Problemas

235 12 0
                                        

Cada vez entrenaba más tiempo y poseía menos tiempo para salir y vagar con amigos. Mis entrenamientos se habían convertido en mi prioridad. Mi plan de fin de semana se había convertido en rutina: sábado en la mañana entrenar, en la tarde tiempo de ocio y en la noche visitar a mi novia Jade (había conseguido una segunda novia que no tenía que ver nada con artes marciales) y el domingo entrenar de nuevo.

Ya no podía pasar un solo día sin entrenar, era una pasión. Cada que por motivos ajenos a mi voluntad debía faltar a un entrenamiento me sentía pésimo de animo.

Al finalizar un entreno de taekwondo Valeria se me acerca.

- ¿Tu tienes whats app?- pregunta inquieta.

- Si, ¿porque?- respondo con duda.

- Agrégame.

- Bueno, cuando llegue a casa me mandas tu número.

- ¿Tienes tu celular aquí? - pregunta ella.

- Si.

- Pues agrégame de una vez - me ordena Valeria.

Yo obedezco y dígito el número, desde ese día el resto de los días hablábamos por allí mandándonos mensajes y notas de voz, de vez en cuando cuando era fin de mes y necesitaba gastar los minutos restantes de mi plan. La llamaba y hablábamos más de una hora, nunca nos aburríamos. Nos habíamos convertido en confidentes uno del otro. No existía acción de uno que el otro no supiera. Éramos uña y mugre siempre juntos.

A menudo yo le contaba sobre problemas con Jade, mi novia. Muchos de estos eran celos por los muchos pretendientes que tenia Jade. Por una parte me sentía afortunado de que tuviera muchos pretendientes y me prefiriera a mi, pero de igual forma sentía celos.

Valeria me propone que le tome captura de pantalla a un mensaje que ella me mandaría, para así hacer que mi novia sintiera lo mismo que yo sentía. Valeria me manda un mensaje haciendo creer que esta loca por mi. El mensaje decía "Fred mi amor, muchas gracias por el tiempo que paso contigo, siempre sabes como convertir momentos cotidianos en recuerdos inolvidables. En este poco tiempo que te conozco creo que estoy empezando a sentir cosas por ti, cosas que ni tu novia creo que sentiría igual. Te amo y te deseo demasiado mi amor, quédate conmigo porque ni tu novia te tratara tan bien como yo mi rey". Nunca espere que Valeria me envía un mensaje parecido. Muy satisfecho por la intención tomo captura del mensaje y se lo reenvío a mi novia.

- ¿Quién es esa puta?- responde Jade al ver el mensaje.

- Es una amiga mi amor- respondo tranquilo.

- Usted es mío y las demás que ladren, esa Valeria es una pulgosa que se mete con lo de otra- responde muy alterada Jade.

- Tranquila, no pasa nada. - digo intentando calmarla

No había notado que por error en la captura de pantalla salía el nombre completo de Valeria con su segundo nombre y sus dos apellidos. Esto hizo que Jade pudiera saber de inmediato de quien se trataba, estudiaban en el mismo colegio y fue en busca de ella.

- ¡¿Que coños te pasa con mi novio mojigata?! - dice muy furiosa Jade.

- ¿Que pasa? ¿Serán celos acaso? - responde Valeria con ingratitud y sin inmutarse.

- ¡Tu no me llegas ni a los talones maldita perra! - grita Jade

- ¿Entonces porque te sulfuras babosa?- dice Valeria provocándola

Apenas termina de decir esto y Jade se le lanza encima, agarrándola de la cabellera y dandole bofetada. Ruedan las dos por el piso y antes de que Valeria se pueda defender llega un profesor a escena y las separa. Son enviadas a hablar con la coordinadora de disciplina.

-¿Quiero saber porque se pelearon niñas?- pregunta la coordinadora.

- ¡Esta maldita perra se le está lanzando a mi novio! -responde Jade de inmediato.

- Esta niña no puede soportar un poco de competencia- dice Valeria para desafiar de nuevo a Jade. Valeria no quería revelar las verdaderas intenciones del mensaje, ella disfrutaba de ver a Jade en ese estado y quería que se prolongase lo más posible.

La coordinadora escucha las dos versiones de la historia y da un veredicto final.

- La señorita Jade será suspendida dos días por provocar un pleito en las instalaciones de la institución- dice la coordinadora.

Valeria siente satisfacción con la decisión de la coordinadora, ella odiaba a Jade por alguna razón aparente y Jade ahora odiaba aun más a Valeria.

Recibo un mensaje de Jade.

- Amor hoy me pelee con tu amiguita esa Valeria- dice Jade.

- Pero ¿Porque lo hiciste cariño?- digo asustado

- Ella me provocó, no quiero que te veas más con ella. ¡La odio! - dice Jade muy exasperada.

-No puedo dejar de verla, ella es compañera de entreno. Además es solo una amiga mi amor.

-Pues no vuelvas a entrenar - dice Jade en tono autoritario

- Jamás, no puedo. Me gusta mucho entrenar.

- ¿No lo harías por tu reina?- pregunta a forma imponente.

- ¿Tu dejarías de estudiar por mi?- le respondo la pregunta.

-Eso es diferente, yo no dejaría de estudiar ni siquiera por mi madre.

- Ya vez, yo tampoco dejaría de entrenar por nadie.

- Es diferente - dice Jade

- Para mi es lo mismo - respondo para aclarar mi punto de vista.

Dejo de hablar con ella y me voy a entrenar. En el entrenamiento Valeria me comenta que Jade la había atacado y que estaba muy feliz de causar tanto impacto en ella. Valeria se sentía bien provocando a los demás.

Yo me sentía bien porque en ese momento me di cuenta de lo importante que era en la vida de ambas. Valeria a menudo me comentaba que sentía que me conociera hace mucho y esto me hacia sentir bien. Y Jade se tuvo que resignar a que yo dejara de entrenar por ella.

A medida que pasaba el tiempo me iban queriendo más cada una. La diferencia era que una me quería para novio y la otra para amigo.

En la academia de taekwondo solo hablaba con Valeria, era algo raro pero solo hallaba confianza en ese cuerpecito.

Jade por otro lado era mi novia con todos los derecho, ya la había presentado en casa y todos estaban enterados, tanto los padres de ella como los míos. Pero esto no fue fácil pues para conseguirlo tuve que ir a casa de Jade para hablar con el padre y pedir permiso. Ese día ese señor me grito bastante y me amenazó de todas las formas posibles. Al ver que yo era un buen joven y tenía el valor suficiente como para ir a hablar con él me concedió el permiso.

Mi padre por otra parte estaba muy asustado porque un primo mío a mi misma edad había dejado embarazada a la novia, tuvo que dejar de estudiar y comenzar a trabajar. "Se daño la vida" dijo mi padre mientras me comentaba sus temores y me sermoneaba. Para ambos padres estábamos muy jóvenes para algo tan serio.

Ese mismo día que mi padre me sermoneo llegué a casa de Jade. La madre salió con la hermana a comprar algo y nos dejó a solas. Era increíble el grado de confianza que me tenían los padres de Jade. Yo bien aproveche la oportunidad. Me acosté en la cama de Jade y ella se posicionó sobre mi. Nos besuqueamos en esta posición mucho rato, mientras mis manos acariciaban los pesones de Jade. Fue muy difícil abstenerme en ese momento, pero no podía cometer otro error, como el que cometí con Laura. Muy pronto llegarían de nuevo la madre de Jade y su hermana, por lo que no podía dejar evidencias.

Después de habernos incorporado de nuevo, fuimos a sentarnos de nuevo en la sala de estar, fingiendo que nada había pasado. Pero era imposible quitar esa sensación de tener un letrero en la cara diciendo "cómplices".

Nadie nace campeónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora