11 de abril
En cuanto abrí la puerta de casa, tiré la mochila cerca de la entrada y me dirigí al sofá con pesadez. Me senté y me cogí la cabeza entre las manos. Suspiré. La Universidad no era tan catastrófica como el instituto, pero agotaba de la misma manera. Saqué el móvil y miré la hora: las dos y veinte. Joder, cada día llego más tarde. Desbloqueé la pantalla para abrir los mensajes de WhatsApp, que últimamente nunca leo. No sé por qué, no tengo ganas de nada. Ahora mismo no tengo ni hambre. Tiré el móvil encima de la mesa y apoyé la espalda en el respaldo del sofá. Contemplé la lámpara del techo y volví a suspirar sin ganas. Me pesaba todo a la hora de moverme. Un día normal en mi vida ahora mismo era despertarme, luchar por tomar el desayuno, dejarme la piel en la uni para volver a casa y luchar por comer algo, hacer los trabajos, meterme al skype para hablar con Sarian y dormir. Vivía para dormir.
Tengo el vago recuerdo en la mente de lo que es la felicidad. Sí, esa cosita que inunda una parte de tu cerebro y puede llegar a hundirte o a hacerte una persona de provecho. ¿Qué es vivir sin felicidad, sin motivación por nada? Soy yo. Ahora mismo solo habría una cosa que me podría devolver eso. Y es tan improvable que ocurra como que caiga un meteorito ahora mismo.
Cada tarde, desde que había vuelto a España con Ana, Sarian me iba informando de la situación de María. Llevaba tres meses en coma. Ya, podría ser peor, pero no me animaba ni lo más mínimo. Aunque ella siguiera viva, una parte de nosotros había muerto sin su presencia. Mis padres tuvieron ganas incluso de meterme en un psicólogo para "ayudarme". Joder, estaba mal, estaba depresiva, todo lo que quieras, pero no estaba loca. Aun no.
Ana estaba en mi misma situación, solo que en vez de ignorar al mundo, saltaba con agresividad a la mínima. Se había vuelto un poco matona, pero bueno, da igual. Tooodo da igual. Parezco salida de una secta, pero puedo jurar que aun estaba cuerda de mente. Sacaba notazas en los exámenes.
Todos, a expeción de Ana y yo, se habían quedado en Londres, y era una de las cosas que peor llevaba. Echaba de menos a David, muchísimo. Hablaba con él a diario, pero no era lo mismo. Echaba de menos que me abrazara y me acariciase el pelo mientras me susurraba cosas tranquilizadoras, o que se riera por nada. Sus selfies a cada momento, su simple presencia. Le echaba mucho de menos. Él entiende mi situación y yo la suya. Él había establecido allí su casa, lo tenía todo más o menos bajo control, no podía seguirme y dejarlo todo como si nad.
Prácticamente huí de allí, de la responsabilidad que era saber que mi mejor amiga estaba medio muerta, de enfrentarme cara a cara con Brad, de todo. Pero no me veía capaz de asumirlo. Me rompería a la mínima de cambio, porque me conozco y sé que no lo aguantaría. En cambio los demás sí, son fuertes, y Sarian me está sorprendiendo mucho. Ella es ahora mismo la chica más feliz del mundo, porque ya se le está empezando a notar la tripa del bebé. Aun no les han dicho si es niño o niña, aunque tampoco creo que hallan pensado nombres.
En cuanto a los chicos: Álvaro tiene cara de baboso todo el día hablando de su chica y de su futuro hijo o hija. Se lo contó hasta al cajero del centro comercial, según me habían contado. Los antojos de Sarian se basaban en pizza y regaliz. Extraña combinación, pero bueno. Dani estaba en una situación parecida con Paola y Michael, se le caía la baba cada vez que el niño aprendía algo o le deleitaba con su inocencia infantil. Al parecer había crecido bastante, y se le había aclarado el pelo.
Carlos estaba en una situación igual o peor que la mía. Nadie le entiende, yo sí. Sé que ha sido un golpe demasiado fuerte para asimilar en un minuto, y aunque pasaran años, seguiríamos sin poder creernoslo. Y precisamente Carlos, que era la alegría de la casa, se deprime. Y ya sí que no hay salida para ver una sonrisa decente en absolutamente nadie que conociese a María. Blas por su lado, a veces intentaba a animarles a todos, pero era el primero que caía en un pozo sin fondo al ver que no había solución.
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Total disaster. /\- SDE3 ~ David (Auryn)
Фанфик–Escúchame. Estoy de tu lado. De tu parte. Siempre lo he estado, no voy a cambiar ahora solo porque se tuerza un poco la situación. –Vale que tú lo estés. Pero ella no. Y tenemos que aceptar de una vez que nos ha abandonado. Y que al abandonarnos...