Jaehyun conducía en silencio.
Cuando fue hora de salir de trabajar, Taeyong se ofreció a llevar a su hijo a la escuela por que, aparentemente, quería hablar con él acerca de algo.
Jaehyun no entendió a qué se refería.
Al menos hasta que encontró a Jaemin, con quien regresaría a casa, esperando en el estacionamiento.
Taeyong no quería hablar con su hijo acerca de nada. Taeyong no quería que Mark estuviera a solas con su papá, por eso lo estaba llevando.
Se dio cuenta cuando vio a su yerno.
No era necesario preguntar para saber qué demonios había sucedido.
Y no le molestaría para nada por que, después de todo, Mark estaba en celo. Pero estaba furioso por que Jaemin seguía sin una mordida visible.
Después de todo lo que había hablado con Mark esa tarde, parecía no haber un avance.
– ¿Está enojado conmigo? – susurró Jaemin, apenas audible.
El mayor tomó un profundo suspiro.
– No, Jaemin. No estoy enojado contigo –
– Se ve enojado – murmuró cabizbajo.
– Está bien – tomó su mano – no es contigo, lo siento. Es mi hijo que no te ha mordido todavía –
– No le pedí que lo hiciera –
– No se supone que se lo pidas – medio espetó – se supone que él debe hacerlo o tú... –
– ¿Yo...? –
Sin responder, el mayor se hizo a la orilla de la carretera y detuvo el auto, completamente serio.
– ¿Qué hace? – preguntó el menor, retrocediendo – dijo que no estaba enojado –
– Jaemin – lo miró – tú quieres irte, ¿no es así? –
Oh. Así que de eso se trataba.
– Sólo por que no me gusta vivir de ustedes. Ya sabe eso – se removió incómodo – me da vergüenza –
– No me refiero a eso – habló suavemente – tú no quieres que Mark te muerda, ¿no? –
Por un momento, el otro no dijo nada.
No sabía como explicarlo.
Pero Jaehyun siempre lo escuchaba, y era bueno haciéndolo. Además, normalmente le daba sabios consejos, así que no tenía nada que perder si se lo decía.
– No es tanto así – susurró – yo... él es un buen hombre, ¿sabe? – resopló una risa – claro que lo sabe. Usted lo educó. Y es por eso que está conmigo ahora. Por que su papá lo hizo un buen hombre –
– ¿Y eso es malo? –
– Usted dígame – lo miró a los ojos – ¿no sería lindo tener a su primer bebé con alguien que lo ama? –
El otro abrió la boca, sin saber que decir.
– Es difícil para mí procesar esa parte todavía – suspiró – en mi cabeza las cosas sucederían diferente. Yo iba a enamorarme, casarme y, luego de muchos años, tal vez tendría un bebé – hizo una mueca – no sé si Mark se lo ha contado, pero él y yo apenas y hablamos cuando lo hicimos –
– No me lo dijo –
– Imagino que no. No es algo que uno le diga a sus padres – rió – ustedes son increíbles. Mejores de lo que probablemente merezco, pero aún así pienso que las cosas no debieron suceder así. Que todo el resultado de eso, de esto, fue más una oportuna improvisación que lo que es correcto. Y no me mal entienda, yo aprendí a amar mucho a mi bebé, pero también creo... creo que amo a Mark – se ruborizó hermosamente – y me habría gustado que él me amara también –
Jaehyun asintió, comprendiendo.
Ahora entendía la preocupación de Jaemin y su constante aversión a hablar de un posible futuro con su alfa.
No era más que una consecuencia de algo que se pudo haber evitado desde un principio.
Sintió pena por él.
Pero, una vez más, la familia Jung era inusual por muchas cosas, y una de ellas era lo favorecidos que estaban por el destino.
– ¿Sabes? Cuando conocí a Taeyong, él no me quería –
– Claro que lo hacía –
– No – sonrió de lado – o al menos yo no lo sentía así. Pero yo lo amaba demasiado para mi propio bien. O el de él –
– ¿Amaba? – resopló – señor, no se ofenda, pero lo he visto. Usted no lo ha superado exactamente –
– Es lo que digo – rió avergonzado – él no me creía que lo amara tanto como lo hago. Él pensaba que sólo estaba hablando por mi instinto que había encontrado a su omega –
– Pero no es verdad – obvió – usted está muy enamorado de su esposo. Cualquiera puede verlo –
– Y si me lo preguntas a mí, yo veo lo mismo de mí en mi hijo – tomó su mano nuevamente – ¿entiendes mi punto? –
El otro lo miró incrédulo.
Mark no era particularmente afectuoso. Tampoco decía nunca que lo quisiera. Sólo hablaba de lo mucho que lo apreciaba y de lo satisfecho que estaba con él, pero sonaba más a fines prácticos que otra cosa.
– Claro – resopló – se nota que lo hace –
– Confía en mí, niño – rió – es mejor que no lo demuestre –
– Hable por usted. A mí no me vendrían mal unos besitos de vez en cuando –
– ¿Y cómo te caería un diamante VVS? –
Jaemin lo miró perplejo.
– Eso... ¿qué? –
– Eso sería lindo, ¿no? – se encogió de hombros – ¿qué piensas ahora de que te consigamos una tina de hidromasaje para que te relajes mientras te recuperas? O mejor aún, contratar a un fisioterapeuta para que te visite diario y no tengas que mover un dedo cuando llegue el bebé –
– Eso no es necesario, señor – negó desconcertado – es demasiado –
– ¿De verdad? – pareció pensarlo – raro. Por que Mark estuvo por vender su auto para conseguir todas esas cosas –
– ¡¿Y usted se lo permitió?! –
– ¿Tú qué crees? – entrecerró los ojos – el otro día casi renuncia a su trabajo por que te extrañaba demasiado para no verte. Me tomó horas convencerlo de que no lo hiciera –
– ¿Y por qué haría eso? –
– Por que su lobo está obsesionado contigo y su persona te ama – explicó sin rodeos – Jaemin, a estas alturas debes entender que mi hijo no es un hombre brillante. Cuando le dije que no fuera tan intenso contigo, él se lo tomó como un proyecto, por eso no te habla de como se siente. Pero llegó un punto en que parecía lo mejor. Eso o llegaría a casa con una máquina de algodón de azúcar –
– Dígame que eso no sucedió – suplicó.
– Afortunadamente lo descubrí cuando estuvo por comprarla – se burló – le dije "piensa en la casa que quiere Jaemin" y él estaba como "pero dijo que quería algodón" –
– Dios – murmuró, cubriendo su cara con ambas manos – no sabía nada de eso –
– No te preocupes. En algún momento aprenderá a controlar el amor errático que siente por ti –
El menor lo miró entre sus dedos.
– ¿Cómo lo sabe? –
– Por que eso hice yo – respondió con simpleza.
El otro jadeó impresionado.
– ¿Llegó a hacer algo tan loco? –
Jaehyun sonrió con cierta culpa.
– ¿Alguna vez has visto a una avioneta escribir algo en el cielo? – sonrió nostálgico – es hermoso. Hermoso, caro, y terriblemente embarazoso si no sabes el apellido de tu omega – encendió el auto – ponte cómodo, muchacho. Te voy a contar cómo amamos los alfas Jung –
Cute ❤️
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What it wants
FanficJaemin no quería que le pasara lo que le sucedió. No quería terminar así. No era alfa, omega, o beta. ¿Cuál era la probabilidad de todo eso? - No era probable, Jaemin. Era el destino - sonrió - estabas destinado a estar conmigo - Omegaverse / mpreg