Capítulo 22

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- En ese caso, tengo ganas de una sprite, si puedes. -Mencioné, sacando un billete de cinco dólares de mi bolsillo y tendiéndoselo a Danielle. Asintió después de cogerlo y dejó el lápiz sobre la mesada antes de marcharse.

Estábamos en el living del internado haciendo unos ejercicios de francés Lauren, Danielle y yo, en los que no era del todo mala, solo mi pronunciación apestaba y debía practicar para el examen de mañana. No es que de repente me interese este lugar pero algo bueno debía salir de todo estoy. Podría medio hablar otro idioma.

Seguí leyendo un poco en el diccionario y googleando de vez en cuanto hasta que Danielle tuvo ganas de comer algo dulce.

- Adivinen a quien me conseguí en el camino. -Chilló Danielle.

- Hola señoritas. -Apareció Matthew en el living detrás de ella, dejándose caer en el sofá frente a la mesa donde estábamos nosotras estudiando.

Sentí mi corazón aumentar su ritmo y le dediqué una sonrisa. Lauren clavó sus uñas en mi pierna y me volteé a lanzarle una mirada fulminante. Danielle tenía un pícara sonrisa en su rostro y blanqueé mis ojos, tomando la lata que me tendía.

- Hola Matt. -Respondí su saludo. Lauren sólo ondeó su mano, escondiendo su ruborizado rostro en su libreta. Lo que me llevaba a pensar que era la primera vez que Matthew me saludaba frente a las chicas y que por sus reacciones, suponía que lo encontraban muy guapo. No las culpaba.

- ¿Qué hacen?

- Practicar algo de francés para mañana.

- il est simple. (Es sencillo)

- No lo es. -Dije encogiéndome de hombros. -Pero quizá para ti lo sea, ven acá.

- Dire en français. (Dilo en francés)

Gruñí. -Mi pronunciación no es buena, es algo gramatical. -Hice un puchero, tratando de convencerlo.

- Je vais parce que vous sont compréhensifs. (Tal parece que entiendes)

Dios mío, si no dejaba de hablar francés iba a comenzar a babear. Su pronunciación era perfecta, cada palabra se amoldaba perfectamente a sus labios y la forma en que movía su lengua sobre éstos a causa del acento, demonios que se escuchaba y veía sensual.

Se paró junto a mí y comenzó a leer lo que llevaba escrito, revisando con su dedo cada palabra. -Pas mal. (No está mal)

- ¿En serio?

- Oui, juste comme deux erreurs. (Si, solo hay dos errores)

- ¿Puedes parar ya? Entiendo, hablas francés perfecto. -Blanquee los ojos, sólo quería que dejara de hablar así porque me hacía sentir toda extraña interiormente y bueno casi se me erizaba la piel con él tan cerca.

Soltó una carcajada y negó. -Non, jusqu'à ce que vous parlez français. (No hasta que respondas en francés)

- Nosotras tenemos clase de yoga, así que nos vamos. -Habló incómodamente Lauren y yo asentí, matándolas internamente mientras veía que ya habían recogido todas sus cosas y estaban de pie. Más tarde me encargaría de ellas por dejarme a solas con este dios griego hablante de francés.

- Adiós Matthew. -Dijo ésta vez Danielle antes de que ambas se fueran y ya no pudiera verlas.

Él se había despedido ondeando la mano con una sonrisa cálida y se volvió a tirar en el mueble. - ¿Vas a ayudarme con los ejercicios o no?

Lo contrario a una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora