13 de abril
9:39 a.mBrad.
Me quedé mirando la escena, tratando de asimilarlo. Se me disparó el corazón y me tuve que apoyar en el marco de la puerta por la que acababa de entrar. Intenté calmar mi respiración antes de hablar, pero es que estaba a punto de darme un paro cardíaco. Esto es tan subreal. La miré sin poder dar crédito a lo que veía. Ella levantó los brazos en símbolo de inocencia y alzó las cejas, señalando un jarrón de cristal roto en el suelo, con varias flores y agua esparcidas a su aldrededor. Pestañeé varias veces seguidas, y luego me pellizqué el antebrazo, para asegurarme de que esto era perfectamente real. Señaló al desastre del suelo
–Eso estaba así cuando llegué.– dijo con un tono de voz muy obvio. Muy natural.
Solté, creo, que el suspiro más grande que había retendio en mi vida. Apreté el marco de la puerta que sujetaba con fuerza entre mi mano derecha y me llevé la izquierda al corazón. Se notaba la fuerza de los latidos sin siquiera tocarme. Abrí la boca para hablar, pero símplemente no me salían las palabras.
–Bueno, si es un jarrón de ocho mil libras importado desde Jamaica, lo mismo no cuela lo de que estaba así cuando llegué. Pero va en serio, yo no he echo nada de nada.– dijo ella dándose la razón a sí misma.
Y sí, sin duda era ella. Su tono natural de sarcásmo que pensé no vovler a oír nunca. Su cara de pillada. Me cago en la vida del señor, me va a dar algo.
–¿Qu-qué...?
–¿Cu-cu?
–¿Cuándo te has despertado?– dije de carrerilla, intentando quitar la mano del marco y mantener el equilibrio por mi cuenta.
Ella se azló la mano izquierda y se miró la muñeca. Frunció el ceño, confusa, y luego me miró a mí.
–¿Dónde está mi reloj?
–N-no lo sé... v-voy a llamar a un médico.
–¿Por qué estás tan raro?– preguntó.
–¿Por qué no me gritas?
–¿Por qué tendría que hacerlo?
Esto no puede estar pasando.
–María, ¿te encuentras bien?– pregunté, acercándome a ella muy lentamente.– ¿No te duele nada?
–¿Por qué me tendría que encontrar mal? Brad, ¿qué pasa?
–¿Sabes dónde estás?– pregunté, poníendome en cuclillas al lado de su cama, evitando el charco de agua del jarrón caído.
Ella miró a su aldrededor y encaró las cejas. Infló los mofletes y negó con la cabeza. Inhaló y exhaló con fuerza, entonces puso una mueca de dolor. Me asusté, no sé por qué, me asusté mucho. Me levanté y me quedé ahí, petrificado, mirándo cómo se palpaba lentamente la clavicula.
–Me duele aquí al respirar.– dijo señalándose. – Brad, me estás asustando, ¿me puedes decir que está pasando aquí?
–Creeme que yo estoy más asustado que tú.
–¿Por qué?– preguntó ella, aumentando su mueca de confusión.
–Vale, lo primero, tranquilizate.
–¡Cómo quieres que me tranquilice si estás tú más atacado que yo!
–No, a ver... ¿no me odias?– pregunté señalándome a mí mismo. María ladeó la cabeza y negó.
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Total disaster. /\- SDE3 ~ David (Auryn)
Fanfic–Escúchame. Estoy de tu lado. De tu parte. Siempre lo he estado, no voy a cambiar ahora solo porque se tuerza un poco la situación. –Vale que tú lo estés. Pero ella no. Y tenemos que aceptar de una vez que nos ha abandonado. Y que al abandonarnos...