Cap 30

137 29 11
                                    

¿Estaré soñando?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Estaré soñando?

Fue la única pregunta que dio lugar en mi cabeza en aquel momento en que el chico me besaba, aquel chico que estaba segura que era Jin. Aunque no lo pudiera ver mis manos se encontraban en sus anchos hombros, tan conocidos por mí; sus labios se hallaban sobre los míos, supcionándolos, maltratándolos, mordiéndolos como nunca antes lo había hecho. Era un beso salvaje, repleto de necesidad y añoranza.

Lo curioso de los labios de Jin es que no solamente besaba mi boca, sino también mi corazón, mi cerebro y mi alma. Me atravesaba y llegaba a todo mi cuerpo. Por eso lo sabía; era él, su sabor, su aroma, su tacto y su piel caliente ante el roce de mis manos.

En pocos minutos que parecieron centésimas de segundos su lengua se volvió atrevida y se hizo paso dentro de mi boca, con confianza y determinación,  como si tomara algo que le perteneciese y no necesitara aprobación.

Y fue ahí cuando mi cerebro comenzó a despertar del profundo efecto de su persona.

¿Quién se cree él para marcharse y luego regresar como si nada?

¿Cómo pudo besarme sin mi permiso?

¿Acaso cree que soy de su propiedad?

Idiota.

Arrogante.

Sintiéndome invadida por todas esas ideas decidí ponerle final a todo esto.
Mis manos que se encontraban acariciando, masajeando y apretando descaradamente su pecho me mostraron que el cerebro y el cuerpo son dos cosas distintas. Mi cuerpo me traicionaba.

Utilicé mis manos tan bien posisionadas sobre sus bien formados músculos pectorales y con mucha fuerza de voluntad lo empujé suavemente alejándolo de mí, de mis manos y mi boca.

Mis ojos que ya se habían acostumbrado a la oscuridad se percataron de que la larga mano de Jin se dirigió hacia el interruptor que no se encontraba a más de medio metro de mí y la luz volvió al lugar.

- Pequeña, deberías tener cuidado - acarició dulcemente mi mejilla con su pulgar - ¿Cómo puedes besar a alguien en la oscuridad, sin saber quién es?

Idiota, desde el primer momento supe que eras tú. Pensé pero no respondí.

Ahora con la claridad en su rostro pude observarlo a detalle. Había envejecido mucho en estos últimos dos meses. Su cabello estaba más largo y tenía una pequeña sombra de barba de tres días. Sus párpados parecían hinchados y su piel más seca y descuidada. Ahora sí aparentaba la edad que tenía.

Estaba jodida, me había enamorado perdidamente de un anciano.

Sin darme cuenta sentí mi rostro húmedo, ni siquiera me había percatado de cuándo comencé a llorar. Lo extrañaba, lo extrañaba mucho.

- Idiota - golpeé con mis puños su pecho - ¿Por qué no me dijiste nada? - volví a impactarlo con mis manos en reiteradas ocasiones mientras lloraba a todo pulmón - ¿Por qué te fuistes? - Estaba utilizando toda mi fuerza en mi ataque sin embargo su cuerpo ni siquiera se movía del lugar, tampoco me detenía ni me decía nada, solo lloraba al igual que yo, y no precisamente por los golpes, lloraba porque sabía cuánto me había lastimado, cuánto me dolía.

Efecto Seok Jin 💖 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora