Sobriedad

720 122 14
                                        

Perspectiva de Moon Byul:

¿Has tenido algún tema del que de verdad tienes muchas ganas «y hasta necesidad» de hablar con alguien más pero simplemente no sabes cómo abarcarlo?

Así me he sentido todo el día, hubo pocas citas hoy, sólo falta una, Jung está a mi lado doblando algo de ropa limpia en silencio, es una persona muy tranquila y procura no ser "invasiva", sé que ha recordado que ayer le marqué y pregunté de sus cuadros, pero no dirá nada hasta que yo toque el tema y quisiera, ¡de verdad quisiera hacerlo! Pero al decirle que quiero que Yongsun los conozca entonces empezarán las preguntas.

Es una persona... Curiosa.
Ella no toca los temas a voluntad, pero al ver qué tú los abres, entonces decide no quedarse con ninguna duda. ¿Qué le diré respecto a ella? ¿Qué vino y se quedó aquí un rato? ¿Qué acepté salir con ella pese a que es una desconocida? Que siento que ella me...
No puedo ni siquiera decirlo en mis pensamientos.

Sacudo ligeramente mi cabeza y limpio mis manos del sudor que empezó a emanar a penas pensé en ella. No sé qué me está pasando.

Jung se percata y no tarda en hablar:

— ¿Te sientes bien?
— Sí, bueno eso procuro.
— ¿Necesitas algo?

Aprieto mis labios, tengo que hacerlo, así sea para después, tengo que decirlo, no hay manera de que ella adivine mis pensamientos:

— La verdad sí.
— Te he sentido ansiosa toda la mañana.  ¿Qué necesitas?

Su voz suena tan atenta, que me hace sentir más nerviosa de lo que ya estoy. Puedo sentir su mirada fija sobre mi.

— Quiero que conozcan tu arte.
— De qué hablas... — Su voz se apaga, por el decibel sé que se volteó—.
— De que eres una artista — Extiendo mi mano izquierda con esperanza de poder tocar sus manos, al tentar me doy cuenta que toqué su pierna, decido quedarme ahí— y que vale más que la pena que más personas puedan conocer lo que haces.
— Creo que ya habíamos conversado de eso ayer. —Indica en un tono indiferente—.
— Es que Jung, conocí a alguien que amaría conocer tus cuadros por lo que le conté de ellos.
— ¿Conociste a quién?

Su voz se oye curiosa. Oh, no.
Quito mi mano de su pierna y acomodo mi cabello.

— Pues sí, sí conocí a alguien.
— Moon no me vayas a decir que fue Yongsun —Suena divertida—.
— ¿Tiene algo de malo?
— ¡Vaya! ¡No pensé que eso pasaría si te dejaba sola!

Ríe enérgicamente, mis nervios y su risa me hacen responder igual, pero sin ninguna gracia.

— ¿Qué ha pasado ayer?
— Ay Jung. —Sonrío inconscientemente—.
— Ya me has dicho bastante con esa sonrisa. —Su tono de voz cambia otra vez— Oye pero, ¿qué pasó? ¿Conversaron durante la sesión? ¿Se quedó un rato?

«Si mi yo actual le dijera a mi yo de hace dos años "Saldrás con alguien que no conoces y la llevarás a tu casa, ah por cierto, para ese momento estarás ciega", definitivamente me negaría a TODAS esas posibilidades».

— Byul.
— Ah, perdón estaba pensando.
— Eso veo. Tienes mucho en qué pensar hoy.  —Ese tono relajado, esa tranquilidad que me da ella— ¡Ya cuéntame!
— Bien, lo haré únicamente porque de verdad quiero que cedas a mi petición. En la mañana me arrepentí mucho de haber agendado y tenía unas ganas de tomar té, que de verdad no te imaginas, pero por razones obvias, no podía hacerlo. Tuve una noche llena de insomnio y no descansé nada, así que por la mañana me sentía muy desganada.
— Si, sí, ya ve al punto. 
— Había conocido a Yongsun un tiempo atrás.
— ¿Qué? ¿Cómo?
— Cuando compré los nardos... —Pensar en ella automáticamente me trae ese olor dulce— Ella trabaja en esa florería.
— Qué pequeño es el mundo, ¿no lo crees?
— Bastante pequeño.
— Aquí hay una sola pregunta, ¿por qué ella se ha vuelto importante?

Me detengo a pensar un momento, ¿debería decir todo lo que me llega a la mente? Es más sobrio pensarlo más detenidamente, «¡Sobriedad! ¡Eso es lo que me falta desde que la conocí!»

— Creo que esa es una pregunta muy compleja, realmente no estoy segura.
— ¿Cómo no vas a saberlo? Byul, es la primera vez que actúas de forma tan extraña al hablarme de alguien.
— Jung no sé que me está pasando.
— ¿En qué aspecto? ¡Ya dilo!

Su desesperación me hace hablar de forma inconsciente:

— ¡Es que me gusta!

Blind LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora