Donghyuck se sentía decidido.
Ese día, él iría a buscar a Hendery a su facultad y le diría, por primera vez, que estaba dispuesto a estar con él.
Estaba muy nervioso. Nunca se le había declarado a alguien pero, luego de meditarlo mucho, llegó a la conclusión de que Hendery valía la pena.
Era tan genial. Realmente le gustaba.
Así que, decidido a no perder el tiempo, salió de su última clase casi huyendo y caminó en dirección a la facultad que conocía por su hermano mientras comía de una bolsa de Skittles.
El pensamiento de que su primer beso probablemente tendría el sabor exótico de los dulces lo ruborizó. Ahora no podía esperar.
Cuando lo divisó caminando en la explanada, su corazón comenzó a latir rápidamente y su lobo a pedirle que se acercara.
– Hola – canturreó, acercándose a él dando saltitos.
El mayor se giró extrañado y sonrió cuando lo encontró.
– Donghyuck – se acercó también – ¿qué hay? –
– ¿Ibas a recogerme? – lo codeó ligeramente, comenzando a caminar con él hacia una de las bancas aledañas – no hace falta. Tenía que verte hoy –
Hendery lo miró expectante.
– ¿Y por qué es eso? –
– Yo... – bajó la cabeza, avergonzado.
El mayor soltó una carcajada.
– Vamos, dime –
– Me gustas – admitió finalmente – y estoy... he estado pensando – lo miró – quiero salir contigo –
El otro jadeó bajito.
– Hyuck... –
– Sé que es muy repentino – rió torpemente – y lo siento por eso. Sólo quería decirte que estoy listo, y que de verdad creo que hacemos la pareja ideal. Nosotros podemos... –
– No – interrumpió de repente – Hyuck, perdóname –
El menor parpadeó, confundido.
– ¿Qué? –
– No puedo hacerlo – tomó sus dos manos – lo siento mucho. Yo quería –
– ¿Querías? – preguntó sin aliento.
– Es que... pasó algo. Ya tengo a alguien. Y él está esperando –
– No puedes estar hablando en serio –
– Voy a tener un bebé – susurró – lo siento mucho –
El otro se quedó sin aire, comenzando a llorar.
– Lo siento, yo... –
– ¿Por qué carajo hiciste esto? – se levantó – ¿te divertiste? – dijo antes de empezar a caminar al lado contrario.
Hendery lo siguió. No podía dejar que se fuera así.
– Hyuck –
– ¡Déjame solo! –
– Oye – lo tomó del brazo – de verdad lo siento –
– ¡Ya te escuché! – lo empujó con fuerza, llamando la atención de otros estudiantes que iban saliendo – ¡aléjate de mí! –
– Déjame explicarte... –
– No lo hagas – lloraba desconsolado – me dije a mí mismo que no debía confiar en ti. Que era estúpido simplemente caer por alguien que no conozco. No sabes cuanto me arrepiento –
– Por favor, no lo hagas –
– ¿Entonces qué? – rió sin humor – ¿qué debo hacer? Tú tenías a alguien, y aún así decidiste que era bueno ir y enamorarme –
Hendery no sabía qué decir.
Estaba en blanco.
Quería decirle todo a Donghyuck, pero sabía que no podía. Él debía mentir por Jaemin. Por conservar su imagen. Para que nadie lo molestara.
– ¿Por qué lo hiciste? – su voz era inestable – ¿por qué me hiciste esto? Dijiste que me querías –
– Hyuck –
Estaba atado de manos.
Él sabía que Donghyuck era el amor de su vida. Y mierda, le había costado convencerlo de al menos dejarle hablarle.
Donghyuck le había contado también el porqué odiaba las parejas destinadas. El simple hecho de tenerlo ahí era el avance más grande de su relación.
Y lo había jodido.
Apenas intentó acercarse, alguien lo jaló violentamente hacia atrás, tirándolo al piso.
– Escúchame bien, no vas a acercarte a él – se inclinó sobre su cuerpo – si vuelves a hablarle, voy a buscarte y a matarte –
– No quiero hacerle daño – respondió muy bajo.
El otro negó, incrédulo.
– ¿Entonces qué carajo estás haciendo? – espetó levantándose.
Había muchas personas viendo, pero él no apartaba la mirada del omega.
Observó, lleno de una creciente ansiedad que corroía a su lobo, como el hermano mayor de su pareja destinada se lo llevaba de ahí.
Iba cabizbajo y apagado. Nada como cuando lo conoció. Nada como la primera vez que lo vio.
Nada se parecía a su Haechan.
Cuando se levantó se contuvo de seguirlo. De ir a buscarlo. De tomarlo y besar toda la tristeza fuera de él.
Nunca tuvo oportunidad de probar sus labios.
Nunca pudo llamarlo suyo.
Sacudió la cabeza.
No podía lamentarse. Había tomado una decisión. Él estaba con Jaemin. Era un hombre y debía hacerse cargo.
Eso no le molestaba. Lo que lo deprimía horrible era no tener a Donghyuck.
Pero, tristemente para él, eso sólo era una parte de su nueva responsabilidad.
No iba a dejarse caer por ello.
No debía.
Suspiró profundamente, sacudió su ropa, y caminó a su auto con la frente en alto.
Él estaba haciendo las cosas bien.
Pobres Hendery y Hyuck 😭 perdónenme, bebés 💔
Es todo por hoy. Nos vemos mañana, amores míos ❤️
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What it wants
FanfictionJaemin no quería que le pasara lo que le sucedió. No quería terminar así. No era alfa, omega, o beta. ¿Cuál era la probabilidad de todo eso? - No era probable, Jaemin. Era el destino - sonrió - estabas destinado a estar conmigo - Omegaverse / mpreg