Llegamos a un restaurante pequeño a comer algo, después de horas manejando todos estábamos hambrientos, estaba pensando en echar otro vistazo al futuro, solo para asegurarme que no se movían de lugar, al menos así podríamos conocer el lugar exacto donde se hallaban.
- mira, es como la de mi tío - Michael me señaló una rockola
- sí, fue la que mi abuelo le regaló hace unas navidades - sonreí - ahora que lo pienso es el único objeto que las gemelas tienen prohibido tocar - sonreí
- Es mucho decir, son la debilidad de tío Dimitri -
Sonreí pensando en lo que estarían haciendo mis hermanas en este momento, aún eran pequeñas, al menos a los ojos de quienes las queremos, aunque muy talentosas con respecto a la magia, envidiaba un poco el hecho de que Sophie manejara el fuego aunque lo entendía, realmente era mucho más tempestuosa que Grace, en realidad Grace era la consciencia del dúo dinamita.
- tienes esa clase de sonrisa que indica recuerdos felices - miré a Jonathan, pronto bajo la mirada como si tratara de olvidar que había hablado, mi primo me miró entrecerando los ojos, solo lo ignore.
Después de salir del restaurante Alexander y Sasha estaban comprando gasolina, mi primo había ido al baño, me senté en una barda a esperar
- ¿aún vamos en el camino correcto? - Jonathan se recargó en la misma barda, lo miré esperando a que se explicara - en las cascadas al final no los encontramos - eso me molestó y mucho
- no quiere decir que fuese el camino incorrecto, estuvieron ahí - mi tono indicó que no estaba feliz con su comentario - el futuro es cambiante e incierto -
- así que ves el futuro - se estaba burlando -
- vete al carajo - caminé al coche, ¿quién se creía este imbécil? Al final yo le estaba haciendo un favor al buscar a su mujer, estaba haciendo lo que estaba en mis manos incluso sabiendo que ver el futuro no me gustaba y que al fomentar ese don las pesadillas no tardarían mucho en aparecer.
- espera - me tomó de la mano - es solo que es difícil de creer -
- no por eso imposible - seguí mi camino hasta llegar a Michael.
- ¿estás bien? - Michael solía burlarse de mi cuando me enojaba porque decía que inconscientemente solía hacer un puchero y eso le restaba credibilidad a mi estado
- sí, vamos. Quiero llegar antes de que anochezca -
Manejamos otro poco hasta la entrada de un bosque, reconocí el lugar en mi visión, sentí un golpe en el pecho, era como un escalofrío, como un aviso de que algo estaba mal
- ¿es por aquí? - Sasha se puso a mi lado, solo asentí.
- siento... - Jonathan sacó su estaca, todos lo imitamos. Guardamos silencio mientras buscábamos un lugar estratégico.
Sin saber cómo un strigoi me lanzó hasta un árbol lejano, sentí que la cabeza me daba vueltas, eso no lo vi venir, su fuerza era inmensa, no supe si los demás estaban luchando, pero me imaginaba que sí ya que nadie se había acercado a mí, el strigoi camino hacia mí de manera calmada, era un hombre de unos cuarenta años, tal vez.
Me tomó del cuello mientras trataba de localizar mi estaca, le coloqué ambas manos alrededor de su cabeza y comencé a ahogarlo, agarré mi estaca y la encaje en su corazón. Me tomé unos segundos para tocar mi cabeza, sentí un poco de sangre. Corrí a ayudar a Michael que trataba de estacar a dos al mismo tiempo, le quité a uno solo para recibir una patada, él estaco al más cercano, después al que yo había distraído. Por alguna razón los demás se fueron, su autocontrol era sorprendente ya que ambos sangrábamos de alguna parte.
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Irania (Academia de vampiros)
Teen FictionInteligente y con carácter, toda una Hathaway