Vivimos en un mundo donde el cotidiano pasar de los días hacen que un sentimiento como el amor se convierta en un sentimiento mundano. Aplaudimos a los hombres que son capaces de conquistar muchas mujeres, pero no damos ningún merito a los hombres inteligentes que son capaces de durar varios años en una relación. Un beso solo tiene significado si la persona de la cual lo recibimos tiene algún lugar en nuestro corazón. A ti te puede besar la mujer más bella del mundo, pero sin sentimiento un beso carece de sentido. Tenemos relaciones sexuales porque sí, porque eso es lo que nos pide la carne. Pero en realidad no sabemos amar.
"El primer amor nunca es para siempre" dicen algunos, otros dicen "el que se enamora pierde". Conocemos bocas de otras personas con nuestras lenguas por mera curiosidad, pero no estamos seguros de lo que sentimos.
Carolina en los entrenamientos me trataba muy indiferente, a pesar que yo le pedía abrazos, ella me los negaba. Esto me hacía sentir como si el beso que nos dimos no hubiera sido nada. Después de los entrenamientos, yo esperaba a Carolina, solamente para hablar, pero a ella no le gustaba que la vieran hablando conmigo. Estas acciones de Carolina me hacían sentir bastante solo. "Cuando se cierra una puerta, otra se abre" dicen algunos conocedores del tema. Precisamente, otra puerta se abrió para mí. Anastasia por otro lado me hacía sentir muy feliz, era tanta la felicidad que sentía al ver a Anastasia que a pesar de estar incapacitado por la operación de la nariz, iba a los entrenamientos, solo para verla y hablarle. Me encantaban los abrazos de Anastasia. De hecho la invité a salir.
-¿Te gustaría salir conmigo?-le pregunto.
-Claro que si Fred, me encantaría.
-¿Qué día estas disponible?
-El domingo, pero primero le debes pedir permiso a mi padrastro.
-No hay problema, nos vemos el domingo.
Al llegar a casa le envió un mensaje al Facebook del padrastro de Anastasia. Este me responde negativamente, sacando como excusa que Anastasia estaría ocupada, pero no me convenció su argumento.
-Perdón Fred, no me dejaron salir contigo- me dice Anastasia.
-¿Por qué no te dejaron?
-A mi padrastro no le gusta la idea de que yo salga con amigos cuando ya tengo novio.
-Pero eso es muy machista, ¿no te parece?
-sí, pero él es así, lo siento...No te enojes.
-Tranquila...
Misión fallida para mí, de verdad tenia expectativas con Anastasia, era con la única persona que últimamente estaba congeniando. Era una gran amiga.
No sé si los amigos sean tan melosos como yo lo soy con ella. La verdad es que la abrazó muy de seguido y Valeria me dice que parecemos garrapatas en cuanto nos vemos. Valeria, mi pequeña amiga me celaba demasiado con Anastasia. Y justo cuando Anastasia se ausentó a una reunión con la sicologa, fue que Valeria comenzó a atraer mi atención.
-¿Qué te pasa Valeria?- le respondo un poco exasperado.
-Nada
-No hemos vuelto a hablar hace una semana.
-Ya no hablo con nadie-. Yo asiento con mi cabeza, con ademan de ingratitud.
Tomo de la mano a Valeria, pero ella me quita la mano.
-¿Te da pena tomar mi mano?
-Si- me responde enojada.
En ese preciso momento se encontraba Anastasia esperándome a la salida.
-Mira, allá está tu gran amiga Anastasia, vaya abrácela-ndice Valeria con tono de cinismo.
-Eso haré.
Voy corriendo y abrazó a Anastasia, ella de inmediato me responde abrazándome mucho más fuerte. Yo la beso en el cuello y en la mejilla.
-Tu padre te está esperando y está observando todo esto.
-No puede ser, que pena, Anastasia. ¿Por qué no me dijiste antes?
Anastasia suelta una carcajada.
-Te acompaño si quieres...- dice Anastasia burlándose.
-No gracias- respondo.
De mera casualidad, mi padre ni me había reconocido, o por lo menos eso me dijo.
Al día siguiente, tenía aún más ganas de ver a Anastasia. Era precisa una charla con ella. Una charla de eventualidades personales. Siempre tenía de algo nuevo para hablar con ella, siempre salía algo, así hubiéramos hablado todo el día, nunca nos cansábamos de hablar. La vil hermana de Anastasia era una barrera que impedía contactarme con Anastasia fuera de los entrenamientos. No dejaba que Anastasia usara el celular de ella, a veces mentía sobre Anastasia, para que yo cesara mi insistencia en hablar con ella. Aun así encontrábamos la manera de hablar. Sin mencionar, que Anastasia durante los entrenamientos me lanzaba besos, la verdad no sabía con qué responder o que cara poner. Anastasia lanzándome esos besos al aire en repetidas ocasiones durante el entreno me desconcentraba...Y esto era lo que yo menos quería-desconcentrarme-porque tenía una gran meta: Ser campeón nacional.
-Eres muy cruel- me decía Anastasia cuando le daba besos en el cuello.
-¿Por qué?
-Porque yo siento...
-¿Qué sientes?
-Algo.
-¿Cosquillas?
-Si.
-¿En dónde? ¿En el cuello o en la barriguita?
-En las dos.
-¿Y porque es malo?
-Porque es una tortura para mí.
Interesante, así que yo torturaba a Anastasia, pero de una manera muy peculiar. No sabía que tan sensibles eran algunas mujeres en el cuello. Anastasia también me besaba el cuello, pero yo casi ni me daba cuenta. Solo sentía los labios en él, pero nada de "cosquillas".
Que incomodó fue que el novio de Anastasia fuera a ver un entrenamiento, solo para tenerla vigilada. Pues él sospechaba que ella y yo teníamos algo, gracias a las quejas de mi querida amiga Valeria. La verdad es que me decían que Anastasia ni con el novio era tan especial como lo era conmigo. Para mí esto era ridículo, pero el ojo solo mira hacia afuera, nunca hacia adentro. Nuevamente me encontraba en una encrucijada.
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Nadie nace campeón
Teen FictionTrata sobre un chico inseguro que al empezar a entrenar artes marciales consigue seguridad en si mismo, una hermosa novia y los mejores amigos de toda la vida. En su carrera deportiva llega a ser el número uno a nivel nacional. Pero todo esto no es...