Capítulo 6

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- Levanta tu flojo trasero de la cama ahora mismo, Blair Ross. –Llamó como por quincuagésima vez en la mañana Lauren.

- No estoy de los ánimos de levantarme hoy. –Me cubrí con la sabana hasta la cabeza.

- Me vale. Te levantas, ya vamos tarde. –Haló mi sabana.

Gruñí. –Joder. Que hoy me salto clases.

- En tus sueños, princesita. –Sentenció Danielle.

- Iros ahora mismo que vais tarde.

- Nos vamos pero contigo.

- Bien, entonces todas nos saltamos clase hoy porque no me pienso levantar de aquí.

Ambas bufaron. –Que necia.

- Ni si te ocurra salir de la habitación que si descubren que has faltado por pura gana tuya, estás frita.

- Si, si, lo que digáis. Adiós, besito. –Las despaché, deseando volver a mi anhelado sueño mañanero.

Escuché la puerta siendo cerrada y suspiré, abrazándome a la almohada. Unos minutos más no le harían daño a nadie.

***********

- ¡Por el amor de Dios, Blair! No busques tantos problemas.

- ¿Quién dijo problemas? –Sonreí con cierta malicia.

Amber suspiró. –Eres imposible. –Negó con una sonrisa. Estábamos teniendo una videollamada. Hacia unos minutos me había levantado y estaba muy aburrida, además ya me hacía falta mi mejor amiga.

Reí. –Lo sé. Pero es que este internado es horrible. Lo odio tanto.

- Hablando de odio, jamás me terminaste de contar como fue lo de Matthew. –Sonrió ella con picardía.

- Nada fuimos a por un café ayer por la tarde.

- ¿Y? ¿Qué tal?

- Fue, –Busqué la palabra correcta. –Agradable.

- ¿Sólo agradable? –Asentí y ella hizo una mueca.

- ¿Qué esperabas?

- Que me confesaras tu amor secreto por él.

- ¿Amor secreto? –Reí.

- Tú no odias a la gente muy seguido, Blair. Ese chico tiene algo.

- Por Dios, Amber. ¡Apenas lo conozco!

- ¡Exacto! No puedes odiarle tan pronto.

Rodé los ojos. –No le odio.

- Eso no es lo que decías antes de ayer. –Enarcó una de sus cejas.

- Lo juzgue mal. –Me encogí de hombros.

- Te co—. –Amber fue interrumpida por su hermano mayor, quien irrumpió en su habitación.

- Mamá está llamándote—. Oh, hola, Blair. –Se ruborizó un poco al verme del otro lado del ordenador.

Sonreí y ondeé mi mano hacia él en saludo. –Hola, Ashton.

- ¿Cómo van las cosas por Seattle? –Preguntó.

- Digamos que podrían estar peor. –Hice una mueca y él sonrió. Esos hoyuelos a los costados de su sonrisa eran tan adorables.

Si, puede ser que tuviera una especie de crush en el guapetón hermano de mi mejor amiga.

- Bien, Blair tengo que irme, mi madre llama. –Le sopló un beso a la cámara como dirigido hacia mí. –Te amo y te extraño muchísimo. Luego hablamos.

Lo contrario a una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora