11. 'Especial'

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 –Tenía.–  dijo, tragándo saliva. 

Encaré las cejas. Se me paralizó de golpe el corazón, y en seguida comenzó a palpitar de nuevo, mucho más rápido de lo normal.

–¿Cómo que tenías?– pregunté en un susurro.

Sin decir nada, se levantó de la grada del patio de colegio y comenzó a andar. Sin pensarmelo mucho le seguí, intentando llamar su atención. Oh Dios mío, no entiendo nada. Aceleré el paso justo cuando empezaba a subir la enorme rampa de nuevo. No hacía el menor esfuerzo por ir más deprisa, pero tampoco se detenía a esperarme. 

–David, joder, espérame.– dije comenzando a trotar. Estiré el brazo y conseguí rozarle.

Se paró en seco y pude aprovechar para alcanzarle. Puse la mano en su hombro y se estremeció. Podía jurar que notaba su ritmo cardíaco desde donde tocaba. Respiró hondo un par de veces, y en un instante, se giró con velocidad y pasó sus brazos rodenado mi cintura para abrazarme. Tardé un momento en corresponderle, hasta que finalemente puse mis manos aldrededor de su cuello, una de ellas acariciando levemente su pelo. Comenzó a sollozar.

–Me estás asustando, por favor, ¿qué...

–Yo tenía una hermana.– comenzó a decir, sin evitar soltar sonoros sollozos.– En mi casa, mis padres se pasaban el día discutiendo, gritando sin importarles tener un niño de trece años sentado en la cama intentando estudiar mientras escuchaba gritos, golpes y más gritos. Hasta que, un día, mi madre se volvió a quedar embarazada. A mi padre eso le sentó como una patada en los huevos, y prácticamente desapareció de casa. Hasta, exactamente, nueve meses y ocho días después, que apareció en el hospital para ver e interesarse por primera vez por su nueva niña. 

Por un momento dejó de hablar. Respiró con dificultad en mi hombro, y preferí no decir nada. Prosiguió.

–Fue como... Un milagro. Esa niña fue un milagro para mi familia. Mis padres se reconciliaron, de repente el ambiente era normal, ambos la cuidaban, y a mí también. La verdad es que el primer año estuve bastante celoso, porque parecía como que antes discutían por mi culpa, y, al nacer mi hermana, todo se pasó. No la quería, no quería aceptar que mis padres tenían problemas por mi culpa. Hasta que un día algo me despertó un sábado. Abrí los ojos y la vi allí, sonriendo con su alegría infantil, con un sonajero en la mano queriendo que jugara con ella. A partir de ese momento, me di cuenta de lo estúpido que había sido. Pero vamos, tenía catorce años, es algo normal.–rió ligeramente recordando su pasado.

–Eso es muy bonito.– dije enredando su pelo entre mis dedos.

–Crecimos. Éramos inseparables. La ayudaba con todas sus tareas de clase y ella me cubría cuando salía sin permiso con mis amigos, incluyendo a Dani; conozco a ese puto rubio desde que tengo uso de razón, pero no viene al caso. La encantaba ir al zoo y al karaoke. Oh, el karaoke... 

Se separó de mí y me miró con los ojos cargados de lágrimas. Negó con la cabeza y me cogió la mano para seguir andando. Le seguí perpleja. Llegamos al pequeño parque que tenían los niños para jugar en el recreo, David se sentó en la arena y comenzó a cojer pequeños montones para luego tirarlos. Me acomodé a su lado.

–Un domingo, como podría haber sido cualquier otro, quedé con unos amigos para ir. Me la llevé. Nos lo pasamos en grande cantando canciones absurdas. Mis amigos la adoraban, era una monada. Así que como vi buen ambiente, la dejé un momento con ellos para ir al baño... Cuando estaba allí comencé a escuchar un pitido. Y luego otro, y otro. Al intentar salir de los lavabos, una masa de humo me dio de golpe en la cara, y vi caerse al suelo un pedazo de techo. No pensé con claridad, salí corriendo hacia afuera lo más rápido que pude. Desde fuera miré cómo caían ventanas, y puertas. Entonces fue cuando vi a Dani en una ambulancia con una mascarilla de oxígeno. Y al resto de mis amigos. Pero a mi hermana... A ella no la ví. Y no la ví nunca más. 

Total disaster. /\- SDE3 ~ David (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora