The 4 Seasons Of Saturn

Mirada De Un Lobo Ártico

—Glasgow, Escocia —

El mudarse resulta sumamente agotador, ahora comprendo a mis abuelos cuando decidieron mudarse a Florida, no tenían tiempo para charlar, aunque estuvieron satisfechos con el resultado. Ahora es una situación similar, ya que mamá y yo sentimos la mudanza como algo liberador, sobre todo para alejarnos de las personas que intentaron quitarnos todo lo que mi padre nos dejó, antes de morir. Él era presidente de Luthor – Corp. Sin embargo, sufrió un trágico accidente de auto, aunque esto resultó extraño para mi madre y yo, mis tíos vieron esto como una oportunidad perfecta de hacerse con el poder. Ellos también, hicieron hasta lo imposible para exiliarme del apellido, así como la herencia familiar, lo cual, por supuesto con actos fraudulentos lograron, aunque no contaban con la astucia de mi padre. Él creó un fideicomiso para mí, equivalente al 50% de la empresa, esto lo hizo sabiendo que algún día podría no estar, y conocía perfectamente a los zánganos de sus hermanos. Por lo que, a pesar de haberme quitado del camino, no pueden adquirir mi herencia.

Ante esto, mi madre y yo decidimos mudarnos de New York a Glasgow, Escocia, ya que la familia materna de mi mamá proviene de aquí, entonces hizo uso de la mansión que dejó mi abuelo para ella, tiene un estilo victoriano precioso, siento que estoy en una historia de los hermanos Grimm, aunque no sean de la misma base. Además, ahora ella la propietaria del museo de la familia, por lo que tiene un buen sustento, pues mi querida madre no desea depender del todo de la herencia que le dejó mi padre, es una mujer que odia mantenerse quieta, por eso siempre estaba con él en la empresa, me siento tan orgullosa de mis padres. Y ahora mi madre es quien me apoya en mi proyecto, crear una compañía de ciberseguridad, ya que me siento atraída por la tecnología, además, así podré volver a mi país donde siempre buscan seguridad de todo tipo, es un gran proyecto a largo plazo.

Este es un día importante, iniciamos una vida, ella en su trabajo y yo en la Universidad, no es tan diferente, a excepción de que es otro tipo de cultura, por lo que deberé adaptarme, espero que no sea tan difícil como cuando ingresé a la secundaria. Miro mi reflejo en el espejo de tamaño completo que mi madre como para mí, admirado mi atuendo. Blusa rosa bajo la chaqueta negra que me obsequió papá, jeans del mismo color y mis botas estilo militar rojo oscuro. Ahora entiendo por qué en el colegio decían que era una gótica, sobre todo por los piercings en mis orejas, tal vez exageraban, no lo sé.

-Lena, baja a desayunar — Escucho a mi madre al otro lado de la puerta.

-Ahora bajo, mamá-

-Date prisa, es tu primer día de clases y no quiero que llegues tarde-

- ¡Ya tengo 18 años, mamá! -

-Te veré como adulta cuando no tropieces con tus propios pies, cada cinco segundos-

No me da tiempo para responder, ya que se aleja rápidamente de mi alcoba, como siempre lo hace cuando me molesta, mi madre siempre ha sido este tipo de mujer divertida, y así la amo. Peino mi cabello cogiendo mi mochila para salir de mi habitación y bajar las escaleras rápidamente hasta llegar al comedor donde mi madre ya me espera, burlándose en el momento que tropiezo con mis pies. Nuestras mañanas siempre fueron así, pero ahora este espacio vacío en la mesa tiene un peso abrumante. Al terminar de desayunar, lavamos nuestros trastos y salimos rápidamente de casa subiendo al modesto auto de mi madre. Diez minutos después estaciona frente a la Universidad, no soy la única a la que sus padres o choferes traen, así que me siento mejor.

-Muy bien cariño, es el primer día, así que por favor evita tropezar — Bromea sacudiendo mi cabello — ¿Has memorizado las vías de transporte?

-Sí, mamá, tengo buena memoria, ¿Recuerdas? Y no voy a tropezar-

-Quisiera creer lo segundo — Suspira falsamente afligida — Rómpete una pierna-