Capítulo 3

2.6K 220 4
                                    

Maratón 1/4

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Maratón 1/4

- Recuerda que mañana... - Lisa miró el reloj. De nuevo, ese rápido polvo se había alargado dos horas. - Es decir, hoy... tenemos la cena con mis padres.

- Si, y este sábado, con los míos. - Suspiró Jennie- Eh... te recuerdo que mi familia...

- Es especial, ya me lo dijiste. - besó sus labios, y acarició la cintura de ella, desnuda. - Es obvio, por eso ha salido una hija tan especial...

Ella sonrió, pero pronto bajó la mirada.

- Pero, cariño, no me refiero a eso. No veo a mis padres desde que me trasladé hasta aquí. Ahora ellos vienen desde Australia para... para que les presente a mi futura esposa, y a mi hija... - suspiró. - Y son... diferentes. Intento que sepas...

- No te preocupes. - dijo callándola con un beso. - Te amo ¿lo sabías?

- No. - dijo ella haciendo puchero.

- Al final si tendré que castigarte por ser mentirosilla. - dijo juntando de nuevo su cuerpo desnudo al de ella y apretando una de las suaves y blancas nalgas de su morena.

- Castígame, mujersota. - sonrió ella. - Ah, por cierto, ni se te ocurra planear la luna de miel. Me toca a mí sorprenderte.

- ¿Más aún?

- ¡Siempre eliges tú los viajes! Me toca a mí.

- Bueno... mientras sea contigo me pierdo en la nada, si hace falta. - besó su frente. - ¿Y dónde me llevarás, querida esposa?

A Jennie se le puso la piel de gallina al escuchar eso.

- No te lo diré, es una sorpresa.

- Venga, no podré aguantar dos meses... - dijo la más alta, poniendo cara de pena. - ¿Dónde vamos? - sonrió, colocándose encima de ella y mordiendo su tripa.

- ¡Lisa!

- Yo sé que te gusta. - dijo rozando su piel con ligeros lametones. - venga, dímelo, si no...

- ¿Si no que?

- Te torturaré... - dijo empezando a hundir su boca en su entrepierna. - y te aseguro que lo sé hacer...

- No, ¡Lisa! ¡Lisa...! - gimoteó ella. - Para, para... - rio. La mencionada apoyó su barbilla en su monte de Venus. La miró. Desde allí tenía una visión perfecta de sus pechos.

- Te ves tan exquisita... - murmuró. - Me estoy poniendo muy dura... - dijo acomodándose debajo de la sabana. - Joder, me molesta y todo.

Las dos rieron.

- Venga... debes adivinarlo... - dijo Jennie acariciando su pelo. No se dejaron de mirar. La pelinegra subió un poco.

- Nos vamos a... Los Ángeles. - dijo besando uno de los pechos. Jennie negó.

- No ya se... a Corea -dijo la pelinegra sarcásticamente- ¿después de todo? Ni loca. - refutó Jennie. Lisa besó el paso de entre sus pechos, justo donde había una pequeña peca. - entonces... Alemania.

- No... - dijo la morena sonriendo, disfrutando de sus besos. La pelinegra siguió besándola, mientras iba nombrando algunos lugares. - ¿Austria? - ella negó. - ¿China? - los dos rieron de nuevo. - ¿Qué? ¿Japón? - inclinó su cabeza y la miró, volviendo a su altura.

- ¿No querrás ser mi geisha?

- Lo soy, cada día. - dijo Jennie, acariciando su mejilla. - Y no, no a Japón.

- Mmm, pues no sé. - se quedó pensativa. - ¿Non è in Italia, amore mio?

- Mi scaldi. - dijo la morena divertida. - tus acentos me ponen. - admitió.

- Oh... ¿desde cuándo la pequeña gatita dice tales cosas?

- Desde que dejó de ser tan pequeña. - y mordió una de sus orejas, juguetona.

Lisa se rio.

- Para mí sigues siendo mi pequeña Nini. - volvió a morderle la barriga. - Y bien, ¿me dirás a dónde vamos?

- Te doy una pista... - dijo Jennie medio ronroneando. - No hace falta que te vayas tan lejos... no a la China. - se rio. - Ni a Japón, ni a la India.

- ¿Entonces es por aquí? - sonrió Lisa. - ¿Las Vegas? Oh. - gimió. - mi nena y yo... una semanita en la ciudad del pecado, fantástico.

Jennie se rio.

- No, tampoco está tan cerca. - dijo cogiéndolo de las mejillas y estirándose para besarlo.

- Hmm... - Lisa agachó la mirada. - No sé, mi vida, se me terminan las ideas. - suspiró. - ¿Miami? - la chica negó. - ¿Cuba? ¿México? Son países hermosos. - sonrió la pelinegra.

- Si, lo sé... te acercas... pero no. - dijo finalmente. Lisa arqueó las cejas.

- Oh, ya se. - sonrió. - Ya se, ya se, ya se...

- Dime... - susurró ella.

- Francia... - dijo ella con un retintín.

- Premio. - sonrió la morena.

Lisa la besó.

- Me gusta. - terminó por decir. - me gusta, me gusta mucho.

- Quiero hacer el amor contigo en las playas de Córcega, visitar Tamaricciu Palombaggia, alquilar un chalet allí, para pasar esa Luna de Miel, esplendida, perfecta. - sonrió ella.

- Lo haremos. - reprendió Lisa. - no te preocupes, tu pon el lugar... que yo pongo el resto, gatita.

 que yo pongo el resto, gatita

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





😌 volví

Si hay algún error en este o en los próximos capítulos me avisan 😉

𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑰𝑵𝑮 𝑼𝑺       JENLISA GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora