Por razones ajenas a mi voluntad, tuve que ausentarme una semana al entrenamiento de la selección de taekwondo. Lo que significa que pase una semana sin ver a Anastasia, mi querida amiga. No sé por qué hablo tanto de ella, o la pienso tanto. No tengo claro realmente mi voluntad para con ella. Querido lector, por favor no me mal interprete, no estoy enamorado. Simplemente ella es con la única persona con que me he llevado tan bien en estos años, ella es una chica excepcional para mí. No sé qué sea para los demás, pero para mí ella es una amiga con la que me gustaría pasar todo el tiempo del mundo. No digo que la quiera besar, ni nada por el estilo de novios, simplemente me gusta pasar rato con ella, porque ella hace que cada día sea diferente al anterior. Ella me hace llegar a la casa con una sonrisa de oreja a oreja. Sin embargo, ella tiene novio y no me quiero entrometer, yo creo en que la vida siempre da giros inesperados, por eso no me he entrometido entre ella y Samuel.
Por culpa de ella estoy perdiendo amigas como Valeria, pues no hago más que hablar de Anastasia. Valeria dice que yo lo que más hago es refregar a Anastasia en la cara de Valeria, por este motivo me ha dejado de hablar.
Lo que más quería durante esta semana que me ausenté, es que anastasia pensara en mi tanto como yo pensaba en ella, así estuviera con su novio pensara en mí, así peleara con su padrastro pensara en mí y aun en el momento en donde lo tuviera todo y no le faltara nada, también pensara en mí.
Por fin hoy asisto a taekwondo, y tengo el placer de ver a Anastasia, lleva una cola de caballo como siempre, y desde que yo entro por la puerta me mira, y me sonríe. Intenta ocultar la sonrisa para que los demás no la noten, pero es imposible. Esto dice mucho. Sin lugar a dudas le hice falta, que bien. Mientras entro a el lugar donde dejamos los maletines, ella me intercepta con un abrazo y un beso en el cuello. Yo miro alrededor de reojo para asegurarme que nadie estuviera mirando. Al parecer nadie estaba cerca, hasta que doy media vuelta y veo la cara amenazadora de la hermana de Anastasia. Que amenaza con decirle todo a Samuel.
-Le diré a Samuel, Anastasia-dice la hermana de Anastasia.
-Pues dile lo que quieras-responde Anastasia tomándome de la mano con dedos entre cruzados.
La hermana de Anastasia hace un ademan de discordia en el pecho y se retira indignada ante la actitud de la hermana.
-¿Por qué no viniste la semana pasada a entrenar?-pregunta curiosa Anastasia.
-Porque estaba estudiando para el ingreso a mi universidad.
-Ay Fred, ¿Porque no me habías contado?
-Porque yo soy así-. Dicho esto Anastasia me da un fuerte golpe en el abdomen que me deja sin aire.
-¿Por qué...por qué me golpeas?-logro decir a duras penas entre dientes por la poca cantidad de aire en mis pulmones.
-¿te dolió mi amor? Ven dame un abrazo-. Le doy un abrazo, pienso que todo está bien y cuando me separo, me vuelve a golpear sin razón. Suelta una carcajada traviesa mientras yo me recupero en el piso del golpe. ¿Por qué Anastasia siempre me golpea tan fuerte?
-Definitivamente tú me amas-le digo.
-¿Cómo te diste cuenta?-dice en tono burlón Anastasia.
-Porque siempre buscas una manera de llamar mi atención.
Anastasia se inmuta, di en el blanco, nunca pensé que Anastasia fuera a reaccionar de esa manera. Yo me imaginaba que me volvería a golpear y nos reiríamos, pero fue diferente. Anastasia se sentó a mi lado.
-¿Quieres que te cuente un secreto?-le digo reanudando la charla.
-Sí, si tú quieres.
-Está bien, pero tiene que ser en el oído.
-Ok, como quieras-. Tomo a Anastasia con las manos en la cara, acercándome al oído de manera cabal, cuando de improvisto le giro la cabeza a anastasia, colocando la boca de ella frente a la mía, la miro a los ojos, ella me mira a mí con una mirada retadora. Yo acepto el desafío y el beso en los labios. Pero este beso fue diferente. Este beso puso fin a mi intriga. Pues este fue el séptimo beso, el beso que me quito las dudas y me dio un nuevo pensamiento.
Pues no sabía a ciencia cierta porque los besos de Anastasia siempre eran en los momentos menos esperados, el universo conspiraba a nuestro favor, para ponernos en situaciones donde sería inevitable no dejarse llevar por el deseo. Ese deseo que se escondía detrás de los labios de Anastasia, esos besos que sabían a miel del más seleccionado panal, combinado con ese café colombiano tan esplendido de por la mañana. En mis pensamientos intentaba convencerme que todos estos sabores eran imaginados por mí, pues el amor está en la mente. Siempre he sido de los que no cree en el amor. Pero no sé si pueda refutar el sabor de esos besos en mi paladar. Tampoco sé si ella besaba igual de bien a Samuel, porque me llegaban bastantes comentarios a mis oídos de que ella era más cariñosa conmigo que con su novio.
Por esta razón, le propongo a anastasia continuar nuestra supuesta "aventurada amistad" en secreto, porque podía llegar a oídos de Samuel y yo no me quería meter en otro lio. En ese instante Anastasia me dijo que no haría falta, pues ella estaba esperando una oportunidad para terminarle a él. Y precisamente el día que nos dimos el séptimo beso. La hermana de Anastasia le dijo a Samuel que nos había visto tomados de las manos.
-¿Porque andas tomada de la mano con Fred?-le dijo Samuel a Anastasia.
-Él es mi amigo, yo se diferenciar una amistad de un noviazgo-respondió Anastasia.
-No me parece.
-¿No confías en mí?
-No...ya no.
-Pues me temo que esto no podrá continuar-. Y así Anastasia le dio fin a su relación con Samuel, dejando el camino libre para mí.
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Nadie nace campeón
Novela JuvenilTrata sobre un chico inseguro que al empezar a entrenar artes marciales consigue seguridad en si mismo, una hermosa novia y los mejores amigos de toda la vida. En su carrera deportiva llega a ser el número uno a nivel nacional. Pero todo esto no es...