Las Estaciones Quieren Iniciar

941 126 76
                                    

—Mansión Zor-El —

Han pasado dos días desde que iniciamos este plan, el cual sigo considerando un poco descabellado, pero no podría negarme a la sugerencia de Kara, sobre todo cuando se encuentra de esta manera. Ella habló sobre su pasado, y realmente era diferente a la mujer que tengo por novia ahora. Dice que se debe a mí, pero me estoy llevando demasiado crédito por algo que sus amigos lograron antes. He de suponer que fue difícil lidiar con una Kara impulsiva y violenta, porque la que yo conocí el primer día de clases no se parece en lo absoluto a la que me narró, y eso es gracias a ellos, sus amigos quienes siempre la han acompañado. Y comprendo, no juzgo su comportamiento, ella creció sola aún después de que esa mujer le hiciera tanto daño cuando la secuestró, yo sé que evitó contarme toda la experiencia, pero debió ser más horrible si los chicos aseguran que no le gustaba ser tocada por alguien más que no fueran ellos, una parte de mí quiere saber, pero la otra prefiere permanecer en la oscuridad a provocarle dolor una vez más.

Sin embargo, el peligro sigue vigente, esos hombres continúan libres y probablemente con más deseos de venganza. Me resulta increíble que Kara haya logrado salir con vida de ese sitio, y sobre todo que se vea tan normal, entonces recuerdo una vez más su secuestro, esto no debe ser nada para ella, y es horrible, realmente horrible que ya no sienta miedo en una situación así. Miranda Presley es la peor madre del mundo, nunca se ha preocupado verdaderamente por ella, sólo por los intereses que pueda obtener de su persona, ni siquiera se tomó un segundo para estar con ella en ese evento traumático, ¿Qué clase de madre hace eso? Y la respuesta es clara, una que no posee ese instinto materno, quizás estoy siendo demasiado dura, pero simplemente no comprendo por qué no le importa su propia hija.

-Lena, ¿Te sientes bien? — Parpadeo al oír la voz de Kara y vuelvo mi atención a mi reflejo en el espejo — ¡Lena, me voy a levantar si no respondes! — Parpadeo frente al espejo al oír su voz y decido salir, recibiendo su mirada de asombro, pero rápidamente trata de recomponerse — Tomaste una ducha demasiado larga — Sonríe al verme en su ropa, que por supuesto es más grande.

-Este pijama es demasiado grande — Asiente y ríe — ¡Deja de reírte! –

-Eres tan ruidosa — Trata de verse seria — ¿Qué pasa si los guardaespaldas escuchan tus gritos? — Miro hacia la puerta, tiene razón, pero siento su mirada sobre mí.

- ¿Por qué me miras así? — Arqueo una ceja.

- ¿Por qué no debería mirar a mi hermosa novia? — Menciona engreída — Anda, sube a la cama — Palmea el espacio vacío.

Exhalo y avanzo hacia la cama, pero antes de poder subir correctamente, ella me abraza por la espalda para dejarme caer a su lado, de manera que se coloca sobre mí. Ríe entre dientes al verme sorprendida, porque claramente no esperaba que pudiera hacer esto, y entonces recuerdo su condición.

- ¡¿Qué haces?! — Exclamo en voz baja — ¡No puedes moverte así! –

- ¿Ya no quieres estar conmigo? — Cuestiona con seriedad — Te escabulles y no permites que te abrace-

-Kara, no es...-

- ¿Por qué estás rechazándome? –

-No lo hago, simplemente tengo miedo de lastimarte, incluso no deberías estar moviéndote de esta manera, ¿Por qué eres tan testaruda? –

-Lo soy porque te amo — Frunce el ceño — Y no me lastimas, estás siendo exageradamente cuidadosa, que siento ansías de morderte para que dejes de hacerlo-

-No te atrevas a morderme — Advierto y esto la hace sonreír un poco.

-Entonces habla conmigo, ¿Por qué luces tan pensativa? Y te niegas a aceptar que estás afectada-

The 4 Seasons Of SaturnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora