. — dice Prella, agarra su celular y se va a un lugar apartado para empezar a llamar a los chicos.

— Todavía no entiendo porque estabas lleno de sangre, ¡¿Ustedes quienes mierdas son?! ¡¿Asesinos?! — pregunta exaltada y al borde Vega.

Dolfi le pone una mano en la boca para que se calle.

— Ellos tendrán sus razones, sientate y ya. — le dice Dolfi.

Vega sin objeción alguna, le hace caso y se sienta a su lado.

Un teléfono empieza a sonar y me apresuro a ver cual es, encuentro un celular dentro del bolso de Malyk y lo alzo, mostrándoselo a Prella.

— Malyk dejo el celular.

— Idiotas. — dice Eder.

Suspiro con nerviosidad y rebuscó en el bolso de Heros.

— Creo qué Heros sí lo llevo con el. — ella intenta llamar al susodicho y a lo lejos se escucha un celular. Todos volteamos en dirección hacia aquella dirección y los vemos.

Ambos vienen hacia nosotros, se les nota súper enojados.

Terminan de llegar hacia nosotros y ellos sin decir absolutamente nada, recogen los bolsos.

— Nos vamos. — dice Heros.

— Pero... — empieza a decir Prella, pero enseguida es interrumpida.

— Ahora. — los chicos caminan con los bolsos colgados del hombro y nosotras nos encaminamos detrás de ellos, hacia la salida de la playa.

Tiran los bolsos en la maletera del auto y Eder quita los seguros de la camioneta, nos montamos organizados y arrancamos hacia la mansión.

Estan muy enojados y a todas nos da terror pronunciar alguna palabra. Jugueteo con los dedos de mis manos hasta llegar a la mansión.

A los minutos de un silencioso recorrido llegamos todos a la mansión. Vega y Dolfi ponen caras confundidas.

— ¿No nos darán la cola a nuestra casa? — pregunta Dolfi.

— No. Ahora también son parte de esto o estarán en peligro.

Abro los ojos de par en par.

¡Joder! Esto era lo qué no quería, que ellas se metieran en esto.