Ven Conmigo

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—Una semana después —

Todo ha ido según el plan, en cuanto decidí levantarme de la cama, inicié mi labor en la empresa. Al principio fue complicado, ya que mi madre provocó la pérdida de confianza en los accionistas y socios, no los culpo, cometió demasiados errores para una mujer que se jactaba de ser excepcional. Reconozco que cometí mi propio error al no interesarme en la compañía, pero ya no tiene caso lamentarse. Recuperarse será un proceso lento, tedioso y extremadamente agotador, sin embargo, puedo manejarlo, hasta el momento los hombres agrios de la junta están felices de que una Zor-El esté al mando, aunque siguen teniendo sus reservas porque soy una mujer, lo cual es ridículo y se los hice saber, no voy a permitir que me humillen.

He pensado en Lena, por supuesto. Cada mañana al abrir los ojos puedo sentir su presencia junto a mí en la cama, durante el día cuando no tengo trabajo, recuerdo sus hermosos ojos, esa sonrisa fanfarrona que posee, y en las noches es cuando la extraño más, porque hay abrumante silencio que me recuerda lo que ocurre. Mike me llamó hace dos noches, diciéndome que no interferirá en mi decisión, y que Lena estará bien. No me equivoqué al confiar en él, sólo Mike puede conseguir que Lena no caiga en el abismo como yo.

Las pesadillas comienzan a aparecer, y de no ser por el excelente té que prepara Stefan, no podría funcionar correctamente durante el día. En mis terribles sueños, me encuentro en el rincón de esa cabaña donde esa mujer me tenía, donde me golpeó, pero ahora se han agregado más cosas horribles, como ver su mueca maligna en medio de la oscuridad, y manos frías tocándome, es una sensación horrible, porque me duele, partes de mi cuerpo que no deberían doler lo hacen, y al despertar estoy bañada en sudor, agitada y llorando, no comprendo, no logro hacerlo, ¿Acaso ocurrió algo más cuando estuve ahí?

-Kara — La voz de Stefan me saca de mis pensamientos — Tienes una llamada de...-

- ¿Acaso no te dije que no atenderé llamadas que no sean sobre el trabajo? –

-Es el señor Scott — Frunzo el ceño, mirándolo — Dice que es urgente, tal vez sea algo importante, sólo responde-

-De acuerdo — Suspiro y atiendo la vídeo llamada — Hola, Scott-

< Hola, ex prometida — Lo veo sonreír y viro los ojos — Te llamé varias veces durante el día, pero te niegas a responder >

-No tengo tiempo para socializar, así que sé breve-

< Me enteré que Lena viajó hasta Londres para verte, y que tú la enviaste de vuelta >

- ¿Quién te lo dijo? –

< Eso no importa, aquí lo relevante es que dejaste a la mujer que amas sólo por una crisis empresarial, ¿era necesario renunciar al amor? >

-No es tan simple como crees — Menciono molesta.

< Estoy enterado de los malos manejos que hizo la gran Miranda Zor-El — Sonríe con malicia y entrecierro los ojos — Oh sí, estar al frente de la compañía te da la libertad de saber muchas cosas, aunque claro, ahora ya lo sabes >

-Tengo que dedicarme completamente a mi empresa, Scott, y, además, esto nos compete a Lena y a mí, no interfieras-

< Tal vez tus amigos acepten eso, pero yo no — Se acerca más a la cámara — Me aseguraste que estarías con Lena, que ella es a la única que amarás para siempre, ¿Y ahora la dejas ir así, tan patéticamente? >

-Tengo que hacerlo — Él hace una mueca — Está hecho, Scott-

< Esperaba honestidad de tu parte, pero creo que no puedes serlo ahora, ¿Cierto? — Desvío la mirada, y ahí están los guardaespaldas nuevos — Entiendo, y en realidad no sólo llamé para reprenderte >

The 4 Seasons Of SaturnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora