Capítulo 12

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Apretó los ojos al sentir una molestia fría contra su pómulo derecho.

Jaemin presionaba una bolsa de brócoli congelado contra su cara, guardando una prudente distancia, mientras a lo lejos se escuchaba a Hendery gritarle a Donghyuck.

Bueno, no a Donghyuck. Como, sí estaba gritando mientras hablaba con él, pero Dios sabía que no era capaz de levantarle la voz. Incluso si lo fuera, no se atrevería, por que Mark iba a matarlo.

Mierda, ellos debían dejar de golpearse cada que se encontraban. Eso no funcionaría si iban a ser una familia.

– ¿Te sientes mejor? – preguntó Jaemin, inspeccionándolo.

Mark lo miró embelesado.

– ¿Te hice daño? –

– ¿Qué? – frunció el ceño – ¿antes de desmayarte? –

– Cuando me anudé – tomó suavemente su mano libre – ¿te lastimé? –

– No – sacudió la cabeza – espera, ¿sabías que habías hecho esto? –

– Sabía que mi nudo rompió el condón – asintió – no sabía que fueras fértil. Tú dijiste que no, así que simplemente no lo consideré –

– Vaya – resopló – ¿entonces es mi culpa? –

– No, cariño – sonrió suavemente – no es tu culpa. Y es algo muy bueno que te haya pasado conmigo –

– ¿De qué mierda estás hablando? – se soltó – ¿cómo esto es algo bueno? ¿Te das cuenta de la gravedad del asunto? –

– Eres mi omega – se levantó con seguridad – no hay nada mejor –

– Voy a golpearte – advirtió – ¿cuál se supone que es tu plan? ¿Al menos puedes valerte por ti mismo? –

– Yo... no – admitió – ¿qué le diré a mis papás? – murmuró a sí mismo.

– No importa – susurró – de todas maneras yo no voy a tenerlo –

Mark lo miró exaltado.

– ¿Qué? –

– No lo quiero – negó – no es una buena idea. Soy muy joven para esto –

– ¿Mi opinión no cuenta? – comenzó a enojarse.

– No – respondió con obviedad – tú tienes una carrera, a tus padres y una linda vida. Yo no tengo nada de eso. Apenas voy a entrar a la universidad y eso ya ni siquiera es algo seguro por que mi familia me echó de su vida –

– Y tú me tienes a mí –

– Claro – rió sin humor – mejor no te metas en esto. No es tu decisión – caminó a la cocina.

Mark lo siguió, por supuesto. No estaba teniéndolo.

Ok. Tal vez era información nueva para él, y sí, siempre se había opuesto a obligar a alguien a tener un bebé que no quería tener, pero éste era su omega, que de hecho le gustaba mucho, y ese era su cachorro.

Él podía quedarse con el cachorro que Jaemin no quería, pero pasaba que él los quería a ambos.

Genial. Su instinto lo estaba controlando en el momento que menos lo necesitaba.

Simplemente genial.

– ¿Puedes si quiera pensarlo un momento? – habló con brusquedad – necesito ser tomado en cuenta aquí –

Jaemin estaba bebiendo jugo de lo más relajado. Ni siquiera parecía vagamente estresado por la oposición de Mark.

– ¿Para qué? –

– Es mi bebé –

– Acabas de descubrir eso – rió – no es como que estuvieras planeándolo por meses y ahora está sucediendo –

– Tal vez, pero seguro que lo quiero. Especialmente si sé lo que te hice –

– Deberías alegrarte, amigo. No tendrás que cargar con la evidencia y no necesitas una maldita mordida para que te respeten – se encogió de hombros – si me deshago de la cosa, ninguno de los dos tendremos problemas nunca más –

– Yo puedo hacerlo. Puedo marcarte –

– Claro que puedes, alfa. Y yo puedo sacarme esto y listo –

– ¿Por qué mierda eres tan indiferente con todo? –

– ¿Por qué lo eres tú? – preguntó como incrédulo – es estúpido eso que haces. Sabes perfectamente que es más difícil para un omega. ¿O qué? ¿Mami y papi tienen la vida perfecta y no puedes creer que la de todos no sea así? –

– Tengo una buena familia – asintió – Jaemin – se acercó lentamente, sujetándolo de los hombros – hablemos. Sé que te gusto, y me gustas a mí. Si no estás convencido puedo invitarte a salir y podremos conocernos –

– Mark, no – lo empujó suavemente – entiende que esto es difícil. Yo no quiero esto –

A punto de irse una vez más, Mark tomó su mano y lo detuvo.

– ¿Y tu lobo? –

Jaemin se giró a verle escandalizado.

– ¿Perdón? –

– ¿Qué quiere tu lobo? Por que mí seguro ya me irritaste, pero mi lobo te quiere como a nadie –

El otro bufó molesto.

Bueno, si tenía que ser honesto, diría que desde que lo vio entrar comenzó a aullar emocionado y su corazón a latir con fuerza. Que cada que Mark se acercaba se sentía cálido y seguro. Que le gustaba mucho más su olor que el de Hendery o el de cualquier otro alfa. Que su estúpido perro se estaba preparando para ser papá, preferentemente con Mark.

Pero él no. Jaemin no quería nada de eso. Todo lo contrario.

Y los ojos del alfa.

Mierda. Lo estaban volviendo loco. Lo incitaban a decirle.

Así que lo hizo.

– Mi lobo es un idiota –

Más o menos.

– Creo que debes escuchar al idiota de tu lobo – sonrió de lado.

– Y tú escuchar a tu parte humana que me desprecia – murmuró.

Se sentía herido, pero no iba a decirle eso.

– No te desprecio – rió – yo no mentía. A mí me gustas desde la primera vez que te vi. Yo incluso te busqué por semanas y estuve de mal humor por que nadie te conocía – peinó los cabellos del contrario detrás de su oreja con cariño, haciéndolo encogerse tímido – ¿de dónde saliste? –

– La preparatoria – rió – ¿seguro quieres lidiar con eso? – dijo de mala gana.

– Seguro, no – admitió – dispuesto, siempre –

Jaemin suspiró rendido.

¿Por qué Hendery, que era tan buen hombre y atento y todo lindo, no lo hacía sentir como Mark lo hacía con un par de palabras?

Pero ahí estaba, aliviado de que Mark se sintiera tan perdido como él y, aún así, más que listo para enfrentar lo que sea que tuvieran que enfrentar.

Incluso si se sentía solo.

Una parte de él (la parte humana) estaba sintiéndose un poco más convencido de conservar a la cosa.

Su lobo, Mark y todas las señales que le daba la vida lo estaban convenciendo.

Pero él aún no tenía a sus papás. Ya no. No tenía tampoco a dónde ir.

No tenía una familia.

Ojalá fuera tan fácil como lo hacían ver.


¿Que lo tenga o que no lo tenga?

Apoyemos a este pobre adolescente.

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