Capítulo 15

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Despertó desorientado, parpadeando para acostumbrarse a la luz.

A unos metros, vio la luz del baño encendida y se sintió respirar.

Recordaba vagamente anoche haber despertado después de un mal sueño y a Mark ayudándolo a dormir de nuevo.

Y ahí estaba, alistándose para ir a algún lugar a las primeras horas de la mañana. Casi no había luz afuera, así que suponía que era muy temprano.

Cuando por fin salió a la habitación, Jaemin sonrió débilmente. Apenas había tenido la fuerza suficiente para mantenerse despierto.

Si típicamente él no era una persona de mañanas, mucho menos ahora que sí había algo consumiendo toda su energía.

– Hey – saludó, besando su frente – ¿cómo dormiste? –

– Fue una linda pijamada – dijo de broma – cuando tu papá me dijo que viviría aquí, no imaginé que en tu habitación –

– Sólo hay tres en casa. Una es de ellos, la otra de Hyuck y la otra... bueno. Nuestra – sonrió.

Jaemin escondió su rostro contra la suave almohada.

– Si vamos a hacer esto, tendremos que irnos de aquí algún día. No pienso aprovecharme del señor Taeyong –

– Ya me preocuparé por eso – aseguró – pero va a ser muy necesario los primeros meses por que ninguno de los dos sabe que hacer –

El menor no respondió.

Mark soltó una risita cuando se dio cuenta que se había vuelto a dormir.

Era tan bonito. Todo lo era.

Jaemin, la expectativa de su primer bebé, la ayuda de su papá.

Incluso la cara enojada de su otro papá mientras lo esperaba al pie de la escalera.

Todo estaría bien. Iba a asegurarse de que así fuera.









Jaemin despertó de nuevo a las 9. Estaba muy hambriento.

El sol brillaba, había buen clima, se sentía descansado y, extrañamente, echaba de menos a Mark.

Aún así le restó toda la importancia que pudo. Se aseó y bajó felizmente a buscar algo de comer.

Tenía que admitir que le habría dado mucha vergüenza si no le hubiera dado al señor Taeyong todo el dinero que Hendery y él habían reunido para el bebé. Una persona podía sobrevivir perfectamente con eso por al menos un mes, así que no iba a preocuparse por eso un tiempo.

– Buenos días – saludó respetuoso cuando encontró a Taeyong sentado en la isla de la cocina, bebiendo un té – ¿sabe dónde fue Mark? –

El otro sonrió brillante.

– Buenos días – saludó también – Mark comenzó a trabajar hoy, así que no volverá hasta más tarde – señaló la estufa – si tienes hambre puedo calentarte el desayuno –

– No se preocupe – pidió avergonzado – no debería cocinar para mí, es mucha molestia –

– Querido, me habría encantado hacerlo, pero no fui yo quien te cocinó – sonrió de lado – fue Mark –

El menor abrió la boca ligeramente.

– ¿De verdad? – el otro asintió – ¿por qué? –

– Imagino que Jae le dijo que lo hiciera – se encogió de hombros.

Jaemin frunció el ceño.

– Raro – sacudió la cabeza – me da la impresión de que no le agrado mucho –

– En este momento ustedes no son sus favoritos – admitió risueño – pero aún así, él va a enseñar a su hijo a que cuide de su omega encinta –

Jaemin sonrió enternecido.

Jaehyun no daba esa imagen en absoluto pero, en ese momento de su vida, era probablemente la persona menos indicada para juzgar.

Suponía entonces que todos merecían una segunda oportunidad.







Lo que restó del día, se dedicó a comer, dormir, y limpiar. Hizo muy poco de eso último. No se lo permitieron.

Donghyuck pasó la mayor parte de la tarde con él, hablando emocionado de un posible baby shower, accesorios y muebles, y algunas ideas para nombres. Se veía mucho más emocionado que el resto.

En algún momento se quejó de que su hermano era un traidor y había robado el puesto que su papá guardaba para él, pero de eso no pudo opinar mucho, así que simplemente calló y escuchó.

Luego, como a las siete de la tarde, después de que Hyuck se había ido a la escuela, Hendery lo llamó.

Como acostumbraba hacer, salió de la casa para hablar por teléfono y caminar a lo largo del jardín mientras lo hacía.

Éste le preguntó como se sentía y le dijo que, si en algún momento dejaba de sentirse cómodo, se lo hiciera saber, y que siempre podía regresar a su casa si lo necesitaba.

Le costó convencerle de que estaba bien, ya que no se veía muy animado cuando se fue. La razón era que tenía miedo.

Esto era un gran paso que dar, y lo estaba dando casi a ciegas. No era muy alentador qué decir.

Aunque le hacía sentir muy seguro que Mark hiciera cosas como hablar con el bebé, o investigar paquetes de paternidad en distintos hospitales hasta que alguno le convenciera más o menos, o el simple hecho de leer artículos de cuidado pre natal para decir cualquier dato mínimamente relevante a Jaemin. Todo eso contaba.

En fin, no lo vería hasta las 10 más o menos, así que tenía todo el tiempo del mundo para perder.

Casi se esconde cuando Jaehyun llegó del trabajo.

No lo hizo, por supuesto, pero no hizo nada por no incomodarlo cuando se quedó mirando fijamente en el momento en que el alfa tomó a su esposo y lo besó codicioso cuando éste lo recibió.

En lugar de portarse normal, se disculpó torpemente y se puso a deambular en la cocina.

Se dijo a sí mismo que ya se estaba portando demasiado raro, así que subió a su habitación.

Vio algo en la cama, lo que le pareció extraño.

Cuando se acercó, distinguió una caja con cascos nuevos y pequeño post it pegado en ella.

Ponle música al bebé. Estimulará su intelecto.

Sonrió emocionado.

Sigilosamente, esperó a que Jaehyun fuera a ducharse y acorraló a Taeyong en la sala de estar.

– Señor Jung – susurró nervioso – yo... – levantó la caja con los cascos – gracias. Fue muy lindo de su parte –

Taeyong frunció el ceño.

Luego de unos segundos, soltó una risita.

– Fue Jae – negó divertido – aunque supongo que no te lo hizo saber –

Jaemin negó, boquiabierto.

– Bueno– se encogió de hombros el mayor – así es él –

Luego no dijo nada más.

Como si eso fuera explicación suficiente.

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