Nadie nace campeón

Clandestino encuentro

Nunca llegue a pensar que mi entrenador Wilson me hubiera hecho tanto daño quitando a Valeria de tal forma de mi vida. Yo siempre lo vi como una buena persona, como alguien con quién podía hablar y nunca me llegue a imaginar que tenía un lado tan despreciable como este. Me afectaba bastante la ausencia de cariño por parte de Valeria. Ella vivía con miedo y siempre que yo me acercaba se ponía nerviosa porque "alguien" nos podía ver.

Poco a poco Anastasia fue sustituyendo el lugar de Valeria. Ella me daba lo que Valeria ya no podía. Y esto me ponía a pensar muchas cosas. De camino a casa después de los entrenamientos me sentía muy solo, también tenía problemas en mi casa y a nadie con quien poder hablarlos.

Aun continuaba también con mi amistad de Carolina. Pues habíamos tenido altercados y cosas por el estilo porque ella pensaba muy diferente a mi. Éramos totalmente diferentes, pero encajábamos a la perfección uno al otro como fichas de rompecabezas. Si a mi me gustaba la fantasía, a ella le gustaba la realidad. Tal cual para no tener más problemas deje de querer cambiar a Carolina y aceptarla como es. Después de esto nos convertimos en buenos amigos y cada vez me hacia menos falta Luisa de la que estaba apegado de una forma muy rara. A Carolina yo la veía muy linda en los entrenos con su Dobok, le lucia a la perfección. En cambio cuando salíamos se me hacia diferente en ropa de calle y con arreglos en el cabello.

Pronto se aproximaría el cumpleaños de Carolina y yo le había prometido que ese día veríamos una película de la saga de un famoso libro. Ese día salimos al cine a ver cincuenta sombras de grey. Ella se había leído el libro completo y yo solo hasta la mitad. Pero ese día yo quería algo más que solo una salida con una amiga. Yo querría un beso ese día.

Al momento de comprar los boletos estuvimos cerca de no entrar a la función, pues Carolina no llevaba su documento de identidad y la película era para mayores de quince años. Precisamente ella estaba cumpliendo diez y seis ese día. Estuvimos un rato dialogando con la vendedora hasta que por fin decidió vendernos los boletos.

Después de sentarnos en los asientos del cine que no nos correspondían le tome de la mano. Era un día lunes, por lo tanto la sala de cine estaba vacía y solo se encontraban tres parejas y un grupo de tres niñas. Poco tiempo después se torna un momento incomodo, pues a Carolina le empieza a sudar la mano. Nos soltamos de la mano por un tiempo y antes de que empiece la película le doy un beso en el cuello. Al ver que ella se había dejado sentí más seguridad en mi. Nos concentramos en la película y por intermedios de tiempo yo le doy varios besos en el cuello. He intento en repetidas ocasiones besarle la boca, pero ella cuando veía que me acerba a la boca se alejaba. No tenía éxito hasta que lo intente de una manera diferente. Ella al ver que se encontraba entre la espada y la pared aceleró la respiración. Un poco agitada me dio el primer beso.

-Si que eres de las que se hace rogar. ¿No es así? - le dije al oído.

-¿Entonces que esperabas? ¿Querías que fuera como la tabla del uno?- me dice en forma airada.

Yo suelto una carcajada y le vuelvo a tomar la mano. Esta vez ya no sudaban y estaba más tranquilo. Deje de prestarle atención a la película por seguir besando a Carolina. Al salir de la sala de cine lleve a Carolina a un lado y tomándola de la cintura le di un beso largo que terminó con una mordida en su labio inferior de mi parte.

Después del cine salimos a comer helado y nos sentamos en una banca del centro comercial a dialogar. Le cuento que tener novia es algo caro. Y le dije algo que había escuchado de Arturo Calle que hizo que ella se molestara conmigo. Pero no me lo hizo saber enseguida sino al día siguiente.

-No puedo quitarlo. ¿Que hago?- dice ella en mensaje de texto.

-¿Que no puedes quitar?- le pregunto.

- Tu olor en mi cuerpo. No se quita fácilmente

- ¿Olor? Yo no huelo a nada

-Si hueles, y hueles rico. ¿No usas colonia?- En ese momento recuerdo que me había aplicado una loción.

-Claro ya recuerdo.

-Me gustó lo que pasó en la sala de cine - Este mensaje me hace sentir satisfecho, como cuando logras una meta.

-Que bien -Le respondo ocultando mi pensamiento.

Al día siguiente casi al finalizar la jornada recibo un mensaje de ella que me vuelve loco.

-Tenemos que hablar y aclarar algo.

Este mensaje me desconcierta y evita que me pueda concentrar en mi clase de química. Me hace entender que le molestó haber entendido que yo dije que era un gasto ella para mi. Pero después de hablar vario rato me explico mejor para que ella no se moleste conmigo.

-Somos amigos, ¿verdad?- me pregunta ella.

- Así es. Solo amigos que se besan.

- Yo pensé que querías algo más- esta pregunta de ella me hace sentir un poco incomodo, pues no quería nada serio por ahora.

-No me interesa tener novia, perdón- le respondo intentando minimizar las represalias.

-No me refería a eso pendejo- dice soltando una carcajada -De verdad me hiciste reír- continua diciendo ella.

-Amm ahora entiendo. Pues soy hombre, todos los hombres queremos sexo- respondo dándome cuenta de que había dado una respuesta muy ingenua- ¿a ti también te gustaría?

-No lo se. Tal vez si, tal vez no - dice ella queriendo jugar conmigo.

El sábado por fin puedo volver a verla, porque había faltado a los entrenos de esa semana por motivos educativos. Está muy bella con su uniforme. Es casi imposible no desear besarla, lastimosamente debo comer con la boca callada para no levantar sospechas y evitar problemas.

No entendía lo más mínimo que estaba pasando, pero solo quería que pasara. Prontamente me operarían la nariz, ya que de el golpe que me brindo Luque se había desviado.

Lo más extraño de esta amistad es que Carolina no me celaba. A pesar de tener bastantes motivos. Al Valeria enterarse de lo sucedido por mi parte (yo le contaba todo a ella) se enfurece conmigo. Me cela enormemente con la prima.

-Si vez tu como eres- dice en tono airado-Vas de boca en boca con la que te provoca ¿y yo que? Sin poderte ni siquiera tocar.

-Pero no te enojes Valeria. Tu sabes que eres todo para mi. ¿Estuvo mal hecho que besara a tu prima?

- Si, tu con todas eres igual. Mírate besaste a Anastasia, estuviste detrás de Luisa y ahora besas a mi prima. Es el colmo Fred, lárgate de mi vida.

- Tu también has besado a Karl. Y yo nunca te reclame por esto- le respondo recordándole el pasado.

- A él no lo metas en medio- dice Valeria con frialdad.

Esa conversación con Valeria me afectaría de más. Pero poco rato después de quince minutos volvimos a hablar como antes. Ella no se podía enojar conmigo, ni yo con ella. Seguía siendo mi confidente y yo el de ella.