Me acerqué a Demir, él estaba entrenando algunas maniobras, a lo lejos Jonathan no me quitaba la vista de encima.
— hola — me miró con una sonrisa
— hola, Irania — notó que estaba ahí por una razón — ¿sucede algo? —
— ¿es cierto que sabes krav magá? — asintió — ¿podrías enseñarme? — levantó una ceja
— claro — sonrío
— ¿cuándo empezamos? —
— hoy salgo a una misión de reconocimiento, en dos días al comenzar nuestro día — me emocioné
— ¡gracias! — me despedí — entonces nos vemos en dos días — me alejé, necesitaba aprender nuevas técnicas, mejorar en mi magia, necesitaba poner más empeño a mi trabajo como guardiana.
Estaba por ir a las cascadas cuando Jonathan se colocó delante de mí.
— han pasado dos días — dijo — ¿podemos hablar? —
— si no he querido hacerlo en dos días ¿qué te hace pensar que ahora sí querré? —
— escucha, tienes razón al estar enojada pero yo...—
— no estoy enojada — le aclare — mira, haznos un favor a ambos. Paremos aquí, tú amas a tu esposa, yo no quiero sufrir — sentí dolor, mucho dolor pero era lo mejor — no estoy molesta — le repetí, toqué su mejilla — hiciste lo que te dictó tu corazón porque ahí sigue ella — miré a todos lados tratando de contener el llanto — tú debes vivir tu duelo, reponerte y seguir con tu vida y yo hacerme a la idea. No es justo para ti cargar con mis emociones y no es justo para mí lastimarme para ser tu consuelo — avancé — así que deja de buscarme — le sonreí. Me alejé sintiendo como me traicionaban las lágrimas, al llegar a las cascadas decidí enfocarme en lo importante: aumentar mis poderes.
Ya sabía que era imposible regresar a Eva pues durante mi sueño me di una vuelta por el pasado, ella tomó la decisión, fue coerción pero ella aceptó transformarse y ante eso no podía hacer mucho. También pude ver la conversación por la que Jonathan nos dejó en la cueva, vi el dolor en sus ojos y la esperanza de que algo quedara de la mujer con quien se casó. Ver esos vestigios del pasado me abrió un nuevo panorama, mis poderes estaban aumentando, ahora debía enfocarme en la magia.
Dentro del agua me relaje, comencé a meditar, inhale; exhale; me concentré en el agua que pasaba por mis manos, era yo. Sentí como el líquido recorría mi piel, subía hasta cubrirme completamente. El líquido pasó a sólido y salió disparado a mi alrededor pero fue poca la distancia.
— eso fue... alucinante — mi mamá estaba sentada en una piedra — suerte que no estaba tan cerca —
— el plan era lanzarlos a una mayor distancia pero el simple hecho de pasar tanto líquido a sólido me agota — salí del agua — debo mejorar —
— ¿cuánto llevas intentando? —
— hoy, hace una hora — abrió los ojos hasta donde pudo
— eres sorprendente, yo no puedo hacer tanto y llevo con estos poderes desde los diecisiete —
— yo los tengo desde que nací — le recordé — salvo por el tiempo en que los dormiste —
— aún así, eres impresionante — sonrió — quisiera hacer eso pero creo que tengo mayor control del fuego, es mi elemento predilecto —
— tú puedes atacar por selección — asintió — quisiera hacer eso, si ataco como ahora podría dañar también a los míos —
— podrás hacerlo — se puso como papá — recuerda que la práctica hace al maestro — imitó su voz — acaba de llegar la modista, vamos a ver tu vestido — asentí, una leve mueca había cruzado por mi rostro. Entrar a la oficina de mi abuela me causo un poco de gracia, si alguien tenía la misma aversión a la realeza era ella. Y ahora estaba con mujeres tomandole medidas, su rostro me hizo soltar una risita. Melissa estaba emocionada, miraba diseños, lo mismo pasaba con Rosie.
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Irania (Academia de vampiros)
Teen FictionInteligente y con carácter, toda una Hathaway