El Zafiro y El Rubí

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—Horas más tarde —

Abro los ojos sintiendo la suave comodidad en mi espalda, pero la cabeza me duele un poco, así como mi nariz, entonces recuerdo los acontecimientos antes de caer en los brazos de Hypnos, sintiéndome culpable, sé que esa no fue la intención de Kara, ella solo trata de hacerme entender lo que implica entrar a una confrontación con personas como las de mi familia, y todo lo hice por impulso, sin detenerme a pensar en las consecuencias, ya que no soy simplemente yo contra ellos, también mi madre está involucrada. Definitivamente conocer la situación de la muerte del Señor Zor-El, me da otra perspectiva de mi decisión, y tal vez sea correcto aceptar su ayuda, la de los cuatro, he de suponer que tienen más experiencia en esto, sobre todo cuando ella se ha comportado de manera distinta, mostrando genuina preocupación y no su máscara de arrogancia.

Hablando de ella, me percato que estoy sola en su cama, y al buscarla con la mirada, la veo sentada en el sofá junto a su ventana, con las piernas dobladas a su pecho, cubierta con una cobija enorme, he de suponer que fue la primera que encontró, pues dudo que Stefan haya elegido una así. Sonrío ante esta imagen que no podré olvidar. Se ve tan adorable, debí imaginar que esa rubia engreída con la que choqué el primer día, resulta ser una persona diferente a la que muestra.

-Kara — La llamo, pero no parece escuchar — Kara — Intento de nuevo y pestañea — Hey... ¿Qué haces ahí? Te dolerá la espalda-

-Estoy bien, vuelve a dormir — Murmura, acomodándose.

-Iré a mi alcoba, no tienes que dormir ahí — Abre los ojos, y los talla con sus manos, dioses es un bebé — Debiste despertarme-

-Me siento más segura al tenerte cerca — Bosteza — Además, te veías muy cómoda en mi cama — Sonríe y yo hago lo mismo.

-Sí, tienes un buen colchón — Estiro mis extremidades, acomodándome en su almohada — Ven aquí — Palmeo el lado izquierdo y creo que la he despertado completamente.

- ¿Qué? –

-Duerme conmigo — Hago un puchero y me encanta verla nerviosa — ¿O es qué me tienes miedo? –

- ¡Claro que no! — Viene hacia la cama, dejándose caer a mi lado — ¿Lo ves? No te temo-

-Oh sí, lo puedo ver — Ambas estamos colocadas de lado, mirándonos — ¿Por qué estabas durmiendo ahí? –

-No quería incomodar, recién comenzamos a salir de esta manera, sería presuroso-

-A veces me sorprende lo linda que eres, cuando no actúas como arrogante, claro — Bromeo y vira los ojos, resoplando — Ahora quiero dormir contigo, no tiene que verse de otra manera-

-Bien, entonces ven aquí — Toca mi cintura, acercándome a ella — También eres linda, cuando no gritas — Ríe en cuanto le doy un leve golpe en el hombro — O golpeas-

-Sabes qué tipo de persona soy, así como te conozco a ti, por lo que es innecesario ocultar nuestros aspectos-

-Nunca dije que lo ocultaras, solo que, si me acusas, tienes una hilera en tu espalda también-

-Lo sé, lo sé — Bostezo, acurrucándome en su pecho — Vamos a dormir, antes de que suene el despertador-

-Secundo la moción-

No tengo idea en que momento volvimos a quedarnos dormidas, pero en cuanto el despertador suena, abro los ojos nuevamente, encontrándome abrazada a Kara, en realidad casi estoy sobre su cuerpo, lo cual me provoca un ardor en las mejillas, sin embargo, ella no parece molesta, incluso tiene una sonrisa en el rostro.

-Kara — Toco su mejilla con mi dedo, y sonríe — Es hora de levantarnos-

-Lo sé, solo... — Suspira — Estoy demasiado cómoda-

The 4 Seasons Of SaturnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora