Realidad

560 113 22
                                    

Perspectiva de Moon Byul:

Sacudo la cabeza por la emoción y confusión que sus palabras han logrado en mí, le doy una oportunidad más:

— ¿Qué has dicho?
— Eso. —Pese a qué está a mi lado, se acerca más, sus piernas amenazan con subirse sobre mí, sus manos también toman las mías— Por favor, dame la oportunidad de ser la persona con la que sueñas por los días, que sostiene tus esperanzas y te da su hombro si necesitas llorar, ser quién no va a dejarte sin importar qué.
— ¿Cómo puedes estar tan segura de que no te vas a ir sin importar las circunstancias?
— Porque yo no sé que es lo que tú quieres o buscas usualmente en una persona, y hasta cierto punto no me importa... A mí me interesa y me quiero convertir en la persona que tú necesitas. Quiero iluminar tus días con la misma intensidad que tú iluminas los míos.

Sonrío ante la precisión de sus palabras que han conmovido mi interior:

— Ya iluminas mis días. Para mí eres un sol... ¿Te enojas si te llamo Solar?

La escucho reírse y juguetea un poco mis manos:

— En absoluto.
— Entonces si quiero ser tu novia.
— Espera. —Se aleja pocos centímetros— Si no hubiera aceptado el apodo, ¿tú no hubieras aceptado mi propuesta?
— ¡Evidentemente!

Digo con todo el sarcasmo que puedo, ella en seguida lo nota y ríe con resignación.
La acerco a mí en un abrazo y su risa se detiene:

— No recuerdo haber hecho algo tan bueno como para que la vida me pusiera en tu camino, pero no puedo estar más agradecida de que así sea. Mis días y noches se han vuelto totalmente coloridas desde que llegaste, estaba buscando la oportunidad para pedirte lo mismo y me has tomado desprevenida...

Ella aprovecha el espacio que tomé para respirar y habla:

— Ya entendí... Por ello preparaste todo esto.
— Cabe aclarar que bien pude no estar pensando en ello y aún así preparar todo esto.
— ¿Ah sí?
— Siento que te mereces mucho y yo quiero ser quien te de todo o cuando menos, todo lo que esté en mis manos.
— Sí, — Sus manos pasan a mi cuello— ya ven.

Sus labios se detienen a unos centímetros de los míos, su respiración choca con la mía:

— ¿Entonces tienes algo que preguntarme?

«De verdad no me va a soltar hasta que lo diga».

— ¿Quieres ser mi novia?

Sus labios acarician los míos y a la vez sus manos mi cabello, casi sin pensar pongo mis manos sobre su cintura, ella se pone delante mío:

— No sabes cuánto tiempo esperé por esto.

Antes de dejarme decir algo me captura en un beso tan dulce, un beso sin dobles intenciones ni desesperación, el tipo de beso que te prometen del primer amor, ese que te hace darte cuenta que no te interesa besar a nadie más, aquél que desde el primer momento marca tu corazón.

Se aleja apenas lo necesario para hablar, mis manos se aferran a ella:

— Espero eso haya contestado tu duda.
— Sí... Lo ha hecho.
— Te quiero mucho, has hecho tanto por mí... Es por ello que quisiera hacer algo por ti, sé qué tú no me lo has pedido, pero tengo muchas ganas de ser recíproca contigo.
— No te apresures. —Sostengo su cara con las manos— Primero logremos hacer que esto funcione, lo demás se irá dando.

Su frente se recarga en la mía y la escucho hablar con un tono entre juguetón y de queja:

— Yo no quiero esperar.
— Valdrá la pena.  
— De eso no tengo duda. Todo lo que se relacione contigo vale más que la pena.
— ¿Siempre eres así? —Recuerdo aquella vez que rechazó mi invitación por un café el día que la conocí—.
— Sólo soy así con las personas que me inspiran a serlo.
— Ven... Vamos a casa, se está haciendo tarde. —Digo sintiendo el cansancio del día encima—.

Me sorprendo al sentir sus labios sobre mi frente:

— Gracias por cumplir uno de mis sueños.
— ¿Tener un picnic rodeada de hortalizas?
— El sueño de poder compartir mi vida contigo.

No puedo dejar de sonreír, parece que es lo único que sé hacer mientras ella está conmigo.
Siento sus labios acercarse otra vez, pero tiene algo de por medio, se acerca más y me hace notar que es una cereza lo que sostienen sus labios.
Con cuidado la recibo con los míos y despacio la muerdo esperando saber si se acercará nuevamente...
Siento como besa mi mejilla:

— Está bien, vámonos.

Blind LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora