Podía realmente acostumbrarme a esto de perder clases de modales.
No sabía la razón por la que tan frecuentemente nos habían estado dejando comer al aire libre por nuestra cuenta últimamente pero obviamente no me estaba quejando.
Era molesto tener a alguien diciendo qué comer, cuánto comer y cómo comer.
Dejé caer la bandeja que contenía mi comida sobre una de las mesas de afuera. Me había decido por carne con papas, arroz y ensalada cesar con una coca-cola.
Había perdido a mis compañeras de habitación después de la segunda hora de tortura, digo clase. Aunque si debía admitir que ahora no era tan molestoso como antes, tal vez ya me estaba acostumbrando y haciendo la idea de que pasaría un buen rato aquí.
- Hola, Blair. –Saludó con cierta emoción, Jade.
Enarqué una de mis cejas, viéndola un poco extraño. –Hola. –Sonreí sin mostrar los dientes.
- ¿Puedo sentarme contigo? –Preguntó haciendo señas hacia la banca de la mesa que estaba a mí frente.
- Um, seguro. –Asentí y vi como se sentó delicadamente con una sonrisa. – ¿No vas a comer?
- De hecho ya vienen— ¡Matt! –Llamó e hizo señas al chico que venía caminando, buscando a alguien con la mirada. Él sonrió y se encaminó hacia ella con ambas bandejas entre sus manos. –No te molesta que Matthew se siente con nosotras, ¿cierto? –Preguntó.
Apreté los dientes. –Para nada. –Sonreí falsamente. Matthew me vio después de haber caminado otro poco, parecía sorprendido y confundido, tal vez porque me encontraba sentada junto a su novia.
- No sabía que os conocíais. –Dijo, dejando una de las bandejas frente a Jade pero mirándome.
- Pues vamos a varias clases juntas, honey. –Le sonrió ella.
- Ya, claro. –Dijo él, dejándose caer junto a ella. –No te molesta que me quede, ¿o sí?
- Oh, no, no. –Dije levantando rápidamente la mirada hacia él y bajándola nuevamente a mi carne a medio probar. De repente, ya no sentía hambre.
- Creí haberte dicho que sin aderezo la ensalada, bebé. –Hizo un puchero la rubia. Matthew la miró mientras le daba un sorbo a su coca-cola.
- Se me ha olvidado, Jade. Lo siento. –Se disculpó él.
- Está bien, pero la próxima acuérdate, ¿sí?
- Vale, al menos la coca-cola es de dieta. –Trató de bromear él.
- Gracias, honey. –Acarició la mano de él por sobre la mesa.
- Que raro que nos estén dando tanto tiempo libre, ¿no? –Pregunté.
- No es algo por lo que emocionarse, es estos días mientras la señorita Elena está fuera, creo que vuelve para mañana. –Se encogió de hombros Matthew y llevó un poco de arroz hacia su boca.
Asentí. Jade comía su ensalada con algo de asco, aun después de haber sacado parte sin aderezo. Quería reírme pero pensé que eso no sería lo más educado.
- ¿Ya tienes tu vestido para el baile? –Me preguntó.
- ¿Baile? ¿Qué? –Pregunté, colocando una mano sobre mi boca y así evitar escupir la comida que masticaba.
- ¡Para el que hemos estado practicando!
- Ah. –Apenas dije.
- Debes tener un color a juego con tu pareja, que suerte que estás con Matt. Estaría conmigo, de no haber sido porque llegó tarde ese día y tú estabas sin pareja. –Sonrió pero no parecía muy real. – ¿Cierto, Matty?
Él tragó antes de responder. –Sí, mala mía. –Se encogió de hombros.
- ¡A mí me encanta el rosa!
Que novedad, quise decir más me retuve. –Yo creo que el turquesa quedaría estupendo en una corbata, porque no es que sepa mucho de vestidos. –Dije sin importancia.
- El turquesa suena genial. –Sonrió Matthew. Mordí un trozo de carne con una leve sonrisa.
- Sí, bueno, quizá podría ayudarte con tu vestido. –Intervino Jade.
- No tienes que.
- Quiero hacerlo. –Aseguró, asintiendo con la cabeza eufóricamente.
- De hecho, los vestidos no son lo mío. No me gusta usarlos y no los usaría a menos que me viera obligada a hacerlo, como esta ridícula falda. –Gruñí.
- ¿Cómo? ¡Las faldas y vestidos son realmente lindos! –Chilló.
- No lo sé, son muy, de niñas. –Hice una mueca. Matthew parecía querer sonreír.
- ¿Y qué piensas? ¿Venir en jeans y sudaderas a un baile? –Preguntó con cierto sarcasmo y carcajeando sin humor.
- De hecho, eso estaría genial. –Sonreí, encogiéndome de hombros.
Jade dejó de reír e hizo una mueca. –Que inapropiado. Igual, podría ayudarte y convencerte de usar uno, seguro te debe gustar alguno.
- Bueno, si mi madre no se emociona al respecto, supongo que podríamos ir a algún centro comercial a observar.
- ¡Claro! –Agitó sus manos en emoción.
- Dejar de hablar de cosas de chicas. –Bufó Matthew.
- Tu novia ha empezado.
- Ella no—
- ¡No es cierto! –Le interrumpió ella a Matthew. –Sólo quería ayudar. –Hizo una mueca.
Intenté forzar una risita mientras asentía y terminábamos de comer. Charlamos otro poco antes de tener que volver a las otras clases del día.
Mi estómago se constreñía de sólo ver cómo le tomaba de las manos, sin alguna razón específica.
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Matthew en multimedia.
espero os guste David o preferis a Colton Haynes? Yo la verdad, a veces me encaja Colton otras David, que pensais?
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Lo contrario a una dama
RomancePensareis que sería bastante ilógico que la hija de una famosa modelo no sea femenina, ¿no? Mucho menos teniendo como padre a uno de los más importantes empresarios de Seattle, sea desaliñada. Pero debéis pensarlo dos veces porque Blair es diferente...