Capítulo 8

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MARATÓN 1/4

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MARATÓN 1/4

Domingo por la mañana y una Jennie recién despertada lograba sentir el frío del lado contrario en la gran cama, echaba en falta a algo... calor, Lisa no estaba a su lado. Sintió como volvía a tener el pelo demasiado enredado. Cogió el albornoz y se lo envolvió alrededor del cuerpo, la bata era demasiado fina para andar por casa a medianos de invierno con tan solo eso.

- ¿Lisa? - dijo, frotándose los ojos, mientras se ponía las zapatillas y se dirigía a la cocina. - ¿Lili?

Vio una nota pegada a la nevera.

'Fui a por el desayuno, vengo dentro de media hora... no quise despertarte. Te amo; Lisa.'

Sonrió y dejó la nota sobre la encimera de la cocina, buscó un vaso y vertió un poco de zumo. Desayunaría con ella pero, debía beber algo... su cuerpo deshidratado lo pedía. Mientras lo hacía alguien llamó a la puerta. Lisa tenía llaves, así que no podía ser ella.

- Voy. - dijo relamiéndose el resto de zumo sabor melocotón en su labio superior cuando caminaba hacia la entrada. Bajó el peldaño y abrió la puerta. Un chico joven esperaba en frente, con una gorra Nike, una chupa de cuero negro, un casco de moto en un brazo y una caja en las manos.

- Pedido para... - miró el papel - ¿Jennie Kim?

La morena se acordó de lo que había pedido a la noche anterior. Lisa era buena, muy buena con ella... pero esta es la devolvería. Estaba cabreada, celosa, enrabiada.

- Sí, soy yo... ¿Cuánto te debo, chico?

Él la miró de arriba abajo. Sabía perfectamente lo que contenía el pedido, y dios sabe lo que pasaba por su mente en esos instantes.

- Setenta y dos dólares con noventa y cinco centavos.

- Joder, salió caro el conjunto de mierda... - Jennie cogió la cartera del mueble de la entrada y le dio ochenta dólares.

- Quédate con el cambio, habrás tenido que correr mucho para entregar eso en tan poco tiempo.

- Gracias, guapa. - le sonrió y se dio la vuelta para irse.

Lisa entró con un par de bolsas.

- Ya estoy aquí. - dijo bajito por si Jennie aun dormía.

Ella no contestó.

- Aun estará durmiendo... - la agente sonrió y dejó las dos bolsas de comida en la encimera, junto a la nota. Vio una caja abierta en la mesa del comedor, pero no hizo mucho caso.

Pasó directamente a la habitación. Vio a Jennie, aun dentro de la cama, tapada.

Levantó un poco la persiana.

- Venga dormilona. Son ya las doce. - dijo Lisa, girándose hacia a ella. - Vaya...

Se quedó mirando perpleja a una Jennie despampanante. Con unos buenos rizos bien definidos que enmarcaban su pequeño rostro, y lo hacían más angelical, dentro de lo que cabía, un collar amarrado al cuello con un cascabel en el medio...

𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑰𝑵𝑮 𝑼𝑺       JENLISA GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora