¿Por qué?

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—Mansión Zor-El —

El procedimiento fue extraño, tener las piernas abiertas en un área blanca es por demás extraño, pero, todo sea por mi hijo. Tuve que esperar algunas horas hasta que la Doctora me dijo que podía volver a casa, y tendría que acudir nuevamente al hospital para la revisión en unos días, aunque me recomendó hacerme una prueba de embarazo si lo creía conveniente, aunque honestamente, no quiero confiar en un método que no sea especializado. Al llegar a casa por la tarde, me sorprende que Stefan no me reciba, además que la mansión se sentía... ¿Sola?

Al subir las escaleras con cuidado, ya que me sentía incomoda todavía. Ir caminando por el pasillo se sintió sumamente pesado, como traer una montaña de culpa arrastrando, y es que eso ocurre conmigo. Exhalo, pegando mi frente a la puerta antes de girar el picaporte, ingresando con la cabeza abajo y hombros caídos, sabiendo que Kara estará furiosa cuando se entere. Y tal parece que no necesito esperar demasiado, pues al levantar la mirada, retrocedo asustada, al verla sentada en el sillón, con las piernas cruzadas, así mismo sus brazos, en una postura que se asocia con su expresión de enojo.

-Kara... ¿Qué...? — Carraspeo, tratando de no verme nerviosa — ¿Qué haces aquí? Creí que estarías...-

- ¿En Londres? — Asiento lentamente — No, cuando estaba a punto de arribar el avión, recibí una llamada muy interesante-

- ¿Tu madre? –

-Preferiría que haya sido mi madre — Ladea la cabeza — Pero no, resulta que mi esposa viajó a mis espaldas a Oxford-

-Kara yo...-

- ¡No te atrevas a mentirme! — Eleva el volumen de su voz, sobresaltándome, mientras se pone de pie — ¿Por qué, Lena? — Tensa, camina hacia mí — ¡¿Por qué?! –

- ¡Te dije que yo lo haría! — Uso el mismo tono, aunque esto contorsiona más de enojo su rostro — Y ya lo hice, no tiene caso seguir discutiendo — Trato de avanzar hacia el baño, pero me toma del brazo.

-No, no es tan fácil salirte con la tuya — Me atrae a su cuerpo, inclinándose para mirarme tan cerca — ¿Te sientes orgullosa de mentirle a tu esposa? –

-Por supuesto que no — Murmuro molesta.

- ¿En serio? Porque tu actitud indica todo lo contrario –

-Me siento terrible, la culpa no me deja tranquila, y sé que no debí hacerlo, pero te dije que yo quería ser quien cargue a nuestro hijo-

-Y yo te dije que...-

-Ya sé lo que dijiste — La interrumpo — Tengo tus palabras resonando en mi mente, pero ya no tiene caso, lo hice, y ahora tenemos que esperar los resultados-

-No puedo creer que me hayas mentido, Lena — Libera mi brazo, retrocediendo y puedo ver la tensión del enojo en su cuerpo — Haces esto por celos y capricho — Dice entre dientes.

-Sí, lo hice por todo lo que piensas — Sé que no debería actuar así, pero no me agrada quedarme callada — Por celos, capricho, imprudencia, pero también por amor — Doy un paso firme hacia ella — ¡Por mi amor por ti! –

- ¡Y sigues con eso! — Exclama, moviendo exasperada los brazos — ¡Que no tenías que hacerlo, mujer! –

- ¡Pues ya lo hice! — Ahora estamos demasiado cerca — ¡¿O qué harás?! ¡¿Abrir mi vientre y detener el proceso?! –

- ¡Eres exasperante! — Levanta los puños, alterada y yo me atrevo a sonreír.

-Lo sabías cuando te enamoraste de mí, ¿O es qué mi patada en tu rostro no fue suficiente? — Su respiración comienza a agitarse por el enojo, y la mía también — Ya deberías saber lo firme que soy con mis decisiones-

The 4 Seasons Of SaturnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora