- Ya no quiero practicar más. –Bufé, pegando mi espalda a la pared y dejándome caer lentamente hasta quedar sentada en el suelo.
Matthew soltó una risa. –Aun no entiendo que haces aquí.
- ¿Eh?
- Eres tan...diferente. Tan tú.
Me encogí de hombros. –Sé que no pertenezco aquí.
-Tienes razón. No te imagino siendo femenina en todo el sentido de la palabra.
- ¿Es eso un reto? –Enarqué una de mis cejas.
- Quizá. –Sonrió de lado con cierta arrogancia.
- Estoy segura que podrías ser más femenina que tú liberal.
- ¿Oh si?
- ¿Quieres apostar?
- Suena interesante. Continua.
- Por una semana llevarás el estilo de vida que solía llevar en Manhattan antes de venir aquí.
- ¿Y que gano si lo hago?
- Una vida interesante. –Dije obvia, reteniendo una carcajada.
Blanqueó los ojos pero en sus labios se asomaba una sonrisa. –Si eres femenina, en toda la extensión de la palabra, durante una semana, te consigo un permiso para que vayas a Manhattan de visita.
Mis ojos se abrieron con sorpresa. – ¿Harías eso?
Se encogió de hombros. –Por supuesto. Soy un hombre de palabra.
- Tu entonces ganarías un boleto a Manhattan, y se te aseguro que va a encantarte.
- ¿Trato entonces? –Extendió su mano hacia mí.
- Espera. –Sonreí con cierta malicia. –Hay reglas que acordar primero.
- Cierto, cierto. –Dejó caer su mano y también sonrió.
- Debes hacer todo lo que te digo sin chistar ni objetar.
- Siempre y cuando no sea peligroso. –Rodé los ojos.
- ¿Qué clase de persona crees que soy?
- ¿Debo responder eso? –Le codeé y él rió. –Vale. Sólo decía. Debes seguir todas las reglas del internado.
- ¿Todas?
- Todas y cada una de ellas. –Asintió.
- Debes desenvolverte en el ambiente al que asistamos.
- ¿Te refieres a ir nuevamente a un club? –Negó. –No estás hablando en serio.
- Oh, sí que sí. –Asentí. –A menos que ya estés arrepintiéndote entonces yo gano.
- No cerramos el trato.
- Capullo. –Le mostré la lengua.
- No lo soy, pero eso va en contra de las reglas. Si nos atrapan escabulléndonos a altas horas de la noche, tendremos muchos problemas.
- ¡De eso se trata! La adrenalina de no ser atrapado. Además, ¿Quién ha dicho que yo sigo reglas?
Pareció pensarlo un rato. –Entonces, tú deberás usar faldas, vestidos y tacos a todos lados que vayamos. Presentarte en cenas formales.
Hice una mueca. –Sabes mover tus cartas, Clark. Bien. –Todo sea por ese permiso para volver a ver a mis amigos. –Seguirás aquello que considere forma parte de mi personalidad.
- Actuarás refinada y respetuosa hacia los demás.
Bufé. –Eres tan aburrido.
- Ser tú no es tan divertido. –Blanqueó los ojos.
- Ya lo veremos. –Extendí mi mano hacia él. – ¿Tenemos un trato?
- Tenemos un trato. –Estrechó mi mano con una sonrisa.
Y que empiece el juego.
- Hola mamá, hola papá. –Respondí después de la cuarta videollamada.
- Al fin contestas, Blair. –Chilló mi madre.
- Si, no siempre tengo el móvil conmigo. –Hice señas restándole importancia.
- Desde muy temprano hemos estado tratando de llamarte. –Habló mi padre.
- He estado muy ocupada ensayando para un dichoso baile. –Hablé con cierto fastidio.
- ¿Un baile? –Chilló mi madre. – ¿Ya tienes vestido? –Iba a hablar pero no me dejó. –He visto uno aquí en Soho que debe quedarte divino. Lo compraré y te lo enviaré.
- Me alegra que estés realmente integrándote al internado, de ese modo conseguirás volver más rápido de lo que piensas.
- ¿Es eso una falda que estás usando? –Gruñí por lo bajo.
Se estaban emocionando por nada. Ahora que lo pienso no fue muy inteligente de mi parte hacer esta apuesta con Matthew, más sin embargo, asentí, era mejor que siguiesen creyendo esto y así saldría de aquí.
- Carter, saldremos a ver ciertas cosas sobre—. –Entró una de mis compañeras a la habitación. Quité la mirada de mis padre y la miré.
- Lo siento, no sabía.
- No pasa nada. –Volví la mirada a mis padres. –Bien, adiós, ya oyeron tengo cosas de dama que hacer.
- No sé diferenciar cuando eres sarcástica o no. –Bufó mi padre y solté una risa.
- El noventa por ciento del tiempo lo soy, pero supongo que te queda confiar en tu hija. –Lancé un beso y colgué sin darles tiempo de despedirse.
Tiré el móvil en mi cama y me calcé un par de zapatillas.
- ¿A dónde vamos? –Sonreí hacia Danielle y enganché mi brazo con el suyo, dispuesta a salir.
Es corto, i know, i know but no tenia mas inspiracion ni supe que mas podria agregarle, que pensais?
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Lo contrario a una dama
RomancePensareis que sería bastante ilógico que la hija de una famosa modelo no sea femenina, ¿no? Mucho menos teniendo como padre a uno de los más importantes empresarios de Seattle, sea desaliñada. Pero debéis pensarlo dos veces porque Blair es diferente...