Capítulo 25

313 47 9
                                    

La pasaron de lo más divertido.

Hacía mucho que no iban ellos dos solos a ningún lado.

En la mañana, Hendery había ido a dejar a Hyuck a su casa y se había llevado a Jaemin con él a algún lado. Mark estaba triste por que quería estar con su omega, pero feliz de tener a su hermano de vuelta por algunas horas.

Todo había salido bien.

Cuando su pequeño desayuno terminó, ambos volvieron a casa.

Su papá Taeyong los recibió sonriente.

– ¿Y papá? – preguntó el menor, caminando a la sala.

Taeyong soltó un suspiro pesado.

– En su habitación –

– ¿Todo bien? – lo miró preocupado.

– No – sonrió de lado – su hijo menor se está yendo de casa. No lo había visto así de triste en años –

– Te lo dije – se burló Mark.

El otro asintió y decidió que no podía irse de casa si sabía que su papá no estaba del todo contento con ello, por lo que debía hablar con él.

De lo más tranquilo subió la escalera, caminó por el pasillo y tocó la puerta un par de veces.

– ¿Se puede? – preguntó sin esperar respuesta.

Jaehyun no se movió.

Estaba completamente cubierto con su ropa de cama y parecía estar hecho bolita.

– Pa – se acercó, sentándose en la cama – ¿todo bien? –

– ¿Tú qué crees? – se le oyó murmurar – ¿alguna vez tu bebito se ha ido de casa con algún sucio alfa? –

– No me ha pasado – se encogió de hombros – ¿es tan malo? –

– Es lo que más he temido en mi vida –

El moreno asintió.

Levantó brevemente la colcha que envolvía a su papá y se metió a la cama, abrazándolo por la espalda.

– ¿Recuerdas cuando me enseñaste a nadar? – preguntó luego de un rato.

El mayor se giró para mirarlo de frente.

Se veía tan apagado.

– Nunca lo voy a olvidar – asintió – te puse un chaleco salvavidas y estabas en el chapoteadero –

– Tuve que rogarte para que me dejaras entrar en la piscina grande – sonrió de lado – y me tomó horas convencerte de que me quitaras el chaleco y todo lo demás –

– Es que tenía tanto miedo – tomó su mano – eras un cachorrito –

– Tenía cinco – negó – no era tan pequeño. Ya me habías enseñado todo, sólo no me permitías hacerlo. Y de todos modos, ¿sabes cómo es que pude hacerlo tan bien? – el mayor negó – por que cuando por fin decidiste que era hora de soltarme, me prometiste que ibas a estar detrás de mí todo el tiempo. Así que pensé que, si me hundía, mi papá iba a ir a sacarme en menos de lo que me tomaba parpadear –

– Te hundiste un par de veces – recordó nostálgico.

– Y cada vez estuviste ahí para sacarme a flote de nuevo – lo atrajo en un abrazo – pa, tengo que estar seguro de que esta vez no será diferente. Me gustaría pensar que cuando me vaya, si las cosas no salen de acuerdo a lo planeado, mi papá me va a estar esperando detrás de mí, vigilando que no me pase nada y listo para protegerme – lo miró – ¿puedo contar con eso? –

What it wantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora