Blind Love

Acuarelas

Otra vez siento un frío que emana de las puntas de mis pies, sube por mis piernas como un hormigueo interno, aprieto la mandíbula, ella permanece esperando respuesta.
Sujeto mi tasa de té para hacer algo de tiempo, tomo de ella y la mantengo:

— Ya basta. —Sonrío—.
— ¿Entonces no puedo? —De nuevo ese tono que es entre serio y con ganas de reír—.
— No me hagas pensar cosas que no son. —Dejo escapar con naturalidad—.
— ¿A caso no lo es?

Me quedo callada, ¿si entendió a qué me refería? ¡No hay manera de que no lo sepa! Aprieto la tasa y despacio la dejo sobre la mesa de nuevo. Pego mi lengua a mi paladar.

— Por favor, dame la oportunidad. —Insiste con un tono que me derritió el corazón, su voz es muy dulce cuando así lo quiere—.
— De acuerdo.
— ¡¿Sí?!
— Sí puedes. —Totalmente nerviosa me levanto—.

Escucho pasos dudosos acercarse, sonrío en mi mente, ¿qué estás buscando?

Siento como su índice recorre de mi mentón a mi mejilla con un toque tan tan discreto, que no puedo evitar contraerme, haciendo que mi oreja toque mi hombro, es de esas sensaciones que no se pueden describir.
Ella se ríe «de verdad que no hay ni una coincidencia en todas sus palabras y acciones», totalmente desprevenida siento su respiración chocar con la mía.

No soporto esto, me giro unos pocos centímetros, aprieto los párpados.

Siento un beso muy, ¿bonito? «lo define mejor la palabra "tierno"» sobre mi mejilla, sentí la necesidad de repetir la acción que me provocó su toque anterior pero no me lo permití, por lo que sentí una corriente eléctrica en mi espina dorsal.

— Gracias por tantas oportunidades, Byul. Estaré esperando tu llamada.
— Claro, yo te marcaré. —Tengo todas las sensaciones que se tienen al ir a más de 80km/h, hasta pasar saliva se complica ahora—.
— Yo puedo salir, ya has hecho demasiado por mí. Quedó una taza más de té, sírvelo con cuidado y más tarde para que no te quemes, adiós Byul.
— Gracias por el té, de verdad. Adiós Yongsun.

Escucho sus pasos alejarse. 1...2...3...4... Detiene sus pasos, ¿algo habrá captado su atención? 5...6...7... Da un paso doble, posiblemente se tropezó. 8...9...10...11...«Adiós» 12...13...14... La puerta se abre y cierra en cuestión de segundos.

Suspiro al escuchar que se marchó.
Tengo que hablar con Jung ahora mismo, intento agarrar mi teléfono con mis manos temblorosas.
La línea está enlazando, al segundo tono ella contesta:

— Byul, ¿qué pasa?

Su voz suena en alerta.

— Wheeiny, ¿aún tu sala está decorada con tus cuadros?

«Ese apodo le gusta mucho, pero casi nunca lo uso, solo de forma muy ocasional justo para que no pierdas su encanto».

— El mes pasado cambié de casa, ¿recuerdas? Aún no he sacado muchas cosas de cajas, no tengo mucho tiempo...

«Es verdad, hace relativamente poco cambió de domicilio, solo algunas cuadras, es un lugar más pequeño ahora».

— ¿Y tienes planes para exhibirlos nuevamente? —Pregunto ansiosa con esperanza de que diga que sí—.
— Sinceramente no lo sé, realmente no creo que la mayoría de los que tengo sean tan buenos...
— ¿Cómo puedes decir eso? —Mi tono de voz cambia a uno más serio— no vuelvas a decir cosas así, eres una artista en proceso.

Escucho su suspiro al otro lado de la línea:

— No considero eso, realmente te agradezco el cumplido, pero yo no estoy satisfecha...  Siento como si estuviera fallando.
— Mientras estás aprendiendo, no estás fallando.

Ella se queda callada, creo que no llegaremos a mucho con esta conversación:

— ¿Por qué tu intriga respecto a mis acuarelas? —Ríe sin gracia—.
— Te platico mañana, debo tocar este tema en persona, descansa y disfruta tu descanso, yo procuraré hacer lo mismo.
— Bueno, adiós Byul.

Cuelgo el teléfono, mis manos siguen sudadas pero ya no me siento tan nerviosa.
Quizá solo debo dejar de presionarme con todo este tema, dejar de llenarme de ansiedad al pensar en el futuro y disfrutar de mi presente, de lo que acaba de suceder.

Finalmente me doy la oportunidad de expresar todo lo que retuve, mi corazón se acelera, sonrío al punto que me duelen las mejillas y siento un calor muy característico en las mismas, cubro mi rostro con ambas manos, quizá Vivaldi me ayude a completar este maravilloso cuadro de emociones.