Capítulo 07

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Hendery estaba en silencio, observando a su amigo sollozar sentado frente a él.

Se sentía... de todo.

Estaba enojado. Con su amigo por ser irresponsable, con el alfa que le hubiera hecho eso, con sus papás, con él mismo por no haber estado ahí... todo.

Además, estaba triste.

Conoció a Jaemin en una situación de la que, honestamente, pensó que no pasaría nunca. Lo vio ahí, siendo un cachorro sin identidad y todo lindo. Y lo hizo su mejor amigo con sólo un objetivo en la vida: cuidarlo.

No lo había hecho bien, al parecer.

– Di algo – pidió el menor.

El otro suspiró, desviando la mirada.

No había nada que decir.

– ¿Estás decepcionado de mí? –

El alfa regresó la vista a él.

– ¿Importa? –

– Mucho – asintió.

Hendery soltó un suspiro pesado, levantándose de lugar para sentarse junto al otro, que tomó la acción como una invitación a abrazarlo.

– Mira – comenzó, acariciando su espalda gentilmente – puede que hoy esté molesto. No necesariamente contigo, sólo lo estoy, pero quiero que sepas que, no importa lo que hagas, nunca voy a sentirme decepcionado de ti –

Jaemin levantó la mirada.

Se veía tan triste.

El alfa de Hendery estaba a flor de piel. A una nada de convertirse en el idiota que odiaría ser.

– No sé que voy a hacer – susurró.

El mayor asintió, comprensivo.

– Lo que sientas que es mejor –

– ¿Y cómo voy a saber eso? –

– Debe estar en sincronía con tu omega –

– Esa cosa horrible – gruñó – lo quiere, ¿sabes? Quiere al cachorro –

Hendery asintió, pensativo.

– ¿Tú no? –

– No estoy seguro – admitió – he pensado algunas veces en tener una familia. En hacer algo como esto. Pero... ya sabes. Uno no piensa en esas cosas a esta edad –

– ¿Entonces lo quieres o no? –

– No sé – susurró – ¿cuánto tengo para decidirlo? –

– Como seis semanas – hizo una mueca – lo ideal sería que lo hicieras en este momento. Aquí conmigo –

– Es que no es fácil – negó – literalmente, esta es la decisión más difícil de mi vida –

El mayor asintió.

En algún lugar de su sala, el punto medio entre un cojín y otro del sillón frente a él, para ser específico, perdió la mirada.

No sabía si estaba listo para decir lo que iba a decir. Ni siquiera sabía si estaba listo para hacerlo en caso de escuchar una respuesta. Pero era su deber.

Como su mejor amigo, como su mayor y como lo más cercano que tenía Jaemin a un alfa.

– Nana – llamó suavemente luego de un rato.

El menor lo miró atentamente.

Hendery soltó el aire, preparándose.

– Quiero que sepas que lo que estoy por decir no lo hago con el afán de presionarte – aclaró – pero, si tú y sólo tú decides seguir con esto, estoy dispuesto a quedarme con ello –

El menor parpadeó, confundido.

– ¿A qué te refieres? –

– Me haré cargo – respondió decidido – de ti, del bebé y del resto de su existencia –

– Hendery – comenzó a negar – no quiero que pienses que debes hacerlo. No voy a arrastrarte a mi miseria –

– No será así – aseguró – yo estoy por graduarme. Conseguiré un buen trabajo y les daré una buena vida –

– Amigo – comenzó a llorar de nuevo – no. No necesitas hacerte esto. No fue tu culpa –

– Jaemin – bufó – tienes que entender que en esta vida no eres una especie de carga. Eres mejor que eso. Y yo realmente te amo – lo sujetó entre sus brazos, dejando un dulce beso en su frente – yo puedo casarme contigo y eso jamás va a ser una mala decisión –

– Sí lo es – murmuró sin mirarlo – no es tu obligación –

– Es lo que quiero –

– No lo es – sollozó – lo que quieres es que yo no pase este infierno solo, pero no es lo que habrías querido desde un principio –

– Eso tú no lo sabes –

Sin prisa, tomó el rostro del menor entre sus manos y se inclinó sobre él para besarlo.

Jaemin correspondió sin dejar de llorar en ningún momento, pero mentiría si dijera que eso no lo hizo sentir mejor.

No se sentía tan abandonado como antes.

– ¿Qué hay del omega? – susurró.

Hendery se tomó un momento en responder.

– Tú eres mi omega – sonrió a medias.

– Sabes de lo que hablo. Tu pareja destinada –

– Será en otra vida – acarició su mejilla – si la suerte está de nuestro lado, volveremos a encontrarnos y todo estará bien. Pero ahora sólo tengo una preocupación y eres tú. No voy a dejarte –

– Hen... –

– No voy a dejarte, Jaemin. Punto –

Jaemin lloró.

Lloró en serio. Por horas.

Hendery no pudo hacer nada más que abrazarlo y consolarlo.

Odiaba verlo tan triste. Sentirlo tan apagado. Su amigo no era así. Todo lo contrario, de hecho.

– Ya, mi amor – besó sus labios superficialmente – ¿te gustaría comer algo rico? –

– Sí – respondió con tristeza – todo el tiempo quiero comer –

El mayor rió suavemente antes de levantarse y tomar las llaves de su auto.

– Iré a conseguirte un sándwich –

– Quiero costilla con BBQ – hizo un puchero.

– Lo que quieras, amor – le lanzó un besito, saliendo del departamento.

Decidió que no usaría el elevador, así que se tomó su tiempo para bajar la escalera hasta el estacionamiento.

Tranquilamente entró a su auto, cerró y, una vez solo, gritó hasta que se le desgarró la garganta.

Se sentía frustrado e impotente.

Se sentía atrapado en un frasco que lo asfixiaba cada segundo.

No iba a decírselo nunca a Jaemin.

Pobrecito Hendery 🥺 quiero llorar mucho por él 💔

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