- Bien, clase, esos son los pasos principales del primer acto. Con más práctica, lograreis la excelencia. –Animó la señorita Teller.
- Señorita Teller, ¿Qué si queremos cambiar de pareja? –Levantó la mano Jade y preguntó.
- A estas alturas no se puede ya, señorita Richards.
- Pero señorita—.
- Sin peros, Jade. Profesionalismo. –Se cruzó de brazos. –Ahora, sois libres. Hasta la próxima clase y seguid practicando. Matthew tengo algo que hablar contigo. –Matthew a mi lado, hizo una mueca.
- Ayúdame a salir. –Susurró y bufé.
- Me debes una grande. –Le dije antes de voltearme a la instructora. –Señorita Teller, está este paso que no sé exactamente cómo hacerlo.
Ella se dio la vuelta para mirarme. –Oh, manos rectas y pie derecho, derecho, luego izquierdo. –Observé por sobre el hombro de ella, a Matthew salir sigilosamente del salón, me miró antes de guiñar y desaparecer.
- Muchas gracias. –Me colgué mi bolsa al hombro.
- No ha sido nada. –Se dio la vuelta y observó los alrededores del salón ya vacio. –Y, ¿Dónde está?
- Adiós. –Y salí del salón, riendo por lo bajo.
***********
- ¿Piensas dormir vestida así? –Preguntó Danielle en cuanto terminé de abotonarme mis jeans.
- ¿Quién dijo dormir? –Repliqué con una sonrisilla mientras me calzaba unas zapatillas a juego con mi camiseta.
- Oh, no, Blair. ¿Qué vas a hacer? –Preguntó Lauren.
- ¿Cuál es la habitación de Matthew?
Ambas hicieron una mueca. – ¿No te has metido en suficientes problemas ya?
- No van a descubrirme.
- No lo hagas, Blair. –Pidió Danielle.
- ¿Cuál es su habitación?
- Segundo piso, pasillo tres, habitación 68. –Suspiró Lauren.
Les lancé un beso con una sonrisa. –Gracias.
- Ten mucho cuidado. –Advirtieron y se fueron a sus camas. Revisé el reloj en mi muñeca. Debía salir antes de quedarme encerrada. Me encimé mi cazadora negra favorita, cogí mi móvil y salí.
Me escondí tras un pilar en cuanto vi a Matthew merodear por el pasillo, bloqueando las habitaciones. En cuanto terminó, miró hacia atrás y se dirigió a su edificio. Dejé que fuese más adelante antes de comenzar a seguirle.
Mi única ventaja era que no había nadie por los alrededores pero si Matthew me veía estaba en problemas. Dejé que subiese las escaleras hasta su habitación y esperé unos minutos ahí abajo, dejando que él llegase a su habitación.
Mordí mi labio inferior y sigilosamente subí las escaleras, doblé en el tercer pasillo, quedando justo en frente de la habitación con un 68 en la puerta. El corazón me palpitaba fuertemente en el pecho y mi respiración era pesada. Miré a ambos lados del pasillo y con un profundo respiro, toqué suavemente la puerta.
Segundos después Matthew apareció con una adormilada expresión en su rostro del otro lado de la puerta. Sus ojos se abrieron de la sorpresa al verme allí.
- ¿Qué crees que haces? –Me jaló de la muñeca dentro de su habitación. –Dios, Blair. Creí haberte dicho que no te metieras en tantos problemas. –Se pasó la mano exasperadamente por su cabello. Llevaba una camiseta blanca y unos pantalones de yoga grises en la parte baja de su cintura.
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Lo contrario a una dama
RomancePensareis que sería bastante ilógico que la hija de una famosa modelo no sea femenina, ¿no? Mucho menos teniendo como padre a uno de los más importantes empresarios de Seattle, sea desaliñada. Pero debéis pensarlo dos veces porque Blair es diferente...