Reparaciones

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—Mansión Arias —

-Sam — Escucha una voz lejana entre sueños — ¡Sam! — Este grito provoca que despierte asustada, y ya sentada mira a su ama de llaves riendo — ¡Esther! — Toca la zona de su corazón — ¿Acaso quieres matarte de un infarto? — Siente un fuerte dolor de cabeza.

-No, pero se hace tarde para que vayas a clases, así que bebe esto — Le entrega un vaso de agua y una pastilla — ¿Qué sucedió anoche? –

-No sé de qué hablas — Menciona malhumorada.

-Lo sabes perfectamente, hace mucho tiempo no bebías demasiado y los guardaespaldas dijeron que provocaste una pelea, tú empleada tuvo que poner orden y te envió a casa, todo esto lo sé por ellos, ahora quiero escuchar tu versión-

-Como si eso cambiara las cosas, no tiene caso pensar en ello ahora — Se levanta de la cama — Ya me preparo para ir a clases, envía el desayuno por favor-

-Bien, pero te recuerdo que no puedes ocultarme nada, te conozco mejor que tus padres, yo te críe-

-Entonces no necesitas oír mi versión, sé las cosas que dije ayer-

- ¿Quién es Alex para ti? –

-Alguien a quien debo apartar de mi mente-

-Entiendo — La mujer camina a la salida — Aunque tal vez, debas decirle lo que murmurabas en la madrugada-

Samantha no responde y la escucha salir. Exhala masajeando sus sienes, recordando todas las cosas que hizo en el bar, así como las palabras emitidas por su boca, arrepintiéndose de todo, aunque no tenía caso, lo hecho, hecho está. Por fortuna, Alex pudo hacerse cargo de la situación y de ella, enviándola a casa. Admite que le pareció más atractiva en cuanto comenzó a hablarle de esa manera, sin temer que pudiera despedirla, pues tenía razón en que fue Kara quien la contrató y jamás la despedirá, en primer lugar, porque es amiga de Lena, y porque la pelirroja hace un excelente trabajo, sería estúpido sugerirle tal cosa, además de canalla.

Minutos después ya se encuentra lista, portando una camisa gris, abrigo negro y jeans del mismo color, ajustando las botas al estar sentada desayunando, mirando los mensajes en su celular, las chicas de siempre, incluso uno de la que fue su acompañante en el bar, pero nada de Kara reprendiéndola, así que nota la seriedad en Alex, sabe separar perfectamente el lado persona del profesional, algo que debería hacer también, aunque su carácter se lo impide.

Termina de desayunar y coge su mochila, cerrando con llave su alcoba, camina a través del pasillo, encontrándose con su madre subiendo las escaleras, como siempre con el celular en la mano, seguida por su asistente, por lo que solo vira los ojos al pasar a su lado sin saludar, de cualquier manera, no la notaría. De quien si se despide es de Esther quien le da un beso en la mejilla, deseándole un buen día. Y al subir al auto se muestra inexpresiva colocándose las gafas de sol, sabe que el universo está castigándola en cuanto las nubes negras en el cielo se abren inexplicablemente para dar paso al sol, esto le provoca molestia, y decide beber otro medicamento más fuerte, no quiere andar en agonía durante sus clases.

Al llegar a la Universidad, el chófer abre la puerta para ella, y baja con esa elegancia que la caracteriza, atrayendo las miradas de todos en cuanto comienza a caminar a través del campus, por lo que solo vira los ojos ya que no podían ver estos al tener puestas las gafas. Agradece en silencio a Esther quien le enseñó todas las reglas de etiqueta, de otra manera luciría igual que los idiotas observándola como si fuesen monos buscando un banano. Y al ir avanzando, nota tres siluetas conocidas caminando algunos metros frente a ella. Lena, Kara y Alex. Se veían felices, sobre todo la pareja que seguirían pegadas por su reciente noviazgo, y Alex, ella apoya a su amiga.

The 4 Seasons Of SaturnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora