Capítulo 12

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Lisa miraba a su chica quien se encontraba desnuda y descansado medía dormida en su cama

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Lisa miraba a su chica quien se encontraba desnuda y descansado medía dormida en su cama. Paseó su dedo índice por el cuerpo curvilíneo deteniéndose en diferentes sitios. Era imposible no excitarse viéndola así. Inicio el recorrido de nuevo, empezando por acariciarle el cabello para luego bajar por su cuello y pasar por sus hombros,
llegando a sus pechos, con los cuales jugueteó con uno de los oscuros pezones. Era bellísima. Siguió deslizando por su plano abdomen. Le entraron unas ganas inmensas de despertarla dándole besos allí, cerca del ombligo. Proseguía el trazó de sus dedos, era el paseo más erótico que podía experimentar.
La curva que unía el pecho con la cadera era espléndida, bien hecha... Deliciosa, como el mejor de los manjares. Sus medidas exactas definían su cuerpo de mujer, concluyó Lisa.

Ahora su dedo bajaba, y luego volvía a subir, por la anatomía de Jennie. Su cadera, su muslo. Se detuvo allí, no llegaba más allá que de medio muslo. Así que se dispuso a subir de nuevo. Detuvo su dedo en su feminidad. Le entraron unas ganas terribles de comérsela. De que se despertara jadeando. Se movió y separó las piernas de su morena con cuidado. Se inclinó, deteniéndose en los rosados labios internos de Jennie. Trazando con su lengua, aquella deliciosa feminidad. Un suspiro se escuchó más arriba.

Sonrió y metió más su lengua. Ella no estaba ni húmeda ni seca. Pero la castaña haría que su coño empezara a mojarse. Para nada iba a comérsela seca...

- Mi vida... - murmuró divertida. - despierta, te quedaste dormida...

Chasqueó la lengua, dándole un golpecito a su clítoris. Sabía exactamente donde le gustaba, como y cuánto. ¿Experta en el sexo con mujeres? No. Experta en su gatita. Ella abrió los ojos, arqueando las caderas para sentir los labio de su novia. Lisa abrió la boca para aceptar toda su vulva, mientras la repasaba con la lengua.

- Oh... - sintió que jadeaba ella más arriba. Y también sintió su mano, entrelazando sus dedos en su pelo. - Lis... Lisa...

- ¿Si? - dijo ella, separándose un poco. El aliento fresco chocó contra su ya húmedo sexo, haciendo que palpitara de la necesidad.

- Sigue... - le rogó, alzando las caderas. Lisa vio como la mano de ella se deslizaba hacia su sexo. Y tocaba sus labios vaginales, abriéndolos para ella.

- Mmm... tócate. - dijo separándose un poco más. - Me gusta lo que haces.

Jennie estaba ya en una burbuja de éxtasis. Así que lo hizo. Metió su fino dedo dentro y se empezó a tocar. Lisa jadeó ante la visión.

- Sigue gatita, enséñame como te das placer. - un segundo dedo fue a parar adentro, en su vagina. - Así... me pones dura... muy dura... - murmuró la agente.

Lisa no evitó poner su mano encima de la de ella, y acompañarla con uno de sus dedos.

La sentía, sentía su mano, sentía la suya, las sentía juntas. Y ella debería sentirlo más. El dedo índice de la castaña era fino pero más largo, mientras que los de ella eran más regordetes y pequeños.

𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑰𝑵𝑮 𝑼𝑺       JENLISA GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora