Era sábado en la mañana.
Jaemin miraba al techo de la habitación. Hacía rato había despertado, y quería despertar a Mark también, sólo para hablar. Pero era que se veía tan cansado.
Ese día se cumplían tres meses de que se habían conocido.
O sea que... ya no había vuelta atrás. Fuera lo que fuera a pasar con él, ya no había tiempo de arrepentirse. Esa mañana, oficialmente, era demasiado tarde para todo.
Negó, intentando alejar el pensamiento.
No tenía opción, de todos modos.
Suspiró resignado a que su... el papá de su bebé no despertaría hasta más tarde y terminó por levantarse.
Estaba tan hambriento que casi no se tomaba el tiempo de vaciar su vejiga y asearse. Se detuvo en el momento en que entró en la cocina.
Jaehyun estaba preparando algo, inmerso en la tarea.
Se preguntó qué tan grosero sería si se iba sin decir nada.
Apenas y dio un paso atrás.
– Buenos días – saludó Jaehyun con voz grave.
El otro tragó duro, evitando con toda su fuerza que se notara que estaba nervioso.
– B-buenos días –
No era tan fuerte.
Por suerte, Jaehyun parecía bastante decidido a ignorarlo mientras cocinaba, así que eso le dio la oportunidad de idear una escapada.
– Uhm... por cierto – rascó su brazo – gracias por los audífonos. No había tenido oportunidad de agradecerle –
Pudo distinguir perfectamente cuando el otro se tensó por unos breves segundos antes de seguir cocinando.
– No es nada – se giró por la sal, haciendo contacto visual con él – le di unos iguales a Tae cuando estábamos esperando a Donghyuck –
– ¿No lo hizo con Mark? –
– Son para estimular al bebé, Jaemin – continuó con su labor – si lo hubiera hecho, ¿crees que sería tan estúpido ahora? –
El menor soltó una sincera carcajada, ganándose la atenta mirada del otro.
– Supongo que tiene razón – asintió aún risueño – aunque lo está intentando –
– Tiene que hacerlo – apagó la flama de la estufa – como alfas, tenemos que hacernos cargo de nuestros omegas cuando están esperando. Yo lo hice por mi Tae, Mark lo hará por ti –
Jaemin asintió, comprendiendo.
Así que Taeyong decía la verdad. Era Jaehyun quien hacía a Mark hacer todas esas cosas.
– Es algo bastante amable de su parte –
– Es... lo que tenemos que hacer –
– No todos los omegas tienen tanta suerte con sus parejas – se encogió de hombros – mi papá no hizo mucho de eso –
Jaehyun casi suelta un bufido.
Para él, estaba más que claro que el papá de Jaemin no era menos que un alfa mediocre.
– Tu papá y yo somos diferentes – terminó por decir – pero es nuestra obligación cuidar y proteger a nuestro omega hasta que el producto llegue al mundo –
– ¿Aunque no esté marcado? –
– Especialmente cuando no está marcado – replicó con seguridad – luego, cuando nace el bebé, todo cobra sentido. Todo. Créeme, es la sensación más gratificante que existe –
– ¿De verdad? – preguntó curioso – ¿cómo fue para usted? –
El mayor sonrió nostálgico.
– Cuando vi a mi bebito Hyuck por primera vez, sentí un amor que no había sentido nunca. Y miedo. Era sólo un pequeño cachorrito que sostenía entre mis brazos, así que temía lastimarlo – acomodó sus codos sobre la isla de la cocina, pensativo – su piel ya era dorada, así que yo pasaba horas cargándolo y observándolo maravillado, sólo así. Él tenía el universo en su ojos... realmente hice todo lo que estuvo en mis manos para que ese bebé viviera una vida plena mientras crecía, y ahora es un precioso omega que cualquiera tendría suerte de tener en su vida –
– Veo que tiene un favorito – comentó burlón.
– Hice lo mismo con Mark – resopló, girándose de nuevo a las cacerolas para comenzar a servir – pero ahora es un idiota. Y la única variable en todo ello es que a uno le pusimos música y al otro no, así que sí, voy a insistir en que uses esos audífonos –
– Anotado – sonrió – ¿alguna recomendación? –
– Depende – depositó un plato frente a Jaemin – ¿qué música vas a ponerle? –
El menor no titubeó al responder.
– Yellow Submarine –
Jaehyun sonrió abiertamente, oficiando esa como la primera vez que Jaemin lo veía tan feliz desde que lo había conocido.
– Buena elección – asintió.
El omega sonrió satisfecho antes de tomar un gran bocado de su desayuno.
Abrió los ojos impresionado.
– No me adules – lo detuvo el mayor, divertido – soy buen cocinero, lo sé. Me gusta cocinar –
– Tengo que decirlo, señor. Lo siento – dijo con la boca llena – su comida es muy buena –
– Estoy seguro de que es así –
– Buenos días – saludó Taeyong, entrando en la cocina del mejor humor.
Jaehyun, como siempre, lo besó.
Jaemin pensaba que eventualmente iba a acostumbrarse a eso, pero no estaba tan seguro.
Se preguntó por un breve instante (que decidió que ignoraría) si Mark sería así en el futuro.
Extraño, nunca pensó que lo diría así, pero quería a alguien como su suegro para hacer una familia.
Que vueltas daba la vida.
– Cariño – llamó Taeyong – ve y despierta a Mark para desayunar –
– Oh – rió – está cansado. No sé si... –
– Nosotros desayunamos en familia – explicó Jaehyun, lo más amable que había hablado con él – que baje ahora y duerma después si tiene sueño – rió – deja de mirarme así –
– Usted a veces me da miedo – admitió.
– Lo justo – se burló – los estaremos esperando –
Jaemin no tuvo de otra más que asentir y obedecer a sus suegros.
Jamás habría adivinado que, en una situación como esa donde su familia le daba la espalda, encontraría a personas tan gentiles como lo eran ellos.
Que suerte tenía.
Y que agradecido estaba.
Quiero dejar en claro algo, antes de continuar con el desenlace: Jaemin sí quiere a Mark. Lo quiere mucho. Podrían decir que casi lo ama. El problema es que cree que es por que se convirtió en omega o por el bebé. No sabe si es amor real o no, y le da miedo.
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What it wants
FanfictionJaemin no quería que le pasara lo que le sucedió. No quería terminar así. No era alfa, omega, o beta. ¿Cuál era la probabilidad de todo eso? - No era probable, Jaemin. Era el destino - sonrió - estabas destinado a estar conmigo - Omegaverse / mpreg